Capítulo 8.

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Los meses habían transcurrido desde aquella conversación. Irene comenzó a tener mucho más cuidado de su propia entegridad por el bien del ser en su vientre el cual comenzó a crecer lentamente notándose la madurez de la nueva vida.

Goku tenía bastante que ver en el asunto principalmente porque Kami le había dicho que el bebé tenía que ser cuidado muy bien o podría enfermarse, intentó hacer lo mejor posible para que su alumno entienda a lo que se refería.

Por ende el guerrero comenzó a prestar una atención peculiar a la mujer de cabellos carmesí y al bebé en su vientre. Charlaba con la pancita en crecimiento cada vez que podía en forma infantil, algo que no hacía más que enternecer más el corazón de la mujer.

Así mismo, el afecto inicial de la Belserion por Goku comenzó a incrementar más por este hecho. Él era más cuidadoso con ella, era extraño en un principio, pero rápidamente se acostumbró y disfrutó de dicha atención.

"Estar solito no me gustó en realidad"

Fueron laa palabras que Goku mencionó repentinamente al bebé de Irene causando que abra levemente sus ojos.

-No quiero que el bebé pase por eso que yo pasé jaja -mencionó el azabache riendo.

Ambos estaban sentados uno frente al otro con las piernas cruzadas. El estómago de la pelirroja era grande, lo normal cuando se tenía 8 meses de gestación.

-¿A qué te refieres? -preguntó con un deje de preocupación la mujer mientras posaba su mano en su cuerpo.

-Pues hace tiempo mi abuelito murió luchando contra un terrible monstruo de la montaña Paoz y por mucho tiempo tuve que valerme por mí mismo -comenzó a relatar Goku mirando el cielo con cierta nostalgia- Cazaba en los bosques, pescaba en los rios, cortaba leños de árboles de los alrededores para cocinar como mi abuelito me enseñó -siguió mientras su mano se extendía sobre el vientre de Irene- Estuve mucho tiempo solo, entrenando para pasar el rato, hablando con algunos monitos que por alguna razón eran buenos conmigo dándome frutas -rio al recordar eso.

-¿En serio? -el corazón de la dragon slayer se estremeció al oír ese relato- ¿Estuviste muy triste verdad? -no pensó mucho para hacer esa pregunta llena de angustia.

-Sí, lloré mucho cuando lo encontré-fue la contundente respuesta de Goku- Era pequeño, no sabía lo que había afuera de mi hogar hasta la llegada de mi amiga Bulma -siguió con amabilidad en sus palabras, por primera vez notó algo de tristeza en Goku y ella supo a lo que se refería.

Claramente su situación fue peor, pues ella estuvo por incontables años en su forma de dragón buscando salida hasta la llegada a este mundo donde su salvador fue este peculiar joven lleno de calidez y amabilidad genuina.

-Goku... -su mano acarició la mejilla del saiyan que se sintió extraño con ese tacto en su piel abriendo levemente sus ojos.

El corazón de la bella mujer dio un fuerte salto al observar como Goku inconscientemente se acurrucaba en su tacto.

El mismo sonrojo que siempre solía aparecer cuando estaba con él apreció una vez más.

-"Otra vez... este sentimiento que pensé que nunca más volvería a sentir" -se dijo a sí misma viendo al guerrero en ese estado tan frágil por primera vez.

-Se siente bien -murmuró Goku con sus ojos cerrados y una pequeña sonrisa alegrando a la maga que se asombró levemente por esas declaraciones por parte del guerrero.

-¿Es así? -preguntó como un murmullo a lo que el chico simplemente asintió.

-Ahora que también el bebé viene en camino tengo prohibido perder en el torneo, por su bien y... -comenzó a hablar Goku abriendo sus ojos para detallar a la pelirroja- Y el tuyo, quiero que crezca en paz y sea fuerte -expresó con alegría.

La Dragona y el Guerrero.Where stories live. Discover now