Capítulo 3.59

5.4K 478 49
                                    

Garald era lo más lindo que había visto en mi vida. Mi hijo simplemente era perfecto, tenía unas pestañas largas y unos cachetes rosados preciosos. Mi familia había quedado embobada por él, en especial mi hermano Esteb quien se negaba a soltarlo y mi papá lo estaba siguiendo por toda la habitación.

— Que me lo dé – le reclamo mi papá por quinta vez.

— No creo, porque está muy cómodo conmigo.

— Te das cuenta Ela, lo grosero, que es tu hijo, ni siquiera me respeta – dijo mi papá con dramatismo y yo solo me reí.

— Cariño, por favor, deja que tu papá alce a su nieto.

Mi hermano y mi mamá tuvieron una guerra de miradas donde mi madre como siempre salió victorioso y mi hermano termino por darle a mi pequeño, quien dormía plácidamente a pesar de lo ruidosa que eran mi familia.

— Ya llegué – dijo mi hermano Alex entrando al lugar —. Dámelo papá es mi turno.

— Disculpe – dijo mi papá indignado —. Este troglodita que tengo como hijo, no me lo quería dar y me toco lucharlo.

— Papá deja el drama, que ya todos sabemos que te irás con Indira y permanecerás con él todo el tiempo, pero yo me quedo con mi pequeña hasta que todo este seguro en este sitio.

— ¿Cómo seguro? – preguntó mi papá preocupado.

— Tengo que adecuar este sitio para mi adoración, tiene muchas cosas que la pueden lastimar.

— Perfecto, adecuaremos todo también en la casa de Tyler – aseguro mi papá.

— Es la casa de los tres, señor Conor – le dijo mi lobo, quien se aproximó a mi camilla y se acomodó a mi lado.

Mi papá asintió y termino por darle a Garald a mi hermano, quien lo miro con una gran sonrisa y lo meció de forma suave, mi pequeño empezó a llorar y mi papá corrió inmediatamente auxiliarlo. Pero mi pequeño seguía llorando a pesar de las monadas que le hacían mi papá y mi hermano.

— De seguro Alex lo pellizco – se quejó Esteban mientras se lo arrebataba de los brazos y empezaba mecerlo calmándolo.

— Aquí el único loco que pellizca la gente es usted – se quejó Alex mientras seguía a Esteban.

— No le hagas caso al tío loco que tiene mi pequeño campeón, tu siempre tío favorito Esteb te protegerá.

— No puedes postularte como tío favorito aquí también – dijo Arma entrando con unos globos azules, seguido de Nick y Liam que traían juguetes.

— Ya lo soy – dijo mi hermano con orgullo.

— Diva – dijo Arman saludándome y entregándome la canasta con globos y un oso azul.

— Gracias – le dije con una sonrisa, también recibí los regalos de Nick y Liam quienes se quedaron a un lado observando todo.

— Voy a cargarlo – anuncio Arman acercándose a mi bebé.

— ¿usted si sabe cargar a un bebé? – le preguntó mi hermano, negándose a darle al niño.

— Por su puesto, ensaye con Sarka.

— Mentiroso, que Damien no ha dejado que la cargue, porque cuando la iba a cargar casi se te cae – dijo Nick con burla.

— Entonces no va a experimentar con mi campeón – dijo mi hermano retirándose.

— Deje de ser tan egoísta, yo también soy su tío y usted no será su tío favorito – le dijo Arman siguiéndolo divertido.

— Por su puesto que si lo seré. ¿Cierto terremoto? – me preguntó y yo terminé por sonreírle.

3. El Alfa DestructivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora