-"Capitulo XXVI"-

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"Distintas razones para amar"

|Miércoles|

|Narrador Omnicente|

Ya todos habían vuelto a su rutina habitual, y la relación de Luzu y Quackity parecía estar llenda cada vez mejor, Parecía.

Pero había un detalle, el azabache se atormentaba día y noche con lo que había pasado entre el y sus ex-amigos, la conversación se repetia una y otra vez en su mente, mente que le repetían lo idiota que había sido, que hubiera podido actuar de otra forma, que se había quedado sin la única relacion, sincera y buena que le quedaba.

Se sentía tan solo aveces, le era tan difícil creer que alguien le quería sin mentiras de por medio.

Pero luego los veía a ellos, Willy y Staxx, quienes eran los únicos que sabían de donde venía, sin ninguna mentira de por medio, y lo querían de igual forma, dos personas que hasta hace unos meses nisiquiera conocía, pero que en tan poco tiempo fueron capaces de hacer lo que sus padres no pudieron en quince años.

Y en una noche se animo a estar allí, frente a la pareja en un debate mental de sí contarles o no, ¿acaso les importaría siquiera?, ¿se burlarian?, ¿le retarian por ser tan idiota?, y miles de preguntas intrusivas aprecian en su mente.

Ambos adultos sabían que algo pasaba con el Mexicano pero no querían presionarlo, sabían que a Quackity le costaba bastante abrirse.

–Yo...hum...eh...– Su voz se cortaba a medido que las lágrimas empezaban a caer de sus ojos.

La pareja se levanto de sus sillas y fueron rápidamente donde el niño, lo tomaron de los hombres y lo abrazaron, poniendo su cara contra el pecho de ambos, oyendo como este balbuceaba son sentido.

–Esta bien...estamos aquí contigo–Lo trataron de consolar, acariciando su nunca.

Los dos le susurraban que estaba asalvo, que podía llorar y descargarse todo lo que quisiera, que estaban allí para el y que no iban a dejarlo.

Minutos después el azabache puedo calmarse, levantando su cabeza del pecho de ambos.

–¿Crees poder contarnos lo que pasó?–Pregunto suavemente Willy.

El asintió, los tres de dirigieron al sofá, se sentarnos de modo que el menor estuviera en medio y esperaron pacientemente a que el nombrado empezará a hablar.

"¡Hey, Chico Fresa!" |Luckity Au|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora