"¡Hey, Chico Fresa!" |Luckity Au|

-"Capitulo XL"-

(Se recomienda poner la canción sobre todo en las partes de Luzu :])

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"El dolor consume y ahoga"

|Narrador Omnicente|

Aun no lo podía comprender, su propio padre, aquella persona que debía protegerlo, amarlo incondicionalmente y enseñarle, lo vendió sin pensarlo.

Lo había lastimado en lugares que nisquiera conocía.

El quería entregarse a la persona que amaba, que lo besaran de forma dulce, que acariciaran su piel calidamente, que por más tonto que fuese pidiera permiso, que le susurrara suavemente lo bello que era y lo mucho que le quería.

Pero su deseo adolecente había sido sacrificado para complacer la retorcido fantasía de aquel hombre.

"-¡Por favor para, me duele!-Su voz imploraba."

"-¿Crees que estás en derecho de pedir algo?-La voz ronca entraba por sus oídos y rompía su corazón."

"-No sabes cuanto espere esto...desde pequeño provocandome y me tuve que contener...pero hoy cumplirás mi fantasía-Sus ojos oscuros lo ahogaban en el miedo- Después de todo, estas echo para esto, se que en el fondo también lo deseas."

Sentía que era una mercancía barata, puesta en un mostrador para que todos la mirasen y quien tuviera el suficiente dinero lo comprara, para su simple y puro disfrute.

Solto un grito de dolor ante los recuerdos y pensamientos que invadían su mente.

No supo de dónde había sacado las fuerzas pero logró romper el espejo con solo su mano, no quería aceptar que ese era su propio reflejo, que su propio cuerpo estaba en ese estado, que esos recuerdos eran suyos, que lo que habia pasado era real; sentía que la suciedad se colaba atravez de la médula de sus huesos.

El ruido pareció advertir a uno de los empleados, quien rápidamente entró a la habitación preocupado, su semblante se pinto de horror al ver el estado del adolecente, sentia asco de pensar cual viejo le habia echo tal atrocidad. Se acerco lentamente, no queriendo asustarlo.

-J-joven...Lu-Luzu-Se agacho y apoyo suavemente su mano en el hombro del contrario.

Su mano fue apartada al milisegundo de forma realmente hostil por el oji rubí, incluso habia dolido de lo fuerte que le agarro, Luzu nunca había tratado así a ningún empleado.

Por su lado Luzu parecía tener un terror a recibir cualquier tipo de contento físico, sentir un inmenso asco ante el mínimo roce ajeno en su piel.

-N-no m-me to-toque...-Ordenó en un hilo de voz.

Su mirada parecía...apagada, perdida, nublada.

El adulto sabía que lo mejor sería dejarlo ahí, ya que si advertía a alguien podía meterse en problemas.