Y eso es todo lo que importa (SUPERCORP)

Capítulo 9

La Gala Anual de Recaudación de Fondos de CatCo es un jueves.

Como Luthor y directora ejecutiva de una empresa multimillonaria, Lena no se sorprende cuando recibe una invitación en su bandeja de entrada. Y siendo la hermana del odiador de extraterrestres más notorio de Estados Unidos y la directora ejecutiva de la empresa que se ha convertido en sinónimo de xenofobia, Lena no puede negarse.

Ella nunca ha sido fiestera. La universidad vino y se fue sin locas aventuras impulsadas por el alcohol, y el único experimento que hizo fue dentro del laboratorio, usando gafas de seguridad. Solía ​​odiar cuando sus padres la arrastraban a eventos todo el tiempo, enseñándole a caminar, hablar y actuar como una Luthor. Ella no puede soportar la risa falsa y el interés fingido que viene con este tipo de eventos, en los que todo el mundo está solo para socializar y crear o fortalecer conexiones con otras personas de clase alta.

Desafortunadamente, esa es exactamente la razón por la que no puede faltar a esta fiesta. Tiene una reputación que reconstruir, y mostrar su rostro en uno de los eventos más extravagantes de la costa oeste ayudará con eso. Todos los que son alguien en National City han sido invitados, y si quiere que la gente sepa que está haciendo todo lo posible para corregir los errores de Lex, este es el lugar perfecto para comenzar. Y, además de eso, donar a organizaciones benéficas siempre es una buena idea, no solo para ella, sino también para las personas a las que ayudará.

A medida que el jueves por la noche llega a su fin, mantiene ese pensamiento en su mente para reprimir el temor que se acumula en su estómago. La organización benéfica de este año se ocupa de ayudar a los niños en los países del tercer mundo mediante la construcción de grifos de agua potable, dándoles vacunas gratuitas y una educación para darles la oportunidad de un futuro mejor. Incluso si no se divierte, al menos hará algo útil. Algo bueno.

La noche de la fiesta, envía a su asistente a casa temprano y se pone un vestido diferente en su oficina. Es simple y negro, y no se diferencia de los que usa a diario ahora. Se retoca el maquillaje y practica su sonrisa educada en el espejo en el ascensor. En el fondo de su mente, escucha a Lillian repitiendo las lecciones de hace años.

— Hombros hacia atrás, Lena. A nadie le gusta alguien que encorva los hombros. Y mantén la barbilla en alto, de lo contrario tendrás papada. Mete el estómago, se ve gordo con ese vestido. Y sonríe, Lena, estás en una fiesta, no en un funeral.

Saluda al portero al salir, subiéndose al asiento trasero del coche que ya está conduciendo Héctor. Con un suspiro, se quita los tacones y se lleva las piernas al pecho. — Buenas noches, Héctor. Perdón por hacerte trabajar hasta tarde, habría conducido yo misma, pero aparentemente eso no es algo que se supone que hagan los directores ejecutivos.

Héctor le sonríe por el espejo retrovisor. — No es ningún problema, Sra. Luthor. Siéntese y relájese, es un viaje corto.

Lena se pone el cinturón de seguridad y se inclina hacia atrás, sacando su teléfono. Se desplaza por las páginas de sus redes sociales, algunas noticias y, aunque técnicamente no tiene trabajo, responde a un correo electrónico.

— Es posible que desee volver a ponerse los zapatos, señorita Luthor. Estamos a solo una cuadra de distancia.

Lena mira a través de las ventanas cegadas y, seguramente, CatCo está justo enfrente de ellos. Una vez más, Cat Grant hizo todo lo posible. En el exterior, hay una alfombra roja, repleta de prensa, e incluso Lena tiene que admitir que siente un poco de curiosidad por lo que hay dentro.

Unos segundos más tarde, cuando se detienen al comienzo de la alfombra roja, un hombre guapo vestido con un traje abre la puerta del auto con un gesto de invitación. Lena, con zapatos y todo, toma su mano para salir del auto, agarrando fuertemente su bolso con la otra.