Capítulo 1

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Guillermo

Yo no soy el tipo de hombre que cree en al amor, ese que piensa en encontrar a la mujer indicada para formar una familia. Sin embargo, mi padre y mi abuelo si son de esa clase de personas. Dos románticos sin remedio que encontraron el amor de sus vidas, se casaron con ellas y han vivido felices desde entonces.

Hace ya bastante tiempo, mi abuelo antes de morir había intentado imponerme su voluntad para que yo me casara y de paso formara una familia. Él, quería quitarme todo lo que por derecho me correspondía y de paso quería dárselo supuestamente al vividor de mi primo Leonel.

En el momento en que escuché semejante disparate, no pude evitar reírme en su cara por tal noticia. El creía que con ese chantaje tan barato yo iba a caer en sus juegos de manipulación, pero al ver que no tenía intenciones de ceder. Desistió por completo de su idea, pero me pidió que por lo menos conociera a la mujer que él había escogido y si no me agradaba podía hacer después lo que yo quisiera.

Ni siquiera mi abuelo, era capaz de dejarle a Leonel todo por lo que él se esforzó tanto en esta vida. Ya que él sabía perfectamente que eso era perderlo todo en un abrir y cerrar de ojos. Aparte, al ser el mayor de mis otros dos hermanos, por derecho me correspondía sustituirlo.

Cuando me lo pensé con calma, decidí que tal vez no era mala idea conocer a esa chica que él había escogido. Seguramente ella era diferente a las mujeres ambiciosas y falsas a las que estaba acostumbrado, lo que me pareció un poco interesante.

Síntia Galo una chica en apariencia algo agraciada pero no tanto, ella era la mujer que mi abuelo había escogido para mi.
Desde un principio cuando la vi, me pareció una chica callada y discreta. Sin embargo, esa careta calló más rápido que jabón en la ropa y resultó siento más falsa que la ropa en tiendas de segunda mano.

Era una maniática, una controladora y una celosa de esas que son peor que un grano en el trasero. Por eso maldije a mi abuelo por haberme escogido una mujer tan vulgar y es que no lo culpo del todo debido a que las apariencias engañan.

Cuando logré quitarme a aquella loca de encima, volví a mi vida cotidiana y correspondiente. La cual está rodeada de éxito y mujeres que solamente sirven para pasar la noche.

Estoy en mi oficina y de pronto entra mi mejor amigo acompañado de mi hermano. Lo que significa que esos dos algo tienen entre manos.

- Pero si miren nada más a quien tenemos aquí, al gran Guillermo de Luca. El multimillonario más codiciado de toda Italia y el hombre capaz de cambiar de mujer como cambia de ropa - dijo Letkiam Vitale con su gran humor.

- ¿Qué demonios hacen en mi oficina ustedes dos a esta hora? - pregunté sin despegar la vista de mi ordenador.

- Buenos días para ti también hermanito ¿Amaneciste bien hoy Hervie? ¿Cómo te la sientes? Literalmente no me la siento porque tuve a una trigueña bailando un tango horizontal sobre mi toda la noche - ese que le gusta hablar de más y se cree sarcástico, es mi hermano.

Digamos que él es una de las joyas de la familia, aunque la menor de nosotros es peor.

- No tengo tiempo para perder con ustedes, así que al grano de una buena vez. Díganme a que vinieron - dije sin más.

- Esa arrogancia tuya me toca hasta las bolas ¿Qué no te cansas de ella? - preguntó Letkiam aparentemente molesto y yo hago como si no existiera.

- Vinimos a preguntarte si querías ir al antro esta noche con nosotros. Ahora que pudiste librarte de la loca de Síntia, me imagino que un nuevo para de senos te quitarán lo amargado - Habló mi hermano.

No estaba mala la idea de ir de antro esta noche, a lo mejor encontraba a alguien que me gustara y podríamos hechar un buen polvo. Sacando la cabeza al fin de mi ordenador, me quedo mirando a las dos especies en peligro de extinción que están frente a mí por unos minutos.

- Está bien, mándenme la dirección del antro y yo les caigo. Sin embargo, no quiero que me busquen a ninguna mujer. Esta noche quiero escogerla yo personalmente.

Ellos solamente asintieron y se miraron entre sí con una sonrisa parecida al del gato de Alicia en el país de las maravillas. Esa sonrisa en ellos no podía significar nada bueno, no obstante yo dejaría que la noche siguiera su curso. Ya que si existiera algo para mí en ese lugar, no lo dejaría escapar.

El padre de mis Hijos Kde žijí příběhy. Začni objevovat