Capítulo 7

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Notas de edición: paso de 2647 palabras inicialmente a 3174 palabras

Harry

—¡Harry! Levántate, tenemos que irnos, despierta a Draco por favor— escuche la voz de Severus tras la puerta, por Merlín al fin era primero de setiembre y no lograba emocionarme como siempre con la ida a Hogwarts, el enorme castillo siempre había sido mi hogar; sin embargo, ahora tenía la sensación de que lo estaba dejando atrás.

Me levanté de la cama para acercarme a la de Draco —Draco levántate, tenemos que alistarnos para irnos—el rubio ni se inmutó, suspirando, decidí dejarlo dormir otro rato mientras yo me bañaba y me vestía.

Cuando salí del baño sin camisa, con el pantalón desabrochado, mientras me secaba el cabello, lo encontré sentado en su cama, con el cabello adorablemente desordenado, mientras se frotaba un ojo con su mano. Cuando me vio acercarme de quedo quieto mirándome atentamente con algo parecido al interés y eso me puso nervioso, que me observará interesado, no sería lógico, ya que Draco tenía novia, la odiosa de Pansy Parkinson, su compañera de casa del mismo año, que siempre estaba colgada de él. Más bien me sorprendía que mi jugada del día anterior no hubiera causado que me golpeara al ser tan descarado con él, no estaba seguro de que me había pasado, solo me había faltado besarlo y la verdad no podía negar que era algo que deseaba hacer.

—Buenos días, Draco, ¿dormiste bien?— pregunté mientras me acercaba al armario a sacar una camisa verde botella que Sirius decía que iba a la perfección con mis ojos, y la pasaba sobre mi cabeza, acomodándola dentro del pantalón y abrochándolo.

—Buenos días, Potter— contestó Draco, mientras tomaba cosas de su baúl, no lo había visto moverse, debí haberme imaginado el interés, si estaba actualmente evitando mi mirada. —Voy a ducharme— dijo, antes de que siquiera pudiera decirle nada más, se encerró en el baño.

Poniendo los ojos en blanco, termine de vestirme, me acomode el cabello en media coleta. Los aretes no me los removía nunca. Había permitido que mis amigos me molestaran la última vez que los vi, eso no iba a pasar de nuevo.

Tirando dentro del baúl de la escuela las últimas cosas que debía llevarme. Estaba listo para un año lejos de casa, tomando la jaula de Hedwig y mi baúl bajé a la cocina a desayunar, mientras Draco se unía a nosotros.

—¿Cómo te sientes Harry? ¿Estás nervioso?—pregunto papá y sabía perfectamente por qué lo hacía, por la reclasificación, a pesar de que la idea de que me reclasificaran no me había quitado el sueño, me tenía algo inquieto ahora que era algo inminente.

—Estoy bien, creo. No será el fin del mundo si no vuelvo a quedar en Gryffindor —Justo en ese momento entro Draco cargando su baúl. Estaba vestido prolijamente con su ropa de niño rico, llevaba unos pantalones de tela color gris y un suéter azul medianoche. Con unos zapatos de formales y pulidos que parecía que podía ver mi reflejo en ellos.

Draco evidentemente escucho la conversación por la expresión curiosa en su rostro —¿De qué habla Potter? Severus— preguntó a mi papá. Evitando mi mirada cuando se sentó, mientras que yo seguí desayunando como si no me lo hubiera comido con la mirada, por las bolas de Merlín estaba empezando a ser evidente de que Malfoy me gustaba y no en plan de solo quiero que seamos amigos.

—Sabes que Harry fue expulsado, ¿no?—le pregunto papá al rubio, cuando Draco hizo un sonido de aceptación continuo —Bueno, al ser expulsado, tuvo que ser aceptado de nuevo en Hogwarts, por lo que Harry tiene que ingresar como un alumno nuevo, y deberá pasar por la selección de casas otra vez—

Levante la vista, para ver porque no había dicho nada. Él seguía viéndose curioso, —así que a eso es a lo que te referías anoche— dijo en ese tono de voz que siempre me molesto anteriormente. —Bueno Potter, es más que obvio que vas a quedar en Gryffindor de nuevo, el niño dorado jamás sería un Slytherin —dijo Draco resoplando sarcásticamente y luego siguió comiendo.

Una Serpiente con piel de LeónWhere stories live. Discover now