Capítulo XXVI

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               (Lauren)

    Abrí la puerta de mi casa, todo estaba hecho un desastre, estaba segura que me habían robado algunas cosas, enseguida me coloqué a limpiar, Camila había ido al hospital a pasar el día con Daniel, ya hoy le van a dar el alta, me contentaba muchísimo, aún está algo delicado, pero la energía y la buena actitud de ese niño hacía que de alguna manera no se preocupara por los golpes de su cuerpo, algo que a mi me dolía, como pudo Alex ser tan inhumano, estamos hablando de un niño, por el amor a Dios. 

   Camila me comentó que lo traería para acá, además que se quería quedar conmigo, no quería dejarme sola y mucho menos a Daniel. Barrí y cepillé el piso, moví y limpié los muebles y estantes, luego fui a la cocina para también limpiarla, igualmente con las habitaciones. Era raro estar afuera, no pasé allí una eternidad, pero igual me sentía rara, no sé, como que algo no estuviera bien, ¿Que sentía miedo? Pues sí. No dejaba de ver por las ventanas, o cualquier ruido en la puerta me alertaba. Este no era el plan de vivir aquí, no así. Quería decírselo a Camila, pero sabía que eso la iba a colocar de un modo de sentirse culpable y por ahora yo lo dejaría pasar. 

—¡Lauren! —Escuché, casi terminaba de limpiar, miré el reloj en la pared y ya iba a dar las cuatro de la tarde, me sorprendí como se me fue el tiempo, después de ver la hora fue que mi cerebro se acordó que debíamos comer. —¡Amor! Soy yo Cam. —Apresuré mi paso y abrí la puerta. 

—¡Lauren! —Daniel se abalanzó sobre mí, lo abracé con todas mis fuerzas, hasta unas lagrimas se me salieron, me alegraba tanto de poder abrazarlo nuevamente y que estuviera bien. —¡Auch! —Se quejó y enseguida me separé disculpándome.

—Lo siento mucho, pero es que me alegra tanto verte. —Sonrió. 

—No te preocupes, a mi también me alegra. —Entraron a la casa, Daniel se paralizó un poco y se quedó viendo la nada, nos agachamos para estar a su altura y saber si estaba bien.

—¿Dani? ¿Todo en orden? —Miré a Camila con preocupación, pasaron unos escasos segundos y volvió en sí. 

—Sí, todo cool. —Volvió a sonreír seguro de sí y siguió caminando, suspiré.

—Venía hablando de ti todo el camino. —Camila comentó tratando de seguir con el momento como si nada hubiese pasado, él se sonrojó un poco. 

—Es que me gusta estar con Lauren. —Le sonreí yo esta vez. 

—¿Si? Me voy a colocar celosa. —Pasamos a la habitación. —Me vas a cambiar por Lauren. 

—Es que tu eres mi hermana, nadie podrá quitarte ese puesto. —Lo ayudó acostarse. —No tengo sueño aún. —Cruzó sus brazos haciendo su mejor gesto para convencer a cualquiera, un puchero.

—Lo sé, pero debes estar en reposo, en dos horas te tocan tus medicinas, además tienes que comer. —Asentí mientra le encendía el televisor a Daniel.  

—Hablando de eso, tengo que salir a comprar algunas cosas, el día se me fue aseando el lugar, es que si te cuento, estaba hecho un desastre. —Camila pensó un poco. —¿Que pasa? —Le pregunté.

—Es que no quiero que vayas sola. —Me susurró. 

—Amor, tranquila, Daniel no puede quedarse solo, no va a pasar nada, trataré de ir lo más rápido posible. —Me sujetó la mano dudando aún. 

—¿Nos quedaremos aquí? —Preguntó Daniel, lo miramos y Camila asintió. 

—Sí, ¿Te gusta la idea? —Sonrió. —Me parece que sí. —Reímos. 

A SECRET HEART. | CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora