Capítulo I

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   Me gustaba el paisaje que me estaba acercando, palmeras, costas, barcos pesqueros, personas que no necesitan verse bien, con simples jeans, camisas sueltas, descalzos o sencillas sandalias pasan su día a día, ajuste un poco mis lentes de sol mientras manejaba, y pensaba sobre mi vida los últimos meses, me gradué de la universidad como licenciada en literatura, esperaba después de eso, escribir un libro o trabajar en alguna editorial. Mi novia de cuatro años y medio decidimos dejarlo antes de que todo se colocara peor, entendía que su carrera era primero antes de cualquier cosa, y yo no quería que termináramos odiándonos. En fin la vida a veces se sale de la forma que nos gusta y se tiende a torcer un poco, es donde decimos ¿Por qué a mi? ¿Que hice mal?... 

Mi madre y padre murieron unos días después de mi acto de grado, parece que su auto fue el elegido para irse por ese barranco de no se cuantos metros de altura, el funeral había sido hace tres meses, me quedé con mi hermana Natalie y mi hermano John, son mayores que yo, pero no por mucho nos llevamos solo un año. Natalie con veintiséis, trabaja con bienes raíces, John de veinticinco, le encanta los autos y todo lo que se refiera a la mecánica, y yo de veinticuatro, una chica perdida entre palabras, poemas y poesías.

Decidí irme a vivir con mi tía Letty y su esposo Henry, en el funeral ella se había ofrecido y muy amablemente le dije que lo pensaría, después de todo estoy aquí manejando unas seis horas, para vivir en un área fuera de mi zona de confort, pero me gustaba la idea, despertar con el sonido del mar y las aves, si, suena bien.

Mis pies en la arena se sentían a gusto, mi mente aun no estaba aquí pero me tendría que acostumbrar, baje mis dos maletas y un bolso de mano, el cual me colgué en el hombro, miré a mi tía Letty salir con una gran sonrisa de la casa, bajó las escaleras corriendo hacia a mi.

—Cariño! Que bueno que ya estés aquí. —Nos dimos un caluroso abrazo.

—Si, lo mismo digo tía, de nuevo gracias por recibirme, es un placer estar acá —Sujetó mi rostro haciendo que la viera.

—No tienes nada que agradecer ésta es tu casa, además siempre te he querido como una hija y lo sabes -Sonreí y cargó una de mis maletas. —Vamos, ya tu tío de debe estar sirviendo la comida, entramos y deje mi bolso en un sofá cerca, vi a Henry salir de la cocina con una especie de delantal en su cintura.

—Lauren! Que bueno que ya llegaste, ya iba a colocar a tu tía a llamarte. —Le di un abrazo.

—No es para tanto, ya estoy aquí y huele muy bien!

—Ah! Es que te encantará lo que acabo de cocinar! —Dijo Henry yéndose a la cocina nuevamente.

—Ahorita te gustará, pero después lo comerás todos los días si lo dejas cocinar a menudo y terminaras odiándolo. —Reímos —Ven te mostraré tu cuarto.

Al entrar, lo que llamó mi atención era la gran ventana que tenía, todo el cuarto era muy claro, gracias a la luz del sol, tenía un pequeño escritorio, una cama, un baño, un estante con varios libros, los cuales enseguida revise, un closet y para mas comodidad un puff me encantaba este tipo de muebles.

—Está genial gracias.. —Me miró con una media sonrisa acercándose a mi.

—Lo que sea por ti, no quiero que te reprimas de hacer algo aquí, excepto hacer fiestas, llegar tarde, fumar marihuana, formar peleas.. Etc..

—Tranquila ya no soy una adolescente —Reímos.

—Te quiero mucho mi niña —Me dio un beso en mi frente y fuimos a comer.

   Me encontraba en el porche, mi vista no se quitaba del mar, era algo muy lindo y en el atardecer lo era aun más, Henry se acercó y se sentó a mi lado.

A SECRET HEART. | CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora