Min Yoongi es un joven productor, maestro de música en la mejor universidad de Corea y rapero, ama tener sexo, no quiere enamorarse, solo quiere sexo alocado, eso hasta que conoce a la indicada
Iby, es una de las mejores alumnas que tiene la univers...
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Iby se encontraba en su casa, con un vestido azul marino entallado, medias y zapatillas negras de suela roja, su cabello suelto y ondulado de medios a puntas y un maquillaje sencillo.
En eso escuchó su teléfono sonar, lo busco por la habitación, encontrandolo en la cama, lo tomo y respondió la llamada de Yoongi.
Hola Min – saludo con una sonrisa enamorada
Hola hermosa, te llamo para avisarte que la cena será en el jardín, así que abrígate bien, el viento está helado –
Gracias – respondió revisando su armario
Voy en camino y espero que ya estés lista o la cena se enfriará –
Te espero – se despidió y cortó la llamada
Una idea loca se le vino a la mente en cuanto vio su abrigo rojo colgado en el armario, sonrió y lo tomo, lo dejo en el borde de la cama y fue a buscar algo que combinará a la perfección con el abrigo y volvió a cambiarse de ropa.
Para cuándo el pálido llegó, ella ya estaba esperando afuera de la casa, con ese abrigo rojo al igual que sus labios.
Sonrió al ver que Min se bajaba del auto y le abría la puerta como todo un caballero, se subió y él cerró la puerta con delicadeza, rodeo el auto y subió en su lugar, ambos se colocaron el cinturón de seguridad y se dirigieron a la casa de Yoongi.
Cuando llegaron a la casa, Min la guío al gardin, donde una pequeña mesa para dos los esperaba, un camino de velas con pétalos rojos esparcidos por el centro hasta llegar a la mesa, una imagen muy romántica era lo que Iby veia.
¿Planeas pedirme matrimonio?– bromeó
Demaciado pronto para dar ese salto – aseguro Yoongi – pero si quieres vivir conmigo yo no tengo problema con ello – dijo tomándola de la cintura y la acercó a la silla – ¿Te dije que te ves hermosa?–
No que yo lo recuerde –
Bueno, pues te ves realmente hermosa con ese abrigo – se acercó a depositaron corto beso – y muero por ver el vestido que está de bajo de el – susurro con vos ronca –
Oh, creeme que encantará – sonrió ladina – pero ahora cenamos y luego podrás disfrutar del postre – le guiño el ojo
Muy bien, eso me párese perfecto –
Tomando asiento frente a ella, destapó la botella de vino que los estaba esperando, vertió el contenido rojo el las copas y le extendió una a Iby, la cual la recibió con una sonrisa y susurro un "Gracias" antes de beber y degustar de ese sabor tan único.
Creo que ya te habrás dado cuenta que soy amante del vino tinto –
Lo se, y a este paso me harás amante a mi también –
