The Hunter of Demons © HDM#2 [+21]

1: Hunter

Jueves 02 de septiembre del 2023

Evangeline

Llevo más de cinco meses vigilando a mi presa... estudiando sus movimientos y aprendiendo su comportamiento. No es cualquier demonio, ni súcubo, ni incubo, tampoco un aburrido poseedor.

Estoy hablando de un príncipe del infierno, me fascina la idea de cortar su cabeza y disecarla. Tener el premio gordo es mucho mejor que ser conformista con las migajas de otros cazadores.

Tal vez esa es la diferencia entre los otros y yo, ellos lo hacen para que haya un equilibrio en la tierra, y yo... para divertirme, porque es una tensar la flecha y soltar a matar.

Las Wolgonter son descendencia de antiguos cazadores... yo no sé de dónde vengo, porque no tengo ese sentido de tranquilidad y cazar en manada.

Que aburrido...

—¿Evangeline? ¿Liz? ¿Me estás escuchando? —despegué la mirada del desayuno, para luego mirar a mi padre. Su uniforme de oficial está muy arrugado... Mierda, eso me molesta.

—Papá, debiste darme tu uniforme para quitarle un poco las arrugas —paseé mi mano por este tratando de alisarlo.

—Tú y tú perfeccionismo —sonríe resaltando sus regordetes cachetes rosados. Se pasa la mano por su cabeza peinando su poco cabello—. Por cierto, ¿Por qué le estabas sonriendo al plato? —levantó sus pálidas cejas rubias con picardía.

Papá siempre ha sido así de risueño —no diría lo mismo de mi—. Me da la confianza de hablar con él... desde ese día en la que me vio por primera vez.

—No es nada, papá —le restó importancia. Tomé un bocado de fruta y volví a mirarlo, no ha quedado muy convencido.

—Liz, no me mientas. —la mención de mi apodo me hace suspirar, recuero que los primeros días en su casa se le hacía difícil pronunciar mi nombre, y por eso me apodó así—. Hace mucho no te vía sonreír de ese modo.

Ojalá pudiera contarle sobre lo de ser cazadora, pero es algo que tengo prohibido hacer. Si tuvieran conocimiento de lo que soy, comprendiera que... hace tanto no tenía una presa tan tentadora, como lo es aquel príncipe.

—¿Qué tal tú Cita con Samuel? ¿Ya se besaron? —era mi turno de darle una mirada pícara.

—A penas y se su nombre bien, y crees que lo besaré, no soy así de rápido —me mira por encima de su taza de café—. Por cierto...

El sonido del claxon lo hace callar.

—Otra vez él —papá rueda los ojos de un modo muy dramático—. Él me cae mal —susurra.

—Señor Alexis Polkov.... —Suspiro profundo— Menciona un ser vivo que no te caiga mal, literalmente, respiran y ya quieres a la mitad de la población lejos de ti.