The Hunter of Demons © HDM#2 [+21]

Prólogo

Cinco años atrás...

Evangeline.

Había estado en bastantes situaciones con mamá cuando tenía 16 años, En una misión, una cacería, un ataqué de demonios, pero ninguna de las anteriores se igualaba a la que viví esa noche, ninguna está al nivel de esta persecución y el miedo que sentí. —Mis pies duelen, la respiración me falta, en cualquier momento caeré al piso desmayada. —Porque en ninguna había estado al borde de ser elimina de este mundo.

Nunca le tuve miedo al bosque que está al límite de Akula, (Ciudad de demonios) mamá siempre cazaba allí a los demonios, pero esta vez, quien nos persigue no es un demonio. No hay ventaja de como eliminarlo.

—¡Evangeline, carga tu arco! ¡Ahora! —su grito hizo que los cuervos revoloteen sobre nuestras cabezas en medio de la oscura noche.

Mamá apartó las ramas con su espada de fuego de infierno, pero a pesar de todo yo tenía las mejillas llenas de cortes. Acaté la orden de mi madre, iba detrás de ella, su capa negra se ondeaba con el viendo gélido de la noche, acomodé la flecha y...

—Mamá no podré hacerlo mientras corro. —jadeé sofocada.

—¡Una Wolgonter jamás dice no poder lanzar una flecha! —La espada cortó un árbol completo por la mitad. —¿Qué te he enseñado, Evangeline?

Y eso fue lo que me hizo reaccionar... que la sangre se me vuelva ácido y las manos tomen vida propia.

Levanté la mirada, tensé la flecha y apunté al cielo, en la mira tenía a esa criatura que su orden era acabar conmigo, por culpa de mi marca, de aquella señal que les indicaba que yo tenía que morir.

—Todo se puede, todo se acata, una Wolgonter jamás caerá sin luchar... —le respondí.

Mis cabellos negros se movieron al son de la brisa cuando la flecha con violencia cortó el aire y adquiría "la bendición" se incrustó en el pecho de la criatura dando justo en el blanco, pero... no acabó con aquel ser...

—¡Evangeline! ¡Atrás! —Mamá me apartó al tiempo que ese ser caía en el suelo, causando que la tierra se remueva y los árboles tiemblen, las criaturas de la noche se exaltaron ante aquel poder, esa espada... es la que querrá sacar mí corazón.

Miré a mamá, sus ojos verdes iguales a los míos tan bravos como siempre, su cabello negro se había deshecho de la trenza danzando con el viento, su postura detonaba que me protegería a toda costa.

—Una Wolgonter sacrifica todo por su cría...

Mis vellos de pusieron de puntas con aquella oración.

—No... —negué.

Fue tan rápido que no lo pude ver venir, mamá me lanzó la espalda, la tomé en el aire, pero solo fue una estrategia para ella poder quitarme el arco y la flecha en mis manos. Por el rabillo del ojo vi las alas de la criatura, pero era muy tarde para hacer algo, mamá me había lanzado una flecha que me hizo caer al abismo de la cascada.

Una flecha sin punta lítica...

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Holissss!!!

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