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ya para el almuerzo me enteré que tomás, en otras palabras, tiró seis huevos al tacho

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ya para el almuerzo me enteré que tomás, en otras palabras, tiró seis huevos al tacho.

ahora capaz la comida no escaseaba mucho pero ya sabíamos que la compra semanal iba a ser con la mitad del presupuesto, si comenzábamos a desperdiciar ahora no íbamos a llegar a ningún lado.

estaba, como ya acostumbraba hacer, en el sillón de afuera acostada. marcos estaba sentado en uno de los sillones individuales, agustin, julieta, coti y daniela también estaban.

- de verdad no entiendo como te puede chupar tanto un huevo convivir con tanta gente y desperdiciar así la comida - dije claramente con un tono enojado

- son así, se piensan aparte que esas cosas garpan afuera y la verdad que, para mi, es todo lo contrario. con todo lo que esta pasando en el país que desperdicien cosas no queda bien - me respondió coti

la verdad que ella era una de las pocas que lograba caerme bien, tenía a todos bastante vigilados, no quería que me hagan una jugada por atrás.

- aparte seguro van a ser los primeros en quejarse sobre la comida la semana que viene - añadió a la conversación daniela, esta le estaba haciendo caricias en el brazo a marcos

los miré sin decir nada, el salteño pareció darse cuenta de mi mirada y se apartó rápidamente de ella. tampoco era mi intención que haga eso, él era libre de estar con quien quiera o hacer lo que quiera, tal como yo, pero me era imposible disimular mi cara.

creo que todos en la ronda se dieron cuenta, más que nada julieta que se rió un poco.

seguimos hablando por un largo rato, era impresionante ver como todos en la casa estaban enojados con lo sucedido horas antes pero nadie se animaba a enfrentar a holder.

en un momento gran hermano interrumpió la charla llamando a todos al sillón para que cada uno cuente el papelón más grande de su vida.

casi todos me hacían reír, no podía creer en la cantidad de situaciones bizarras que se habían metido mis compañeros.

cuando llegó mi turno tenía bastante en claro qué contar.

- tenía dieciséis años y andaba con uno de por ahí, literalmente nos decíamos te amo y todo pero no eramos novios. no se me ocurrió la mejor idea de pedirle que sea mi pareja en su cumpleaños.

》 voy a la casa a la mañana, me abre la madre que ya me conocía, y me saluda con una cara de pena increíble. adentro estaba toda la familia, él y la novia que tenía. me quise matar en ese momento, literalmente quedé humillada frente a todos y me hizo mierda psicológicamente

algunos se rieron y otros me miraron con pena, siendo sincera era un tema ya superado por lo que decidí reírme para que me dejen de mirar de esa forma.

llegó el momento de juan para contar su experiencia y marcos se paró a tomar un vaso de agua, la verdad que para mi no fue relevante pero para el de trenzas se ve que si.

tuvieron un entredicho de palabras frente a todos, donde el salteño lo dejó bastante en su lugar. lo que más me causó gracia es lo convencido que estaba juan de que marcos el domingo se va.

- como estamos acá diciendo un poco las cosas que pensamos. me parece bueno destacar que la próxima que a alguno no le guste alguna comida no se debe tirar, se debe guardar en la heladera. no estamos para andar desperdiciando - dije llamando la atención de todos

- ¿algo para decirme, nena? - me dijo tomás en un tono prepotente

- no dije ningún nombre pero esta buenísimo que te hagas cargo, no estas en tu casa donde podes tirar las cosas, compartis comida con dieciocho personas más, respeta un poco.

- vos no sos nadie para decirme lo que puedo hacer

- vivimos juntos, participo en las decisiones que nos conciernen a todos. deja de hacer boludeces

la discusión culminó en ese  momento, el grupo de nacho de fue a una de las habitaciones, estaba segura que nos estaban sacando el cuero a marcos y a mi.

me dirigí al cuarto de las chicas para elegir la ropa que me iba a poner luego de bañarme, atrás mio entró el salteño.

- ¿cómo estas, prima? - me preguntó sentándose en mi cama

- re caliente, se hace el vivo después de mandarsela. encima el otro boludo que tiene como perro faldero te dice a vos que te vas a ir

- no les des importancia, pri. ellos creen que están jugando y la gente desde afuera ve todo lo que hacen, si yo estoy tranquilo vos deberías estarlo

me senté a su lado y apoyé mi cabeza en su hombro, me empezó a hacer caricias en la cabeza.

- estoy segura de que no te vas a ir pero me estresan ellos, se creen la gran cosa y nada que ver

estuvimos de esa forma un rato, hablamos sobre lo que nos gustaba hacer a ambos y de nuestras familias. más allá de que si llegaba a pasar algo entre ambos, me gustaba la amistad que comenzaba a surgir.

la ducha que me iba a tomar quedó en suspenso, me distrajo lo suficiente el sallteño.

- ¿nervioso por la cena de hoy? - le pregunté separandome de su lado, él cuello ya había comenzado a dolerme un poco

- muy tranquilo, ni se de qué vamos a hablar los tres porque con el único que tengo algo en común es el agus

- intenta no pelear, es al pedo con tipos como él

le dije acariciándome un poco el cuello, el dolor me estaba matando.

- ¿te duele, prima? date vuelta que te hago unos masaje'

- anda a hacerselos a coti mejor - le dije riéndome

- ¿andamo' celosas?

me dijo levantando ambas cejas, agarré la ropa anteriormente elegida.

- ¿yo? si no hay ninguna mejor

luego de decirle eso salí corriendo hacia el baño, él me siguió de atrás mientras reíamos pero no me alcanzó.

me metí a bañar y para cuando había salido él ya se había ido a la "última cena".

amor en juego | marcos ginocchio Where stories live. Discover now