Capítulo 8

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Con el pasar de los días Horus el gato le llevaba a Emma ratones muertos, aves muertas y cualquier animalito que el cazaba. Emma se encontraba espantada en muchas ocasiones y nunca faltaba el regaño al gato cuando ella lo miraba con un ratón en su boca.

—Es tan desagradable —se quejó mientras tomaba asiento en el suelo de madera frente a ella Horus tomaba una siesta luego de haber tomado hasta la última gota de leche de su tazón, su frustración al recordar las cacerías del gato la hizo estremecerse sin poder evitarlo, a su lado Keisuke la miró divertido.

—¿Qué esperabas? Es un gato que recogiste de la calle, ha cazado toda su vida para sobrevivir.

Había dicho que no necesitaba ayuda pero a la primera que Horus le había llevado una paloma muerta ella supo que no podía manejarlo tan bien como decía.

—Sí, pero ahora yo le compro comida y le doy leche —Emma hace una gesto de desagrado que Baji encontró gracioso— Me gusta este gato pero ¿En serio es normal eso?

—No le des muchas vueltas Emma, los gatos son animales cazadores por naturaleza —Baji extendió la mano hacia el felino para acariciarlo— Peke J suele hacer lo mismo también.

—Mikey tenía razón, no sé cuidar gatos.

—Solo tienes que ser más comprensiva, Horus no te quiere espantar. Imagina que él simplemente quiere mostrarte el fruto de su ardua cacería.

—Lo intentaré.

Emma cerró los ojos tratando de escuchar sus pensamientos. De repente le da por mirar a Baji y al verlo lo primero que atrajo su atención fue su cabello, lo llevaba suelto y a la luz del día se miraba brillante y sedoso.

—¿Cómo haces para que tu cabello se vea tan bien? —pregunta curiosa— ¿Puedo tocarlo?

Keisuke inclina su cabeza y ella atraviesa la cortina de cabello fácilmente, era tan suave que Emma de verdad estaba fascinada.

—No lo sé, solo uso jabón —Keisuke se lleva una mano atrás de la cabeza, Haruchiyo le había preguntado lo mismo una vez.

—¿¡Tú qué!? Debes estar mintiendo, no hay forma que tu cabello se vea así de hermoso solo con jabón Keisuke —Emma se incorpora, de rodillas frente a él y con el permiso anterior de tocar su cabello se acercó aún más para olerlo.

No olía a shampoo ni acondicionador o alguna crema para peinar. No podía estar hablando en serio.

—Me siento acosado —bromeó, Emma se alejó nerviosa.

—Y yo usando toda una línea de productos para mi cabello y tú solamente usas jabón —Emma observa su propio cabello rubio y lo acaricia, no estaba en malas condiciones pero sentía envidia.

Si su cabello pudiera mantenerse así solo con jabón se ahorraría mucho dinero.

—Pero el tuyo huele muy bien.

Y Emma sintió como se acercó y tomó un mechon de cabello para olfatearlo. Ahora entendía porque Keisuke se había sentido acosado, aquello era demasiado raro para ella.

—No hagas eso —Emma le cubrió la nariz a Baji para evitar que siguiera oliendo su cabello. Por supuesto que olía bien, no gastaba tanto dinero solo para que su cabello no oliese a vainilla.

—Es mi venganza —y Keisuke besó las manos de Emma que al instante desaparecieron de su nariz.

Tal vez fue la cercanía del momento. Tal vez fue que los labios del chico se sintieron tan suaves sobre sus manos. Tal vez fue Baji Keisuke mirándola de aquella forma que sintió su corazón sentirse más agitado de lo normal y pensó en las mariposas que hicieron un desastre en su interior.

El beso de Keisuke le había gustado... o simplemente era una señal de que estaba ovulando.

Baji asumió de una vez por todas la enormidad de lo que acababa de hacer. Acababa de besar las manos de Emma y olían a vainilla, seguro era esa crema que la había visto aplicarse antes en sus manos. Las mariposas en su estómago le hicieron sentir incómodo, Emma sólo había desviado la mirada nerviosa como si necesitara asimilar lo que había pasado.

Ya lo hecho, hecho estaba. No podía simplemente decir que era una broma, está era su oportunidad para hablar seriamente con ella.

—Escucha, sobre-...

Keisuke nunca deseó antes que un sonido desapareciera de la faz de la tierra como el timbre del teléfono de Emma que lo había interrumpido en ese momento. Odió con toda su alma a quien estuviera del otro lado de la línea.

—Hola Hina —respondió Emma, Baji bufó por lo bajo. Ahora tenía algo personal contra la novia de Tontomichi.— Sí, siempre será hoy. Mikey dijo que se iría a no sé dónde... Seguramente a pasar la noche en la casa de alguno de sus amigos. El abuelo estará en casa hoy así que no te preocupes, no estaremos solas. Sí, te veo más tarde.

Emma finalizó la llamada y sonrió entusiasmada, su primera pijamada con su primera amiga, casi no podía contener la emoción.

—¿Planes para hoy? —preguntó, sabiendo que no iban a mencionar lo que había pasado.

—Hina pasará la noche conmigo hoy —Emma sonrió y Keisuke se mordió el interior de la mejilla para evitar decirle lo linda que era su sonrisa.

—¿No vas a invitarme? —bromeó para ver si podía hacer que ella se molestara y aliviar la tensión que sentía en el ambiente.

—¿Quieres venir? No quemaremos autos así que te aburrirás —le advirtió.

—¿Hablas en serio? Yo solo estaba bromeando.

—No me molestaría que hubiese más gente y tampoco pienso que a Hina le importe... Además, me gustaría aplicarte una mascarilla, tu rostro de por sí se ve bien y puedo apostar que no utilizas nada.

—¿Cuántos productos se necesitan? El jabón soluciona todo.

—Estas hecho de una forma distinta —le miró molesta haciendo sonreír a Baji— ¿Vendrás entonces?

Iba a aceptar hasta que se acordó de Kazutora y que prácticamente ahora vivía en su habitación.

—Kazutora vive en mi habitación ahora, no puedo dejarlo sólo o mi mamá creerá que es alguien que se metió a robar —dijo Baji, no quería meterse en detalles de cómo Kazutora ha estado durmiendo en su habitación los últimos días sin que su madre se enterara.

—Eso es un problema —Emma lleva una mano a su mejilla y piensa— Mikey no estará hoy, si él viniera en teoría no tendríamos que preocuparnos.

—¿Estás invitando a Kazutora a tu pijamada? —dijo en tono burlón. Valdría la pena si podía ver a Kazutora con una de esas mascarillas en la cara.

—Sí, porqué no —Emma sonrió y se encogió de hombros.

Tachibana Hinata, Emma, Kazutora y él. Por mucho que se esforzara no podía imaginar si aquello iría bien o mal.










Cero interés | BajiEmma Where stories live. Discover now