Capítulo 11

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—¿Cómo van las cosas con Draken?

Emma suspiró para luego arrugar la nariz, mientras Hinata y Kazutora ya estaban a metros de distancia a la orilla del mar, ella y Baji se habían quedado cerca de una fogata apagada que alguien dejó. Bastaba usar el encendedor que se habían encontrado en el suelo para poder darle vida de nuevo.

—¿Por qué tenías que arruinar el ambiente con esa pregunta? Sabes muy bien que no ha pasado nada —dice con un tono herido, su rostro decaído no oculta ningun detalle de su disgusto. Ella agarra una ramita y empieza a picar los escombros que se quemaban en la fogata— Eres un metiche.

—A este paso serás una abuela y jamás te atreviste a decir algo.

Y qué más daba si se volvía una abuela sin poder decirle nada a Draken. No es como si no quisiera hacerlo, era sólo que le daba miedo el rechazo y, cuando por fin encontraba valor algo se interponía en su camino llevándose su valor. Y a veces ese algo era el mismo Draken.

—Lo he intentado, eso no puede ser negado. Hace un par de días intenté invitarlo a salir, le diría en esa cita lo que sentía.

Baji tensó la mandíbula.

—Me dijo que no podía, tenía que darle mantenimiento a su estúpida motocicleta —añadió con rabia la rubia. Entendía el amor a esas motocicletas, lo que no entendía era el porqué Draken había priorizado el mantenimiento de Zephyr. Unas motocicleta podía ser arreglada cualquier otro día.— Odio a Zephyr. Me siento patética al pensar que mi rival de amor no es una chica, es una motocicleta.

Baji quería decir algún comentario para burlarse de su situación y aliviar la atmósfera. Pero la mirada de Emma se veía tan perdida entre las llamas de la fogata que entendió que sólo empeoraría las cosas, ella de verdad estaba ofendida.

Simplemente se quedó callado hasta que Emma volvió a hablar.

—¿Soy molesta?

—¿Por qué preguntas algo cómo eso?

Los labios de Emma tiemblan, se acomoda aún más el abrigo que ha traído consigo mientras escucha a Hinata lanzar una risa desde dónde está. Kazutora seguro le dijo algo muy gracioso.

—Draken no me ve de la forma que yo quiero. Es raro el momento que desea acompañarme a un lugar y sé que lo hace porque soy la hermana menor de su mejor amigo —toma una respiración honda para seguir hablando— Yo de verdad creí que podría hacer esto. Que podría mirarlo directo a los ojos y decirle te amo, Ken-chan.

El estómago de Baji se revuelve cuando escucha los primeros sollozos de la rubia.

—Pero siempre es ToMan, Zephyr y Mikey los que tienen su atención. Y cuando quiero tener un poco más yo... seguro soy molesta para él.

—¿Cómo estás tan segura?

—Lo veo en su mirada —Emma deja de sollozar, limpiando su nariz con la manga de su abrigo. Baji solo puede pensar en que si existe la posiblidad de que Draken guste de Emma realmente el problema es que el tipo no sabe expresarse como es debido.— Ken-chan tiene cero interés en mí.

Una suave brisa pero gélida arrastra el aroma del mar hacia ellos. La fogata parece inestable pero se mantiene ardiendo. Emma ya no tiene los ojos llorosos, ahora parece pensativa.

—¿Piensas seguir intentándolo? —pregunta Keisuke, curioso ante el repentino desarrollo en los sentimientos de Emma que habían pasado de ser fuertes como la roca a ser frágiles como el cristal.

—No lo sé. En este momento estoy cuestionando mis sentimientos por él, aún así, no puedo encontrar amor o decepción. Solo siento tristeza, de sentirme en segundo lugar en una competición con Zephyr.

Era ridículo y ella lo sabía. No le importa si Baji la llamaba dramática o se burlaba de ella por perder contra una motocicleta. Lo único que quería era desahogarse con alguien y Hina seguía paseando con Kazutora. Pese a esperar alguna burla típica de Keisuke se llenó de sorpresa con sus palabras.

—No deberías sentirte de esa forma, Emma. Mereces a alguien que no te haga sentir que eres el segundo lugar, mereces a alguien que pueda dejar a un lado todo lo demás por ti. —el tono serio en la voz de Baji hace que Emma lo mire directo a los ojos, de la nada su corazón empieza a latir con fuerza y una inexplicable resequedad ataca su boca antes de que ella pueda decir algo al respecto— Pienso que así debería ser.

Keisuke no tiene idea si él haría sus propias palabras, pero estaba seguro que jamás pondría su motocicleta por encima de la persona que ama. Aparece un nudo de inquietud que Baji se traga ante el silencio de Emma.

—¿Alguien como tú? —pregunta Emma y el corazón de Baji se detiene.

Emma sabe que en los últimos días se ha sentido un poco atraída por Baji aunque se estuviera haciendo la tonta, de alguna forma se siente mejor cerca de él aun cuando su mente estuviera divagando en Draken. Era una forma de imaginar que podía pasar tan buenos momentos con Draken, sabiendo que solo se estaba engañando así misma.

Keisuke no sabe qué responder, esa pregunta era una trampa segura. Sin embargo, al mirarla directamente a los ojos solo deseaba responder de una vez por todas que sí, que él la quería demasiado en tan poco tiempo porque así era él, impulsivo y por lo tanto sus sentimientos igual.

Quería decirle lo mucho que quería estar junto a ella, crecer juntos, experimentar el mundo juntos. Quería que le hablara de sus sueños, sus aspiraciones, quería escucharle hablar sobre moda aunque no tuviese idea del tema. Quería abrazarla, sentir su aroma y pensar en cómo demonios no se fijó en ella y su amable ser antes.

Baji quería a Emma.

—Estoy bromeando —añade Emma para aliviar la tensión que ella misma había creado. No podía estar segura de que él estuviera en la misma sintonía.

—Lo sé —lo sé. Se repitió en sus pensamientos, sabe que no es tan fácil deshacerse de sentimientos cómo esos.

Porque es algo que seguro le pasaría a él.

.

.

.

Por otro lado, Hinata no puede evitar pensar que algo ocurre entre esos dos. Desde la distancia y con unas caracolas en sus manos observa el panorama entre Emma y Baji. Ojalá pudiera leer los labios, estaba curiosa a más no poder.

—¿Qué tal esta? —Kazutora le muestra una linda caracola, de caparazón fuerte. Perfecta para una manualidad.

—Ahora que lo pienso, no deberíamos llevarnos las caracolas —Hina le sonríe avergonzada, y las deja sobre la arena— Pero ha sido muy divertido estar contigo Tora. Emma tiene amigos muy divertidos.

—No somos amigos —la frente de Kazutora se arruga levemente. Y Hinata le mira confundida— Es más complicado que eso, pero, lo mismo pienso de ti. Eres agradable.

Hina sonríe y vuelve a mirar hacia Emma. Ella seguramente está pasando por un mal momento porque su rostro refleja tristeza. Pero no parece ser por culpa de Baji. Solo espera poder ser de apoyo para ella en cualquier caso.





Cero interés | BajiEmma Where stories live. Discover now