EL EPÍTOME DEL EROTISMO

Capítulo 17

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Se derrumba sobre la cama con las extremidades laxas y pesadas, su pecho asciende y desciende en una respiración irregular y su vientre aún cosquillea. Tanto su mente como su cuerpo entran en un estado de letargo. No está seguro de haber escuchado bien, pero entonces sus ojos negros se desvían hacia su mano izquierda y el dedo anular luce un precioso anillo de oro blanco coronado con un zafiro, cuyo color es igual a los ojos de Naruto. Aún escucha el resuello del mayor, quien al igual que él intenta regular los recientes espasmos del orgasmo.

Una película de los momentos con el rubio se proyecta en su mente y cuando esta finaliza, comienza una nueva donde se muestran los nuevos momentos a vivir. La universidad, la graduación, trabajo, viajes, peleas, reconciliaciones, un perro y un gato, en todas las escenas el otro sostiene su mano... Pero es la última escena en su cabeza la que le hace calentar el pecho.

Él cuidando de Naruto en la vejez.

Una sonrisa limpia, pura y anhelante se dibuja en sus dulces labios rosas, los ojos se cristalizan cuando le llega la imagen de un Naruto universitario que poco a poco se ha comenzado a quedar calvo, la piel bronceada del rostro se muestra llena de finos surcos, las marcas zorrunas ya apuntan hacia abajo al igual que los labios carnosos lucen caídos y agrietados, los orbes de cielo están opacos, pero con la misma mirada determinada y llena de fuego, entonces la ternura se anida en su corazón. Las contadas lágrimas que ya han comenzado a caer se convierten en un llanto profuso similar al de un niño pequeño cuando comprende hasta dónde llega el amor por el otro, la infinita devoción que él mismo desconocía. No le importa el momento en el que pierde el autocontrol e incluso su nariz chorrea vergonzosamente.

—¡Discúlpame! ¡Discúlpame! — la aflicción tiñe su voz— No... No era mi intención, yo entiendo que no quieras—ruega desesperado —No llores Sasuke por favor'ttebayo.

El otro no para de sollozar y entre berridos logra verbalizar—Ay ca... Cállate dobe—sorbe por la nariz—No lloro por eso.

—¿No? —el alma regresa a su cuerpo y se acerca lento para estrecharlo por la espalda.

—No—talla sus ojos hinchados y sonríe como puede—Estoy feliz.

—¿Eso quiere decir que...?

—Si... Naruto— voltea para enfrentarlo, acuna las golpeadas mejillas de caramelo con sus largos dedos—Me quiero casar contigo—besa su nariz—Quiero verte anciano.

—¿Eh? —sonríe como idiota y pregunta enternecido —¿Te seguiré gustando aun anciano?

—Me seguirás gustando de cualquier manera usuratonkashi.

—Me casaré contigo cuando finalices la universidad—lloriquea—Así que date prisa no quiero esperar tanto teme.

Ring ring

—Mamá

—Cariño ¿Cómo están? ¿Cómo está Sasuke? ¿Cómo están tus golpes? —indaga con preocupación maternal.

—Estamos muy bien—ríe mientras acaricia la espalda del otro.

—Estábamos muy preocupados—confiesa—Mañana nos reuniremos con Fugaku y Mikoto—suspira pesado— Los esperamos temprano.

—Bien—réplica cansino—Ahí estaremos, Sasuke y yo tenemos algo que informarles—sonríe cómplice.

—¿Ah sí? Puedes decirlo ahora'ttebane—curiosea—Tu padre también está escuchando.