Capítulo 1

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━ Pss, pss, Felix ━ Escuchó a Jisung susurrarle desde el banco de atrás ━ Por favor amigo, pásame la dos

El rubio mordió su mejilla interna para evitar que su risa lo delatara frente a su profesor ━ No lo haré, debiste estudiar, Sunggie. ━ le reprochó fingiendo decepción.

Le daba gracia pues, aunque él le hubiera estado insistiendo toda la semana pasada, Jisung hizo caso omiso a sus advertencias. Y encima tenía la cara para pedirle las respuestas, como si él se las fuera a pasar con un moñito de regalo.

━ Pero ya te dije que mi ardilla falleció hace una semana, todavía sigo de luto. Ten piedad ¿Si, Lixie? ━ insistió alargando las últimas vocales de su nombre.

━ Vamos, Jisung ━ dijo antes de soltar una risita que llamó la atención del profesor y de otros compañeros, pero él no se dió cuenta de ello. ━ ¿Cuántos pobres animales se te han muerto este mes? Deberían prohibirte seguir cuidando de esas mascotas.

━ ¡Que el anterior se escapó, lo sabes Lix! ¡Es el primero que se muere después de mi suricata Penélope, y fue por culpa del gato de la vecina!

━ Alumnos Lee y Han, ¿Ya terminaron su examen? ━ los regañó el maestro de literatura.

Felix asintió con un sonrojo en las mejillas, guardó sus útiles en la mochila y se dirigió al escritorio para entregar la hoja ━ Buen trabajo jóven Lee, se puede retirar ━ halagó, viendo lo bien que había respondido todas las preguntas.

━ Gracias ━ el rubio sonrió de manera tímida antes de caminar hacia afuera del salón de clases.

━ Alumno Han Jisung, deje de copiarse o le quitaré su hoja y lo repruebo directamente ━ Advirtió el maestro a su amigo que miraba el trabajo de su compañera de banco.

Mientras cruzaba el umbral de la puerta escuchó las excusas de su castaño amigo que lograron sacarles unas carcajadas a la mayoría de sus compañeros.

Pobre Jisung, de verdad esperaba que por lo menos pudiera aprobar con el puntaje mínimo. Aunque realmente no se lo mereciera por irresponsable.

Se colocó los auriculares y comenzó a caminar en dirección a la cafetería. Eran aproximadamente las diez de la mañana así que supuso que el lugar debería estar tranquilo. Y con tranquila quería decir completamente vacía.

No le gustaba cuando estaba abarrotada de alumnos gritando y riéndose como simios en la selva, igual a esos que veía en national geographic. Él solía sorprenderse de lo similares que podían llegar a ser los adolescentes y los primates salvajes. Incluso a veces los simios eran más civilizados que la gente de su edad.

La cuestión era que no le gustaban los lugares con mucha gente en general. Sin importar que fuesen simios, adolescentes o gente mayor. Los tumultos, las aglomeraciones, los ruidos fuertes e irritantes no eran lo suyo.

Prefería mil veces la soledad y la tranquilidad de su casa o a lo sumo en la azotea de la escuela donde rara vez se cruzaba con alguien. Prefería estar dónde sea siempre y cuando no hubiera mucha gente, o bien, que no haya nadie en absoluto.

Desde otra perspectiva podría parecer un bicho antisocial, pero no lo era. Al menos no del todo pues sí tenía varios amigos y era bueno socializando, podía ser amable y gracioso, pero de ahí a que disfrutara de hacerlo existía una distancia abismal.

Algunos en la escuela conocían su nombre, unos porque tenían las mismas clases que él o porque simplemente lo veían pasar. Pero si de él dependiera pasaría el resto de su vida como un fantasma para pasar desapercibido.

Y no, no era un amargado gruñón. Él no odiaba a las personas, simplemente sufría de antiedad social, le abrumaba la atención hacia su persona y estar rodeado. Le hacía sentir sofocado, comenzaba a temblar y le costaba respirar. Él no quería ser conocido, no quería que la gente lo saludara y tener que detenerse a seguir una conversación en la no tenía interés alguna.

Daisuki | Hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora