Capítulo VII

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Lo que más me gusta de ti -dijo- es la seriedad con la que inventas disparates.
                       Gabriel García Márquez

KASANDRA KLEIN

Abrí mis ojos con pesar. No podía ver bien. Sentía que mi cabeza iba a reventar. Intenté voltearla pero me dio un fuerte dolor y me desmayé. Otra vez.

*****

El sonido adormecedor de la lluvia repicaba por toda la casa. Se escuchaba el ruido de una gotera en el fondo del pasillo. Era atormentador pues ya hacía buen tiempo que estaba lloviendo.

Mis sentidos están a la espectativa. No puedo ver nada porque tengo lo que parece una venda que me lo impide. Cuando desperté de mi desmayo ya estaba ahí. Intenté quitarla pero estoy atada con una soga; manos y pies. Mis nervios están disparados y aunque no tengo la boca cubierta no encuentro mi voz para pedir ayuda.

Escucho un chirrido de una puerta metálica. Siento las gotas de sudor bajar por mi columna y frente. Al parecer hay más de una persona. Sus pasos son lentos y se mantienen sin hablar. Siento sus miradas sobre mí y hasta ese momento no había caído en cuenta que no siento ropa en mi cuerpo. Mis mejillas se calientan y uno de ellos se ríe por lo bajo. Pasan unos segundos hasta que quitan mi venda y entrecierro los ojos por la claridad.

— Buenos días.— dice una voz que sé que conozco pero no tengo las cosas claras en mi cabeza.

— Parece que se le ha olvidado hablar. Qué pena.— esa voz... Esa voz es la misma que escuché antes de desmayarme en aquel incidente hace un año.— Hum... ¿ Te acuerdas de mí Flor?
— ¿Flor?— digo poniendo cara de extrañeza. — Yo no soy Flor.
— Claro que no eres ella. — dice

Entonces las imágenes aparecen frente a mí como si estuviera viéndolas con un proyector.

INICIO DEL FLASHBACK

UN AÑO ATRÁS

Estaba saliendo de  mi oficina. Iba vestida con un vestido azul cielo, que se ajustaba a mi figura y arrastraba al suelo. Tenía el cabello en un chongo un poco despeinado. No llevaba mi bata, iría a cenar con Jhon e iba un poco retrasada.

Mis pasos eran apresurados y resonaban por los pasillos vacíos a estas horas. Ya pasaban de las diez y por ende debían de estar todos dormidos.

Saqué las llaves de mi auto en cuanto llegué al estacionamiento. Busqué en mi bolsa el móvil pero recordé que lo había dejado encima de mi escritorio.

Dios, justamente cuando estoy muy apurada.

Dejé mi bolso sobre el asiento del conductor y regresé a mi despacho. Luego de unos minutos ya estaba montada en mi coche con la intención de salir a la carretera.

Fue cuando lo ví. Unos ojos azules cristal se reflejaban en mi retrovisor. Miré todo a mi alrededor pero no había nadie.

Salí pitando como loca a una velocidad un poco alta. Estaba impaciente. Podía sentir cómo si alguien me observara.  Era una sensación extraña, tenía los pelos de punta y la respiración agitada.

Mi móvil sonó sacándome del trance. Dejé de mirar un segundo la carretera para ver un mensaje de Jhon.

Jhon: ¿Ya saliste de tu castillo, mi bella dama?
Yo: Sí mi señor...😂😂

Cuando devolví la vista tuve que frenar bruscamente. Había un auto volcado en medio del camino, algo que me pareció extraño a esta hora. Estaba segura que a esta hora no transitaba casi nadie.

Intenté buscar señal pero para esta parte no había recepción.
 
Ahora qué hago, qué hago.

Recordé que tenía un teléfono de los antiguos que mi padre usaba cuando se averiaban los de la casa. Mis manos temblaban y tenía un mal presentimiento. Intenté marcar el número de Jhon pero unos toques en la ventanilla me sobresaltaron y solté el teléfono.

Cuando giré mi rostro, no había nadie. Entonces tocaron la del asiento del copiloto y esta se rompió.

Unas figuras varoniles se hicieron presentes. Tenían sus rostros cubiertos por un pasamontañas.

No podía articular palabra. Mi cuerpo no respondía a pesar de que ya llevaba tiempo intentando escapar del asiento.

— Mira lo que tenemos aquí. Una señorita sola, en una carretera casi desierta.¿ Qué haces a estas horas por aquí... Kasandra?
—¿ C-cómo sabes mi nombre?— dije tartamudeando.
—¿Quién no conoce a la Princesa de la noche?— dijo con  una vocecita casi infantil.
— De qué están hablando. Se están equivocando. Yo no soy ninguna princesa de la noche ni nada de eso.
Soy...
— La doctora Kasandra Klein. Dueña del Psiquiátrico The Ocampell.— está vez habló el otro. Parecía ser el líder, y conocerme muy bien.— Sé quién eres. Pero tú sabes quién soy.— esto último lo dijo en un tono que me dió escalofríos. Juraría que sonaba como un demente.
—¡Ay! — grité cuando me agarraron por el cabello desde atrás. Era una chica. Lo sé por su colonia. Era mi favorita.—¡ Suéltame perra!— dije esto y me sacó del coche y lanzó al pavimento. Vi sus ojos y me parecieron conocidos. Sabía que los había visto antes.
— Escúchame bien estúpida. Yo soy la única mujer en su vida. Ya tú no existes para él.

¿Él? De quién me estaba hablando, de ¿Jhon?

— Solo fuiste su juguete para escapar de ese horrible lugar en el que trabajas. Jamás has ocupado ningún lugar en su vida. Yo soy la verdadera Princesa da la noche.

Todo lo que dijo hizo click y comprendí lo que pasaba. Ella era alguien que estaba enamorada de Nick. Tenía que ser eso.

— Estoy segura que Nicky no sabe nada de lo que estás haciendo— dije y no me dejó continuar porque me pegó una fuerte cachetada. Quebró el interior de mi mejilla y escupí un poco de sangre. — No lo sabe. Claro, cómo iba a saberlo. Jamás permitiría que una perra loca como tú me pusiera las manos encima.— dije esto con una sonrisa triunfadora que la hizo enfadar mucho. Me golpeó con todas sus fuerzas. Mi cabeza impactó varias veces con el pavimento y creí que iba a morir. Hasta que la sacaron de encima de mi. Y solo alcancé a escuchar una voz antes  de desmayarme cuando le decía:«¡La mataste Flor! Puta loca, mataste a la princesa de Nick.

FIN DEL FLASHBACK

— Mira, que sí habla. Eso es bueno.— dice el primero en hablar. Es un hombre de complexión atlética, cabello rubio y ojos color aceituna. Sus rasgos son perfilados y tiene labios color rosa claro y medianamente gruesos.— Te lo dije que había escogido bien.— dice dándole al otro una sonrisa de suficiencia. — Tienes que hacer más que teñirte  el cabello para desaparecer— me dice con arrogancia Hasta ese momento no me había dado cuenta lo de lo parecidos que eran.¿ Eran gemelos?
— Eso parece, azul, naranja y morado. Te felicito. Ahora solo tenemos que seguir el plan y ya nada será gris.

«¿Gris?¿ Azul, naranja y morado?»

¿ A qué ha venido eso?— las palabras dejan mis labios y «él» se gira con una sonrisa retorcida que me recuerda a Jack.—¡Oh! Por Dios. Sois Jeremy y Scott. Los primos de Nick.
— Querida haces muchas preguntas.— dice el más bajo que estoy segura que es Scott, el líder— No es momento para que sepas, bueno para que recuerdes muchas cosas.— y entonces sentí un sabor a hierro en mi boca. Era sangre, me había golpeado y el impacto de la piel con mis dientes habían echo que mordiese mi lengua. No pude aguantar y le escupí la cara. Su sonrisa se ensanchó y lo siguiente fue todo negro...

Ramos De SangreWhere stories live. Discover now