Capítulo X

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Albert Einstein dijo: “Hay una pregunta que me atormenta ¿ Estoy loco yo, o los locos son ustedes?”

Los brazos del chico que hacía un momento había conmocionado el lugar, se aferraban como cuando estás a punto de caer a un precipicio, a la chica que reposaba tendida en el suelo.

La dueña del lugar los hizo pasar a su oficina. Le dio un té a Kasy y los dejó a solas.

Nick se levantó el pasamontañas que cubría su bello rostro. Tenía una expresión sombría. Cualquiera afirmaría que estaba tranquilo pero ella lo conocía muy bien y veía la preocupación en su rostro. Sus dedos no paraban de chasquear una melodía inquietante.

Kasandra le miraba fijamente. Quizá muchas cosas pasaban por sus cabezas pero decidieron no decir nada. Se limitaron a disfrutar de lo reconfortante que se les hacía el silencio.

Pasaron unos minutos y se empezaron a escuchar, a lo lejos, el sonido de las sirenas de la ambulancia y policía. La chica se levantó y miró por la ventana. Su pecho se estremeció porque sabía que su chico no tenía porqué estar libre.

—¿Nick? — llamó su atención—De seguro te deben de andar buscando. Debes irte enseguida.
— No me buscan a mí, o al menos no del todo. Desde que desapareciste el oficial Hamilton no ha descansado ni un minuto.
— Pero tú estás libre, y si no me falla la memoria... Estabas tras las rejas.
— Bueno para ser sincero en mis planes había una fuga... Y digamos que tú me la adelantaste.
— Sigo sin saber cómo lo lograste
— Kasy, cariño nunca me dejé atrapar por la poli. Todo estaba planeado. Menos tu secuestro, claro. Quizá él se hubiese quedado de brazos cruzados, pero yo no pude. Jamás me perdonaría si te hacen daño.
—¿Él? ¿ Quién es él?—su mirada cambió ante mi pregunta. La maldad se reflejó en sus ojos y los labios se estiraron maliciosamente.
— Pues el chico que tiene mi mismo rostro pero es completamente diferente a mí.
— Tú no eres Nick...— empezó a caminar muy lentamente hacia atrás.
— ¿Quién soy entonces? Dime princesa de la noche. ¿Quién soy?— su mandíbula se tensó y la respiración se le empezó a descontrolar.
— ¡N-no, no puede ser!— ahogo un grito cubriéndose la boca con sus manos.
— ¿ Sorprendida Kassy? Ya no me recordabas mi pequeño ángel— su voz le produce escalofríos a la chica que no puede creer lo que está viendo. Da unos pasos hasta posicionarse bajo la mirada del desconocido. Se le salta una diminuta lágrima que termina siendo limpiada por el dedo del sujeto casi al llegar a la comisura de sus labios. — Shh, shh. No llores mi princesa.  Por fin ha llegado nuestro día.— dice para comenzar a fundirse en un apasionado y excitante beso.

KASANDRA KLEIN.

Había olvidado lo que se sentía al besarle. Es una mezcla tan extraña pero gratificante que resulta embriagadora. Siempre ha sido así. Desde que descubrí a su verdadera personalidad. Esa, que no le importa empatizar con nadie, a la que nunca le ha importado lastimar, torturar, incluso matar a alguien.
Ese, es el motivo de mis sentimientos hacia él. Porque él fue quien me hizo saber quién era yo. Es por eso que estoy enamorada hasta los huesos, del chico que tengo a milímetros de mí. Es por eso que solo le pertenezco a Jack, a mi Jack Frost.

Nuestras respiraciones son una amalgama entre deseo y pasión que invitan al pecado. Las ganas acumuladas nos están pasando factura.

— Lo siento— dije como pude recobrando mi ritmo cardíaco.— el haber estado con Nick era solo porque no me podía olvidar de ti.
— Lo sé.— dice dejando un beso en mis labios.
— Te extrañé.
— Yo también.
— Hace mucho que no venías.— digo mientras miro por la ventana.— ¿ Por qué has tardado tanto?
— Ahora no tenemos tiempo para explicaciones preciosa. Solo quiero saber si estás dispuesta a huir conmigo para poder terminar lo que empezamos
— Claro que sí mi rey. Estoy dispuesta a todo por ti.
— Por eso te amo tanto.— nos besamos locamente. Cada uno suplicando que este momento fuese eterno.—Tengo que irme. — me informa luego de separar nuestras bocas.—No tardarán en llegar.
—¿ No vamos juntos? — pregunto algo confundida
— Sabes que no sería buena idea. No por ahora.
—Si me quedo Scott me va a matar por acabar con su hermano.— paso las manos por mi rostro en señal de frustración.
— No lo hará. A fin de cuentas si no era ahora, era después. Si no eras tú, era él. El punto es que le has echo un favor.
—¿Cómo va a ser un favor asesinar a su hermano?
— Espera a que te contacte. Y si ves a Scott no te le acerques hasta que te avise...¿ Entendido?
— No me has...— apoya su frente a la mía y con su dedo índice sella mis labios.
— ¿Entendido?
— Completamente.

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⏰ Last updated: Feb 13, 2023 ⏰

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Ramos De SangreWhere stories live. Discover now