𝗧𝗵𝗲 𝗳𝗼𝗿𝗯𝗶𝗱𝗱𝗲𝗻.

𝟎𝟓.

—¿Tuyo? Ja, no me hagas reír—Eun Woo estaba notablemente molesto y claro que Heeseung también.

—Si, mío y no te vuelvas a acercar a él—Le dijo con fin de terminar la conversación, aunque el tipo no estaba muy dispuesto a eso.

—Tu no eres quién para prohibirme hablarme con Jungwon.—Se acercó peligrosamente a Heeseung dispuesto a buscarle pelea.

—Eun Woo ya basta, basta los dos—Jungwon se separó de aquella mano que lo sujetaba de la cintura.—Y mejor me voy.—Rodo los ojos dispuesto a salir de aquel lugar, sintiéndose raro al sentir que alguien lo seguía, aunque él sabía quién era, pensó para sus adentros que sabía que no había Sido una buena idea salir de la fiesta rumbo a su casa solo, sin nisiquiera avisarle a su hermano.

—Jungwon.

—No, Heeseung.—Le respondió mientras seguía caminando.

—Jungwon escúchame.—Intento parar al seelie de una mano, Jungwon ante ese acto paró volteando a ver a Heeseung quitando la mano de este algo rápido.

—No tenemos absolutamente nada que hablar.

—Si, si tenemos, ¿sabías que ese era un humano?

—Si sabía, y no importa que era o que no, era mi noche, y tú llegaste a joderla—Se cruzo de brazos.

—El tipo quería sobrepasarse contigo Jungwon, ¿no veías eso acaso?—le dijo con un gruñido intermediario, de pensar que ese tipo podía haber besado los labios de tentación que tenía Jungwon lo ponía cabreado.

—Y que si era así, mi hermano me lo presento precisamente para follar con él, ni modo que no me deje tocar Heeseung—Le todo los ojos totalmente molesto, nisiquiera estaba midiendo sus palabras.

El ángel negro nisiquiera respondió, y Jungwon se dió cuenta de lo que había dicho.

—Mejor me voy ya, no molestes.—Se dió media vuelta comenzando a caminar de nuevo pero Heeseung lo detuvo tomandolo de la cintura en un movimiento rápido y juntando sus labios en un movimiento algo prendido y que demostraba bastante posesividad.

Jungwon está vez no intento parar lo que parecía inevitable, talvez porque lo deseaba bastante.

—No vuelvas a decir eso, nadie podrá poner una mano encima tuyo a no ser que ese, sea yo—Gruño en su garganta, apretando su cintura haciendo a Jungwon jadear por lo posesivo que había sonado eso.