𝗧𝗵𝗲 𝗳𝗼𝗿𝗯𝗶𝗱𝗱𝗲𝗻.

𝟎𝟗.

—No es nada, lo tengo desde que nací, mis padres dicen que esa marca me la dió el ángel ituriel, pero yo no creo, nadie de los seelies la tiene y hay muchos elegidos por el ángel, entonces yo no debería ser el único que la tenga.—Explico tocandola, sintiendo la textura un poco con alto relieve.

—Mm, ¿nunca has investigado por aquello?—le dijo tomandolo en brazos haciendo que este se recueste en su pecho.

—He intentado pero nunca se por donde comenzar, tengo cosas más importantes ahorita que saber sobre eso.—Le dió un beso en la mandíbula cariñosamente.

—Te ayudare a saberlo, no te preocupes, ahora quisiera saber si ya comiste algo—le acaricio la cintura por debajo de la sábana que cubría su cuerpo desnudo.

—No he comido nada desde las 11 de la mañana.—Le dijo mirándolo con ojitos lindos.

—Joder Jungwon, son las 8 de la noche—Heeseung lo miro con molestia, no por él, por el saber que su pequeño no había comido.

—Ya hee, no te molestes—Jungwon se sentó en el regazo del angel negro, mirandolo con cara de cachorro regañado.

—Como quieres que no me moleste, vamos, te prepararé algo de comer—Le dijo alzandolo por los glúteos y saliendo de la habitación, Jungwon lo miraba con una sonrisa.

Heeseung intentaba retener una sonrisa cuando se acordó del apodo que Jungwon le acababa de decir.

Lo dejo sentado en la isla de la cocina, y el se quitó la chaqueta dejándola sobre el seelie que aún seguía con la sábana.

—Bien, ¿que me vas a preparar?—le dijo, abrazándose a si mismo oliendo la chaqueta de Heeseung, un olor varonil.

—Es sopresa.

A la mañana siguiente el primero en despertarse fue el seelie, que estaba acostado de espaldas contra el pecho de Heeseung, quien lo estaba abrazando por la cintura bajo las sábanas.

Miro hacia atrás, viendo la respiración tranquila de Heeseung, se volteo, sonriendo con calidez, acariciandole el cabello, los pómulos y el cuello, bajando la vista, viendo que la sábana estaba en su cintura, mientras que Jungwon la tenía entre su pecho tapandose, y sentía sus muslos entre una de las piernas de Heeseung, por lo tanto, sintiendo la polla dormida de este.

—Buenos días hee—le dijo en un susurro sobre su cabello, Heeseung se removió y se acostó sobre el pecho tapado de Jungwon, suspirando.

Jungwon no hacia más que sonreír con amor.

¿Cuando había caído tanto por ese pelinegro peligroso?

No lo sabía pero él esperaba que nada de lo que estuviera haciendo fuera incorrecto.

—Buenos días mi nnie, ¿como amaneciste?—dijo este con una voz ronca y en un susurro.

—Bien, ¿y tú?—le dijo acariciandole el cabello, de una manera tranquila.

—Bien porque dormí contigo—le dijo mirándole, levantandose ahora para recostar a Jungwon en su pecho, sin antes besarlo, importandole poco el aliento mañanero.

—¿Que quieres hacer hoy?—Dijo evadiendo las palabras bonitas de Heeseung, mordiéndose la lengua para no decir nada que pueda involucarlo en algo que no deberia.

—No se, ¿que tienes pensado tú?

—Ir a la biblioteca antigua, necesito comenzar a investigar sobre esto rápido.—Le dijo, levantándose dejando que la sábana cayera a sus muslos y dejara descubierta su espalda, amarrandose su perfecto cabello lacio medio largo en una colita, volteando a ver a Heeseung sobre su hombro, quién lo miraba con amor.

—No te muevas espera, quédate así.—se estiró hasta el escritorio y encontró la cámara de polaroid que hace como dos semanas le había regalado al pequeño seelie para que tomara fotos que le gustaría recordar en un futuro, la prendió y Jungwon solo sonrió dejando ver su hoyuelo y cerrando sus ojitos dejando sus manos apoyadas a cada lado de su cuerpo, el clic sonó y Jungwon abrió sus ojos, viendo cómo Heeseung batía la foto para que se revelará.

—¿Como quedó?—Dijo llegando al lado de Heeseung, ya importandole poco su desnudez.

—Me gustas muchísimo Jungwon—Dijo Heeseung mirando la polaroid y sin pensar mucho sus palabras, había un hermoso paisaje en la foto, y de fondo la ventana del apartamento, dónde se veía un hermoso día.

—Que—Dijo el seelie sin siquiera disimular su cara de sorprendido.

—Yo, bueno, olvida que dije eso, no quería incomodarte —Le dijo rascándose la nuca, pero sintió a Jungwon sobre sus muslos, besándolo.

—No quiero pensar que esto sea incorrecto, pero es un dulce pecado que me encanta cometer hee.—le dijo en un susurro y Heeseung solo le dió otro beso.

—No pienses más en eso, yo te dije que haría cualquier cosa por ti, moriría por ti.—le resito su frase, porque si, aquella era su frase.

El seelie se levantó de la cama y sonrió dejando la polaroid en un álbum que compro para aquello, en el tenía fotos de diferentes lugares con los que había ido con Heeseung de la mano, habían visitado algunas ciudades y habían otras en donde salían los dos en diferentes situaciones, sonrió cuando vio la más reciente de los dos, una dónde estaban acostados en la cama, Jungwon sobre el pecho del ángel negro, viéndose a los ojos sonriéndose con amor, se podía ver las arrugitas de felicidad al lado de los ojos de los dos, la cámara de polaroid tenía un filtro de esos antiguos, de esos que se ven como un recuerdo muy valioso.

—Espero que esto sea duradero, te quiero con mi alma, y te voy a querer por toda mi eternidad—dijo el ángel negro llegando detrás suyo, viendo también con una sonrisa el álbum.

Jungwon no respondió y antes de que hablara el timbre de su casa fue tocado, el con cara de pocos amigos miro a Heeseung, haciéndole saber con la mirada que talvez era su hermano.

—Yo abro si quieres ve a bañarte y ya te acompaño.—Le dijo dándose la vuelta para tomar su boxer y bajar, Jungwon rodó los ojos sabiendo como sería de intenso su hermano y se colocó la camisa de Heeseung sobre su cuerpo, bajando detrás del ángel negro quien estaba frente a la puerta, palido.

—¿Quien es Heeseung?, ¿por qué esa cara?—Dijo bromeando hasta que se asomo por el ojito de la puerta.

Oh santo ángel, que jodido estaba.

Suspenso como siempre, actu por el cumpleaños de mi wonnie, de mi niño y de mi vida ❤️‍🩹🐱.