Capítulo 1

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Puedes quedarte embarazada en cualquier momento, Hermione-la doctora levanto la vista de los resultados de las pruebas y sonrió-. Estas en perfecta salud, lista para la operación.

Hermione Jean Granger sintió un pequeño temblor de excitación.

_Se que examinan a los donantes, pero ¿cómo exactamente?

A cada donante se le hace pruebas para comprobar que no tenga enfermedades o cromosomas anormales, luego se los catologa según la característica físicas-dijo la doctora señalando los folletos y solicitudes que le había entregado-. Toda la información está ahí.

《Sí, claro》pensó Hermione,《y cuánto me va costar 》.cada intento le saldría una buena suma. Y necesitaba más de dos o tres, acabaría endeudada hasta las cejas.

_¿Estás segura de que quieres hacerlo, Hermione?

Hermione miró a Doris, que había sido su médico desde que tenía dieciocho años y sonrió.

_Ya lo creo.

Quería un niño, una casa llena de ellos. No sabía a qué se debía su impaciencia. Quizás era porque iba a cumplir treinta años en unos días, y los hombres casaderos no se amontonaban a su puerta. O tal vez porque toda su  amigas tenían niños, y sería la tía que consiente a todos ya no le bastaba.

En realidad era su trabajo nocturno, en la radio le impedía que pudiera conocer hombres. Ella dormía cuando la mayoría estaba despierto y trabajaba cuando la mayoría  estaba dormidos.

_Bien entoces cuando pidas cita con la especialista-dijo la doctora-,le enviaré tu historial. Ha tenido exelentes resultados en la mayoria de sus inseminaciones anterios.

_Espero que conmigo también-Hermione levantándose.

Se despidió y salió de consulta y caminó apresuradamente por pasillo, con la esperanza de salir del hospital antes de que Draco malfoy se diera cuenta de que estaba allí y se viera obligada a mentir. Porque no pretendía decírselo. Al menos hasta que estuviera embarazada. No entendería su decisión. Su mejor amigo desde hacía quince años tenía un auténtico problema con la idea de que hubiera hijos sin sus correspondientes padres. Y quedarse embarazada propósito sin marido lo sacaría de sus casillas. Al fin y al cabo, él había sido un niño sin padres, su madre murio cuando él era un bebé.

Cuando lo conoció se sentía avergonzado porque su padre lo habían abandonado, y lo ocultaba tras una fachada de tipo duro, que Hermione tuvo que resquebrajar con paciencia. Pero mereció la pena. Y aunque él superó todo aquello y lucho para salir adelante convirtiéndose en un gran médico, había visto como volvían los viejos fantasmas de Draco en la concerniente a la falta de una madre o padre. Especialmente cuándo él no quería tener hijos propios. Creería que con su decisión estaba evitando que la vida de un niño fuera dura, como la había sido la suya, e intentaría convencerla para que no lo hicira. Pero, por mucho que lo intentara nadie iba a hacer que cambiará de opinión. Ni siquiera su mejor amigo.

De pie en el control de enfermería, Draco anotaba algo en el informe mientras la enfermera esperaba.

_Vi a la señorita, Granger hace un momento, doctor Malfoy.

Draco levantó la cabeza. ¿Aquí?-miro por las puertas de cristal.

_No tiene consulta hasta dentro de treinta minutos. Puede que la alcancé.

Sonriendole agradecido, Draco le devolvió el pronostico y se dirigió hacia la puerta. Se preguntó por qué Hermione no se habría detenido para saludarle.

Corrió por el pasillo, viendo su cabeza castaña cerca de  los ascensores. Demonios que guapa estaba con aquel vestido de verano que se deslizaba por su cuerpo al andar. Aunque la había conocido desde que era un adolescente y nunca se atrevería a poner en peligro su amistad, no dejaba de ser un hombre. Si los compañeros de  equipo pudieran ver a la amiga a la que le hablaban de sus asuntos de corazón, comprobaría que aquella mujer tan sexy sería el sueño de cualquier hombre.

¡Lo real está aquí!Where stories live. Discover now