Capítulo 9

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Hermione salió a trompicones del baño, se arrastró a la cama y rezo para que aquel fuera el último ataque de náuseas matutinas. A la una de la tarde.

Él niño, al parecer, tenía horarios tan cambiados como ella. Se acostaba a las cinco y media de la mañana, dormía hasta el medio día y luego vomitaba hasta las tripas durante las horas siguientes 《Qué manera de él día 》, pensó, tendiéndose de espaldas.

Se tapó el vientre, cerró los ojos y mentalmente le suplico al bebé que volviera a dormirse. Parecía que, desde el momento en que había averiguado que estaba embarazada, todos los síntomas habían empezado a machacarla.

Él teléfono sonó, pero dejó que contestará el contestador. De todas formas, ya sabía quién era la persona que llamaba desde hace cuatro días. Draco.

_Hermione, llámame. No puedo soportarlo. Ha pasado mucho tiempo. Te necesito.

《Te necesito. Nada de te quiero, no puedo vivir sin ti...》,cerró los ojos incapaz aún enfrentarse a él. Todavía trataba de hacerse la idea de que finalmente estaba embarazada. Del hijo de Draco. Sabía lo que ocurría cuando él se enterara. Su sentido de honor lo obligaría hacerse responsable de ella y de su hijo, pero ella no lo quería así. Quería su total entrega.

《No tiene sentido que lo dejé para más adelante》, pensó. Tenía que estar de guardia. Su atención a los pacientes había dejado mucho que desear durante aquella semana. Creía que necesitaba estar solo, pero aquella tranquilidad estaba consiguiendo volverlo loco.

Ni siquiera había querido levantarse esa mañana. Tener que enfrentarse a un nuevo día sin Hermione le carcomía las entrañas. La había estado escuchando por la radio cada noche desde que se marchó de su casa. Sólo con oír su voz se tranquilizaba. Se preguntó si ella lo estaría pasando tan mal como él.

Él teléfono sonó y la voz con la que tanto había estado soñando sonó en el contestador. Draco dio un salto hacia el teléfono y descolgó.

_¿Hermione?-preguntó, ansioso.

_Hola, doc. ¿cómo estás?

Draco dejó escapar un suspiro de alivio-fatal. Te echo de menos, cariño.

_Yo también te echo de menos-dijo Hermione, con un nudo en la garganta.

_Entonces deja que te vea, cariño. Me siento como un adicto al que le han quitado la dosis.

Hermione esbozó una sonrisa.

_Lo mismo digo.

Desde que él había vuelto de Francia, nunca habían estado separados durante tanto tiempo, e incluso entonces se llamaban al menos dos veces a la semana.

_Podemos encontrar una solución, sé que podemos. Habla conmigo Hermione.

_Puede que no te guste lo que tenga que decirte.

_Cariño, sea lo que sea, tiene que haber una solución. No puedo perderte.

_Las tres brujas en una hora, ¿de acuerdo?

Draco echó un vistazo rápido al reloj de la chimenea.

_Allí estaré contestó.

Parecía tan ansioso por verla... Hermione tuvo ganas de llorar.

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Hermione cruzaba la esquina mientras salía a la calle dónde estaba la cafetería, cuando vio a Draco abrazar a otra mujer. Una mujer pequeña y rubia.

Se paró en seco. Se le hundió el corazón a los pies sintiendo cómo la ira y los celos la invadía al ver como le  sonreía, le decía algo que no pudo captar, le tocaba la mejilla.

¡Lo real está aquí!Where stories live. Discover now