Capítulo 7

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La erupción fue tremenda, poderosa, exigente. Se devoraron los labios con avidez, deslizando sus lenguas impacientemente.

Draco gimió al sentir la arrebatada respuesta de Hermione. La deseaba tanto que no podía pensar, y aun así se movía por instinto. Como si durante toda su vida hubiera sabido que sería así, tan natural como respirar.

Hermione emitió pequeños gemidos. Ella le pasaba los dedos por el cabello, una y otra vez, deteniéndose sólo cuando no le quedó aliento para respirar.

_¿Por qué tardaste tanto?-murmuró y volvió a besarlo.

Draco tuvo ganas de volver a rugir de alegría por aquella dulce victoria. Su mano busco entre los pliegues de la bata, hasta cubrir sus pechos con sus manos.

Hermione gritó en su boca mientras las sensación que le recorrían el cuerpo reclamaban toda su atención. Este era Draco, ¡su Draco! Era el único  hombre al que deseaba, y ahora que la oportunidad se había presentado, no tenía bastante, lo que quería.

Los pulgares de Draco acariciaron sus pezones en círculos, con firmeza, dicididos arrancarle cada gemido, ronroneo o jadeos.

Las manos de Hermione tampoco se detenían, exploró la anchura de su pecho, la firmeza de su espalda, sus caderas. Tironeo de su camisa y se la quito por la cabeza, rindiendose a la fantasía de su vida. Saboreó su piel frenéticamente, con pequeños besos, chupando deslizando la lengua por su gárganta y su pecho.

Draco gimió con voz ronca, estrechandola entre sus brazos. Le mano por las braguitas de seda, acariciando el centro de su femimidad, y Hermione clavo los dedos en sus hombros.

_Oh, Draco.

La anticipación iba a matarla. Él la encontró húmeda y caliente, y perdió el control. Le separó las piernas, la miró a los ojos e introdujo dedos en su interior. Hermione se sobresalió y se arqueo para recibirlo. Su cuerpo pulsaba por la necesidad de sentirlo dentro, llenándola, ya.

Sin vacilación, le bajo la cremallera  de los pantalones y deslizó la mano dentro. Draco, cerros los ojos y temblando incontrolablemente.

Ella lo acarició. Él jugó con ella. Se miraron a los ojos, jadeando. No perdieron ni un momento más al sentir que la excitación le exigía liberación. La bata cayó al suelo, seguida casi de inmediato por el suave camisón. La boca de Draco se dirigió hacia su pecho y tironeó del pezón antes de arrodillarse, y atraer apresuradamente su sexo hacia la boca.

Hermione gimió, entre espasmos, sin aliento, sintiendo que las entrañas se le derretian mientras su lengua la acariciaba ferozmente. Sintió que las piernas se le licuaban, y antes de que él placer la imvadiera, él la recostó en el sillón.

_Date prisa Draco-suplico Hermione, aferrándose a él, frenética. Lo arrastró hacia sus brazos, abriendo los muslos para acomodarlo entre ellos

Draco quería disfrutar el momento, saborearla, acariciarla, brindarle un placer que nunca olvidara, pero no pudo contenerse. Quince años era demasiado tiempo. Y cuando ella le bajo aún más los pantalones, envolviendo los frágiles dedos entorno a su pene y guiandolo hacia su humeda calidez, Draco se rindió. Entró en ella con una profunda embestida, hundiendose en su interior, colmandola y ella se arqueo y pronunció su nombre de una manera que nunca había oído antes. Con voz ronca y profunda. Absolutamente erótica. Se retiró y empujó de nuevo, hundiendose una y otra vez volviendo con cada embestida.

Hermione quería más, sus caderas se alzaban para darle la bienvenida. Sólo podía pensar en que finalmente estaba con él. Cuando él aumentó el ritmo ella se adaptó. Sus brazos se extendieron y capturaron su cabeza entre las manos. Su mirada se clavo en la suya.

¡Lo real está aquí!Where stories live. Discover now