Epílogo

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               Diez años más tarde

-¡Corre, Draco, corre!-vociferó Hermione cuando su marido llegó a la tercera base...

-Rayos, mamá, ¿No podrías gritar más fuerte?-preguntó en broma su hija mayor, Antares, mientras sonreía.

-Puedes apostar que sí-vio que Draco se lanzaba al suelo en los últimos metros y tocaba la base. Gritó de alegría y bailó el baile de la victoria en honor al hombre al que amaba, confiando en no romperse algún hueso en el intento.

Su hija puso los ojos en blanco y se hundió en el asiento. Hermione se echó a reír para besarla en el pelo.

-Espero que todos tus amigos estén mirando.

Antares gruño y miró a su abuelo.

-¿Siempre ha sido así?

John sonrió y se sentó a su nieta en el regazo.

-Sí, hija lo lamento-contestó John. Antares mantuvo una sonrisa-. ¿sabes?, tu mamá juega mejor al béisbol que tu papá.

-Bromeas.

Hermione miró a su hija.

-¿Quién crees que le enseñó?-dijo guiñando un ojo.

Antares la miró estéticamente y luego se rindió. Su mamá no era exactamente normal. No había muchas cosas que pudiera o intentará hacer. Tenía la mejor mamá del mundo.

-¿Cómo es que nunca me lo has dicho?

-Una mujer debe tener sus secretos. ¿No es así, chicos?

Sus hijos sonrieron y Scorpius le hizo una mueca a su hermana mayor Imperio lo imitó como siempre.

-Vayamos a felicitar a vuestro padre-dijo Hermione, abrindose paso entre la gente. Voló por las escaleras y aterrizó en sus brazos.

Él gruño por el impacto.

-¿Te duele?-dijo Hermione al oído, besándolo brevemente.

-Un poco le pasó un brazo por la cintura y camino con ella hacia las gradas-. Merlín, ya estoy demasiado viejo para estos cariño.

-Se de algo para lo que nunca estarás demasiado viejo-replicó ella, con una mirada traviesa.

-¿Ah, sí?

-Sí, estás increíblemente sexy con ese uniforme.

Draco sonrio y luego le dio un beso lento y profundo. Ella se apartó, sin aliento, y miró hacia las gradas.

-Más vale que te contentas. Tú hija cree que eres una especie de Dios y que yo no tengo sentido del ridículo.

Draco fruncio el ceño y miró a su hija que se dirigía hacia ellos.

-Entoces debería hablar con ella.

-Qué va se le pasará. Es una cuestión de edad. Esa niña ya está entrado en la adolescencia.

-Vaya me alegro de que seas psicóloga.

-Tengo mis momentos.

-Más que eso cariño-dijo Draco deslizando discretamente la mano por su cadera. Ella le dio un codazo.

-Guarda eso para después de la ducha caliente y el medio kilo de comida para el que estarás suplicando de aquí a poco.

-Yo no suplico.

-¿Te apuestas algo?-lo desafió Hermione, arqueando las cejas significativamente. Draco recordó la última vez que consiguieron estar solos y, a pesar del cansancio, sintió que se tensaba.

-Bueno, no me importaría suplicar un poco si tú eres mi recompensa.

Hermione soltó una carcajada y en ese momento los niños llegaron.

-Bueno trabajo papá-dijo Antares apropiandose de la gorra y el guante de su padre. Fue un buen golpe.

-Gracias-hija-. Tú partido es el próximo miércoles, ¿verdad?

Antares asintió.

Entoces este fin de semana tendremos que practicar tu bola rápida.

-¡Genial!-su hija sonrio, imaginando el dia del partido que sacaba la bola del campo.

Draco le acarició la cabeza, divertido y luego, aupo a los dos gemelos que se peleaban por ser los primeros en saludarlo. Y les plato un beso en la sudoroso en la mejilla. Se empezó a reír cuando los dos se limpiaron la cara con una mueca 《puagh papi》. Trato de parecer ofendido sin mucho éxito. Los puso de nuevo en el suelo y dejó que fueran a reunirse con sus primos. Cuando miró las gradas, se dio cuenta de que su familia ocupaba buena parte.

Su familia.

-¿Qué te divierte tanto?-pregunto Hermione al ver su extraña sonrisa.

-Nada-replicó, saludando al clan con la mano. Pero se preguntó cuando dejaría de sentirse maravillado cada vez que caía en la cuenta de que no estaba solo y nunca volvería a estarlo. Como cuando miraba a su esposa  de la misma manera en que la miraba clandestinamente a la salida del Instituto.

Él fue suyo desde el principio. Y desde que permitió que ella entrara en su interior, Draco se había permitido tener esperanza y saber lo que era amar y ser correspondió. Mientras besaba a su mujer delante de todos, entendió una vez más la suerte que tuvo el día en que ella dijo sí ante dos millones de oyentes. El día en que cerró las puertas de pasado y abrió las  del futuro excitante y maravilloso que le aguardaba.

Todo gracias al dulce Ángel que le dio una familia.

Bueno, chicas ahora si puedo decir que terminamos está linda historia. Por fin termine una historia  [>u<] jajjaj Ojalá la hayan disfrutado ahora me voy a terminar las otras.  Besos y nos estamos leyendo ❤❤❤

¡Lo real está aquí!Where stories live. Discover now