Capítulo 6

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Draco llegaba tarde al partido porque estaba se había pasado la última hora aconsejando a uno de los internos que tratará con más atención a sus jóvenes pacientes.

Apartado aquello de sus pensamientos, arrojó la chaqueta al asiento trasero de su coche, se aflojo la corbata y se encaminó a toda prisa hacia el campo de juego la radio brujas había organizado un partido benéfico de béisbol junior contra los tabanos de Savannah. El equipo iba perdiendo pero a nadie parecía imporle.

Draco se sentó junto a Emily, la hermana de Hermione, le sonrio y busco a Hermione con la mirada.

Hermione jugaba como primera base. Vestida con él uniforme verde, la gorra encasquetada hasta las cejas, iniciándose de un lado a otro, vio que golpeaba el guante con él puño y que le gritaba algo al bateador. No la veía desde hace una semana, pero no había dejado de pensar en ella. Sospechaba que ella lo estaba evitando, ya que cada vez que estaban juntos, empezaba a discutir el tema de su maternidad.

El bateador no golpeó la bola y Hermione le tomó el pelo. El otro guiño un ojo, señalando con el bate la zona exterior al campo de juego y Draco oyó que Hermione le gritaba:《Ni lo sueñes cariño》, antes de que él golpeara la multitud enmudecio mientras la bola tomaba ascenso pero no distancia suficiente. Hermione observo su descenso con atención, atenta más a la bola que al corredor miraba por dónde iba. Draco se levantó rápidamente al ver que el joven jugador se abalanzaba sobre Hermione, mandándola al suelo por el impacto. Hermione no se movió.

Draco bajo de las gradas a todo correr y salto las vallas. Los jugadores rodearon a Hermione, intentado reanimarla. Él que la había golpeado, arrodillado junto a ella, le pedía disculpas mientras le quitaba el guante.

_¡No la toques!-vociferó Draco, abriéndose paso entre la gente-. Soy médico-se arrodilló a su lado-. ¿Hermione?-le tomó el pulso y se dio cuenta de que no respiraba. Tenía el plexo solar rígido y contraído. Inmediatamente, le examinó el cuello buscando alguna contusión. Le extendió los brazos, inclinó su cabeza hacia atrás y comenzó a practicarle la respiración artificial. En el instante en el que le presióno el pecho, ella abrió los ojos e inhaló profundamente, jadeando. Draco le deslizó la mano por la espalda y la levantó liheramente. Hermione trago una bocanada de aire y trato de capturar más.

Draco Se sintió enormemente aliviando.

_Quedate quieta cariño-le indicó cuando ella trato de incorporarse-. Sólo intenta respirar lentamente poco a poco, para que el plexo se te vaya expandiendo.

Hermione tosió y se giró a un lado, gimiendo.

_¡No te muevas!

_Estoy bien, Doc, ¿ves?-contestó ella, sentádose entre tosidos y jadeos.

_¿Dónde te duele?

_En ningún sitio, Draco-mintió, frotándose la nuca-. Estoy bien.

_No te lo crees ni tú gruño él. La tomó en sus brazos y se levantó.

_Draco-dijo ella, frunciendo el ceño-. Ponme en el suelo.

_Olvidaló-caminó a grandes zancadas a través del campo de juego hacia la tienda de primeros auxilios.

_Estas exagerando.

Soy médico;es mi deber estar alerta, maldita sea.

Hermione lo miró. Noto la expresión tensa de su cara y se dio cuenta de que él corazón le latía con fuerza, y cuando le pasó el brazo por el cuello, le pareció que su corazón latía más deprisa. ¿Qué estaba pasando?

Cuando Draco finalmente la miró, Hermione se quedó helad. Sus ojos relajaban preocupación, como era lógico, pero también algo más, un brillo que no había visto nunca antes. No estaba segura de que significaba, aunque quería ser capaz de interpretarlo. Siempre había calado a Draco a la perfección, mejor que él mismo incluso, pero últimamente se sentía como si caminara sobre arenas movedizas cuando estaba con él. Si actitud hacia ella estaba cambiando y, por primera vez en quince años, no sabía que iba ocurrir a continuación.

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