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-¡Cissy!- la pelirroja suspiró aliviada en cuanto localizó a la mujer, después de recibir la carta de su hijo donde prácticamente rogaba por su ayuda se dió a la tarea de buscar a Narcissa.

Seguía dudando de si la mujer era como todos la pintaban o solo chismes y envidias que provocaba tan fina mujer, a pesar de, prácticamente estudiar juntas, nunca la había tratado como tal, Lily, por esos años, estaba más ocupada logrando que los merodeadores no sé metieran en problemas y mantener notas altas, no fue hasta que su trabajo como sanadora le hizo convivir con la menor de las Black; Narcissa siempre rondaba San Mungo para ver qué es lo que le faltaba al lugar, los Malfoy eran los principales benefactores.

Aún así, si Harry le pedía algo, ella con gusto se lo concedería.

-Lily- la señora Malfoy mostró esa tímida y educada sonrisa a la que Lily estaba acostumbrada

Ambas mujeres se saludaron con dos besos y un cálido abrazo

-Un placer verte, como siempre- Lily no podía comprender lo que todos decían, Cissy no daba miedo, era la mujer más elegante, amable y bondadosa que jamás había conocido, realmente la admiraba

-Ciertamente, solo que no creí verte el día de hoy, es una maravillosa sorpresa- Narcissa siempre se veía elegante, hermosa, perfecta.

-Debo ser honesta, vine a hablar contigo

Eso llamó la atención de la rubia

-¿Té?- ofreció ante la expectante mirada de la pelirroja, parecía algo en serio importante y que los demás no debían saber, la mansión Malfoy parecía el lugar más apropiado para hablar.

-Por supuesto

Tomadas del brazo utilizaron la red flu para llegar hasta Malfoy Manor, Lily estaba más que impresionada

Dos elfos domésticos aparecieron enseguida a ponerse a su servicio y entonces la señora Potter seguía sin entender eso miedo por la bruja, la calidez con la que trataba a los elfos era impresionante, además pudo constatar que la mansión no era un lugar lúgubre como la mayoría decía, no habían instrumentos de castigos o magos decapitados como en las historias que había escuchado, no, el lugar era cálido, las decoraciones eran excelsas, dignas de una mujer de clase y estilo.

-¿Esos son pavo reales albinos?- preguntó con una gran sonrisa al visualizar el enorme jardín trasero

-Oh si, Lucius le contó a Draco que los había visto en uno de sus viajes, pidió uno y bueno, no le iba a decir que no

Lily le sonrió enternecida, Draco se parecía a sus padres con aquellos gustos, el pedido más extravagante que había pedido Harry fue una consola de videojuegos muggle que obviamente también le compró.

-Admiro tanto la forma en la que amas a tu hijo, lo digo en serio- la rubia le sonrió como si fuese el mejor halago que hubiese recibido.

La invitó a tomar asiento en los costosos sillones frente a una mesita que se veía tan frágil y elegante.

-Lucius es mi alma gemela- suspiró la dueña de la propiedad con aire enamorado-  lo amo, en verdad y siempre le estaré agradecida por darme al amor de mi vida, mi Draco- entonces aquel aire de adolescente enamorada pasó a uno de orgullo y protección, como si hablara de la joya más hermosa dispuesta a protegerla de todo- te juro Lily, que por mi hijo haría lo que fuera, incluso ir contra Lucius, mi Dragón siempre será prioridad- la voz de la mujer era firme, calmada, solemne, traía calma pero también determinación y una amenaza implícita.

-Puedo verlo y es precisamente de Draco de quién quiero hablar- Lily, a pesar de decir que su amiga (porque consideraba a Narcissa como una) era inofensiva, prefería tomar sus precauciones, no quería enfrentarla si se atrevía a amenazar a Harry, porque Lily también sería capaz de lo que sea por su hijo.

-Entonces toma asiento, dime que sucede con mi dragón- podía notar un toque de preocupación en aquella calmada voz

Uno de los elfos que las habían recibido llegó con una charola en dónde se encontraban dos tazas de té y un plato  de galletas que depositó despacio sobre la mesita al frente.

Lily agradeció la cortesía y comenzó con aquel relato que su hijo claramente le pidió no decir pero con una ligera variación, esa que ni el mismo Harry se había admitido.

-Yo también amo a Harry, es mi bebé, por él soy capaz de dar la vida, por eso, hoy te hablo de madre a madre- Cissy no le quitó la vista de encima aun cuando dió su primer sorbo a su taza-  verás, hace unos días sucedió algo y te pido encarecidamente que me escuches hasta el final antes de emitir cualquier palabra o acción, a fin de cuentas, creo que pasaremos mucho tiempo juntas después de lo que te dire.

Un brillo fiero atravesó los ojos de Narcissa al igual que los de Lily.

Tal vez Lily no le tenía miedo porque ambas eran iguales.

-Te escucho entonces, querida

Adore YouWhere stories live. Discover now