Capítulo 4: Protección.

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Quedarse en el apartamento con MK no era tan malo cuando Macaque dejaba de llenarse de todos esos pensamientos negativos. A veces era fácil, ya que siempre había alguien que le brindaba atención o cariño, ya sea MK o alguno de sus amigos que decide quedarse en la casa para visitarlo y luego se iban. 

También había veces donde solo se lo prestaban como si fuese una especie de objeto, pero eso era otra historia. 

Quedarse con Sandy es algo que pasaba algunas veces, y aunque el demonio azul era realmente agradable, sus gatos no estaban tan seguros con acercarse a Macaque, lo cual no era un problema para el mono, pero no quería levantar sospechas, así que solo se apartaba. 

Los días con Tang era realmente tranquilos, incluso se atrevería a decir que aburridos, ya que simplemente era quedarse acostado en algún lugar de la casa del erudito, pues este se quedaba leyendo o escribiendo por horas. 

Mei era un huracán. Cada vez que ella venía a buscar a Macaque, el gato buscaba la manera de huir, porque por alguna razón, la chica dragón disfrutaba de llevarlo a todos lados como si fuese una cartera, ¿A qué clase de gato le gusta estar tanto tiempo fuera de la comodidad de casa? Aunque debía de admitir que era divertido a veces estar con ella, ya que solía gastarle bromas a MK o a Red Son (Quien por cierto, no muestra demasiado interés en el gato, pero cuando MK le pide que lo cuide en su casa, el chico demonio solo acepta de mala gana e ignora a Macaque todo el día).

Pigsy siempre estaba trabajando, así que el gato no iba a su casa, pero vagaba por el restaurante, aunque a veces solo se quedaba acostado en algún lugar, sintiendo las caricias que MK le daba cada que volvía al restaurante para buscar una orden y entregarla.

Por alguna razón, MK ya no quería dejar a Macaque solo, y el gato no se había quejado, así que el chico solo seguía con su plan de prestarle su gato a todos, por decirlo de alguna manera. Aunque no siempre todos podían, no tanto tiempo. Como fue el caso de aquel día cuando Red Son fue el único que pudo cuidarlo.

Si, los días con Red Son eran aburridos, en especial porque no había nada que hacer, y ahora que Macaque estaba sano, lo que menos necesitaba era quedarse quieto tanto tiempo

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Si, los días con Red Son eran aburridos, en especial porque no había nada que hacer, y ahora que Macaque estaba sano, lo que menos necesitaba era quedarse quieto tanto tiempo. Le gustaría hacer más cosas, pero trataba de mantenerse con un bajo perfil. ¿Qué se supone que hacían los gatos para divertirse?

...

Red Son estaba sentado en la cocina, dejó de ver la televisión para entonces buscar algo de agua. Cuando iba a salir de allí, pudo ver como el gato se subía a la mesa del comedor, mirando al chico demonio fijamente.

—¿Qué?—Red Son preguntó, mirando fijamente también al gato aunque con la gran duda de cual era el problema de ese animal.

No hubo una respuesta, pero Macaque se acercó al florero que había en la mitad de la mesa, comenzando a empujarlo poco a poco a la orilla de la mesa.

—¿Qué estás...? No, no, no.—Red Son rápidamente se acercó, agarrando el florero y mirando de mala manera al gato.—No tires las cosas.—

El gato bajó de la mesa y luego fue hasta la cocina mientras el chico demonio le seguía, viendo como Macaque se subía al fregadero y se acercaba a una taza que estaba peligrosamente en la orilla. 

El gato en la ventana [Shadowpeach/LMK]Where stories live. Discover now