Prólogo.

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El fútbol siempre había sido mi hobbit favorito, lo jugaba con mis compañeros de clase, lo disfrutaba al máximo, pero lamentablemente mi padre llegó a enterarse de ello y me castigo, nunca me permitía hacer nada. Era muy exigente conmigo, aunque ya tuviera mis dieciocho años cumplidos seguía manejando mi vida a su antojo. Quería que fuera su niña "perfecta".

Salía a escondidas y con mentiras, claro que tenía miedo de que me descubriera y me mandara a un internado en Inglaterra, pero no podía soportar estar encerrada en casa un día más.

Mi vida comenzó a cambiar el día 29 de Agosto del 2021, mis amigos que mi padre conocía muy bien le pidieron permiso para que saliera con ellos, le dijeron que iríamos a una biblioteca para estudiar y celebrar mi cumpleaños, porque claro, ese día cumplía oficialmente 17 años.

La idea no le pareció mala para nada, fue entonces cuando aceptó y me permitió salir con ellos. Al estar esperando el bus que nos llevaba a la biblioteca mi amigo Adrian puso sus manos alrededor de mis ojos.

—_____, deja de moverte—.

—Deja de tapar mi vista, Adrian—.

—Te quitará las manos de tus ojos en cuanto dejes de moverte— espetó Emma.

—Bien— suspiré frustrada y deje de moverme.

—Adrian— lo llamó Mateo—. Aléjate de ella cuando termine la cuenta regresiva, ¿de acuerdo?—

—Por supuesto—.

—Muy bien, ¿listas?—

—¡Si!—

—¡Hagámoslo!— espetó emocionada Sofí.

—¡3!—

—¡2!—

—¡1!—

Al finalizar la cuenta, Adrian alejó sus manos de mi vista y frente a mi se encontraban cinco boletos para el partido de fútbol del Barcelona contra el Getafe, era un partido correspondiente a la jornada tres de La Liga y se jugaría en el Camp Nou.

—¿¡Es enserio!?— espeté demasiado emocionada.

—Si— Mateo me vió a los ojos—. ¡Feliz cumpleaños!—

—Son los mejores amigos del mundo— espeté y abrace a todos—. Los quiero, me encantó este regalo—.

—Sabíamos que te gustaría— comentó Emma a mi lado.

—¡Gracias! ¿Y a qué hora es el partido?—

—A las 5:00—.

Miré la hora en mi móvil, y abrí mis ojos como plato al verla.

—Son 4:35. ¿Creen que lleguemos?—

—¡Mierda!— exclamó Sofí—. Si queremos llegar a tiempo debemos correr—.

No tuve que escucharlo dos veces, ya que corrí demasiado rápido con dirección al Camp Nou, pero antes de ello me detuve en seco.

—Exactamente, ¿a qué dirección vamos?—

—¿Es en serio _____?— me cuestionó Mateo.

—Lamento no salir más seguido—.

—Ya, no discutan— intervino Adrian—. La manera más sencilla de llegar es que nos vayamos en metro—.

—¡Muy bien! ¿En qué línea?—

—La azul—.

(.....)

Bueno debo de admitir que odio el no salir tan seguido, mis amigos me llevaron hasta la estación de metro y nos bajamos en Collblanc, tenía entendido que desde la estación se hacía de siete a diez minutos caminando, pero si corríamos podíamos hacerlo en tiempo récord.

Y así fue, ya que llegamos en tiempo récord. Llegamos 4:55, los equipos estaban a punto de saltar al campo, pero antes de ello, mis queridos amigos me dieron mi segundo regalo. Me dieron la playera oficial del Barcą y tenía en la espalda el número 10. Messi había sido mi jugador favorito desde que tenía 8 años.

El partido había comenzado muy prendido, ya que a los dos minutos de haber iniciado Jordi Alba centro el balón al área grande y Sergi Roberto remató con la derecha directo al centro de la portería. Grité y festeje el gol como pude, estaba realmente emocionada.

Los siguientes minutos se intensifican, había faltas por ambos lados, pero todo cambio al minuto 18, ya que Carles Aleñá asistió a Sandro Ramírez y este remató con la derecha por abajo junto al palo izquierdo. Los aficionados del Getafe lo gritaron con toda emoción, yo sólo podía estar nerviosa, no sabía si lograrían ganar.

Con los nervios aumentando por las jugadas de ambos equipos, el Barcelona seguía jugando sin descanso, se entregaban totalmente en cuerpo y alma y ese rendimiento se vería reflejado al minuto 30, con un pase de profundidad de parte del portero alemán Marc-André ter Stegen hacía Frenkie de Jong, este mismo asistió a Memphis Depay que remató con la derecha desde el lado izquierdo del interior del área por abajo, junto al palo izquierdo. Mi emoción regreso en cuestión de minutos y sentía un gran alivio.

Realmente ese fue el último gol, ya que el resultado final fue de 2-1 a favor del Barcelona, pero lo que más me había asombrado fue que al minuto 73 el Barcą hizo un cambio, sacando así a Sergi Roberto y entrando al campo Pablo Gavi, un chico de tan solo diecisiete años, era su partido debut y seamos sinceras, desde ese momento sentí algo más por aquel jugador con el número 30, porque no solo lo vi en la cancha de fútbol, nuestros caminos se seguían cruzando y no sabía si era por casualidad o de verdad el destino nos estaba uniendo.

Pero mi vida dio un giro de 360° en cuanto nos vimos a los ojos después de aquel partido de fútbol y soy consiente que ello traería problemas con mi padre, ya que me tiene muy controlada y no puedo salir de casa. A menos que sean mis amigos, hijos de los "mejores amigos" de papá, ya los conocen. Ellos son Mateo, Adrian, Emma y Sofía. Los cinco somos totalmente diferentes a nuestros padres. No estamos hechos a su imágen y semejanza.

Esperó que esto que estoy experimentando por primera vez en mi vida, no terminé peor de lo que comenzó.

(Actualizaciones lentas)

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(Actualizaciones lentas)

Untouchable || Pablo Gavi & Tú. (En Pausa Indefinida)Where stories live. Discover now