Capítulo XII.

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Rompimiento.

—Hola, cariño—.

Papá había llegado de un viaje y la verdad estaba nerviosa, si quería terminar con Alejandro, mi padre debía ser el primero en saberlo.

—Hola señor Arturo— Dybala saludo.

—Paulo, que bueno verte por aquí—.

—Hola papá— me levanté del sillón y fui a abrazarlo—, ¿podemos hablar?—

—¿Estás bien?— asentí—, ¿de qué quieres hablar?—

—Acerca de mi relación con Alejandro—.

—¿Te hizo algo? ¿Debo hablar con él?—

—Tranquilo papá— reí—, pero la verdad es que quiero terminar con él—.

—¿Por qué?—

—No me siento cómoda con él, siento que me estás obligando a quererlo y eso lo hace muy pesado para mí—.

—Hija— llevó uno de sus dedos al puente de la nariz—, sé que está relación se dio porque su padre y yo lo decidimos y creímos que con el tiempo ustedes empezarían a sentir algo, pero veo que no es así, si quieres terminar con él, solo hazlo, yo solo quiero tu felicidad en este mundo y por ello haré y aceptaré todo lo que te haga feliz—.

—¿Quieres decir que puedo jugar fútbol otra vez?—

—No—.

—Papá, es imposible no hacerlo, me tienes de novia con un futbolista, podéis mirar tu lógica en este momento—.

—Lo sé, pero Alejandro tenía prohibido meterte ideas locas del fútbol—.

—Papá...—

—Si quieres terminar con él, solo hazlo, pero no voy a permitir que vuelvas a jugar ese deporte—.

—Papá, por favor...—

—No, ya he dicho— volteo a ver a Dybala—. Con tu permiso me retiro a descansar—.

—Fue un placer verlo de nuevo señor Arturo—.

Dio media vuelta, se dirigió a las escaleras, subió por ellas y se fue a su habitación.

—_____— Dybala se acercó a mi—, ve el lado bueno, puedes terminar con Alejandro e intentar algo con Gavi—.

—Paulo, no es un buen momento para pensar en eso—.

Baje la mirada y sentí un pinchazo en mi pecho, no me sentía bien y lo peor es que mis ataques de ansiedad habían regresado hace algunos días.

—Creo que debes descansar— espetó Dybala.

—Eso es lo que haré—.

Me dirigí a las escaleras y las subí para ir a mi habitación, tal vez al estar recostada se me pase un poco lo que estoy sintiendo.

Me tumbe en mi cama mirando el techo, quería estar feliz porque ya tengo permitido terminar con Alejandro, pero después de lo que dijo mi papá que no me iba a permitir jugar fútbol de nuevo, cerré mis ojos ya que los sentía demasiado pesados, tenía un nudo en la garganta y era lo suficientemente fuerte como para no llorar frente a mi mejor amigo.

Solo solloce ya que no queria que nadie me escuchará, aunque solo estuviera mi papá y Dybala, y justo en ese momento escuche un ruido sobre mi mesa de noche, estiré mi mano y alcance mi móvil, ni siquiera revisé quién me llamaba, deslice el dedo y esperé a que me respondieran del otro lado de la línea.

Untouchable || Pablo Gavi & Tú. (En Pausa Indefinida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora