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"Los demonios azules vs el lobo"

Lo sabía, Cora sabía cuál era el poder que ellos poseían.

Sabía que Athan les había dado el poder de su dimensión, y Cora sabía que la dimensión espejo no era ningún juego.

Un movimiento en falso y se entregaría por completo al ejército azul, y eso no debía ser posible. No ahora.

No podía usar otro hechizo de defensa mágica sin antes deshacer el que protegía a sus amigos, así que no podía protegerse a ella misma, ni a su mente. Debía elegir cuidadosamente sus movimientos. Una mala elección y estaría dentro de los terrenos de Athan, estando ahí él tendría control completo de ella. Y eso era lo más aterrador de todo.

Nada le daba más miedo a Cora que terminar siendo parte del ejército enemigo, porque Athan era tan cruel que al tomar control de alguien no lo privilegiaba con el desconocimiento, no.., dejaba que vieras todo, que supieras todo, dejaba que estuvieses al tanto de todo lo que tu cuerpo hacía, dejaba que supieras que estabas traicionando a tu pueblo, a tu familia, y a tus dioses.

—Ten cuidado osiria, si no lo tienes las próxima vez que estés consiente será cuando estés matando a todo el clan Haldfort con tus garras.

No debía dejar que indagaran mucho más, ella tenía información que el mismo Mordo le había confiado solo a ella.

«No los dejes entrar»

—Eso osiria, no nos dejes entrar... estarás perdida si lo haces —le dijo uno de ellos.

—Así que un hechizo de defensa mágica, inteligente de tu parte... ya que no podemos hacerles nada a ellos, tú serás nuestra diversión. ¿Te parece bien?

"Puedo desgarrar tu garganta sin siquiera acercarme ¿Te parece bien si lo hago?" Pensó Cora nuevamente, sabía que estaban leyendo su mente, y sabía que no podía combatir eso, solo debía tratar que no indagaran más de lo debido.

— ¿Y de qué va a servirte? Puedes cortarme en pedazos y seguiré aquí.

—Lo sé, no puedes matar algo que no tiene vida —Sonrió— pero eres solo una acumulación de magia y mis Dioses eran más capaces que el tuyo —trató de enojarlos.

Cora no pudo seguir porque el nashir se acercó a gran velocidad y la tomó del cuello, podrían no estar vivos, o no tener un cerebro, o sentimientos si quiera. Pero estaban creados para ser leales a una única creación, Athan. No podían soportar ni una mala palabra hacia su Dios.

Cora también sabía eso.

—No tienes derecho de hablar así de mi Dios, él lo ha creado todo..

—él no me creó a mí —dijo cortante, para después arrancar el collar que llevaba y acercarlo al cuerpo delgado del nashir.

No era solo un collar cualquiera, capaz de sellar la magia de una creación definitiva o temporalmente, la runa de sello, mortal para cualquier creación que no sea de los cuatro Dioses menores.

Era un arma que podía ser utilizada como arma de defensa y como arma de ataque, dependiendo de la situación en la que el guerrero se encontrase.

El cuerpo del nashir fue consumido por la nada, desde su pecho hasta la última parte de su cuerpo. Había sellado su magia, y dado que eso no era más que magia...

Uno menos.

No tenía que eliminarlos a todos, aquello tampoco era tarea fácil. La única forma de eliminarlos era con las runas y ya no tenía más. Por ahora tenía que hacer tiempo hasta que pudieran correr al portal, o hasta que los guerreros llegaran.

El Regreso A ÒsirysWhere stories live. Discover now