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Otèlin había sufrido daños considerables y el planeta entero estaba viéndose afectado por ello. El conjunto de la tierra era el principal proveedor de alimento para el resto de Òsirys, más que cualquier otro lugar.

Habían atacado en el lugar exacto para debilitarlos.

—¡El hijo de Navah pudo verlos! —la voz de Bennet, quien tomaba las riendas de la especialidad múltiple cuando Arak estaba indispuesto, resonó fuerte. Mordo no dudó en ir hacia allí. —Están entre nosotros, Anoiran, solo necesitamos de esos cuatro para detener considerable parte de la invasión.

Anoiran vio a su amigo entrar a la pequeña tienda de acampar, donde se reunían los estrategas.

—¿Qué sucede? —preguntó tranquilamente.

—Lo que vio, señor. No quedan pruebas ya que el hijo de Samir quemó todo, pero en Wortsrai habían marcianos aparentando ser alumnos. Han estado aquí por más tiempo del que creemos, por eso han atacado de manera tan significativa, porque saben lo que hacemos, lo saben todo.

—Tiene lógica, la primera vez que vimos a un Marciano en estas tierras fue hace más de dos meses. Sabemos que su poder está ligado a la realidad, la distorsionan, nos hacen ver lo que ellos quieran, y no es algo que podamos combatir simplemente con hechizos de defensa. ¿Recuerdan el incidente en Elì?  Se vio la explosión de un misil, pero no hubo daños considerables, sospechamos que era una distracción y que entrarían por otro lado del planeta, pero ¿y si entraron ahí?

—¿Sugieres que la explosión nunca sucedió, que no era un misil sino una nave y que lo que vimos fue producto de los marcianos?—preguntó Anoiran a su esposa.

—Así es, pero hay algo que aún no me cuadra del todo. Los jovianos y los marcianos jamás han tenido una buena relación entre ellos. Es descabellado el imaginar una alianza entre esas dos razas.

—Si es para destruirnos no lo veo tan alocado —añadió Bennet—, siguiendo con su teoría, comandante Galaga, en esa misma nave pudieron llegar los dos Jovianos que encontramos antes de la invasión, con su tecnopatia pudieron anular todo el sistema de defensa del planeta, y así entraron.

—¿Pero por qué ahora?

—Por los iliams—dijo Anoiran.

—No fue hasta hoy que tuvieron el despertar de sus poderes ¿cómo lo sabían?

Mordo miró a Galaga y Anoiran antes de decirlo.

—Hubo alguien que salió con mucha información de este planeta y nunca más volvió —dijo tratando de no ser tan hiriente.

Galaga entendió el mensaje, los tres lo hicieron.

—Quiero pensar que no sugieres una traición de parte de él —Galaga no toleraba un insulto de ese nivel hacia su familia, ni siquiera del Gran Mordo.

—No, claro que no, pero algo me dice que todo esto no es planeado ni por los Jovianos, ni por los marcianos" —ninguno dijo nada—, Harry fue vencido, y solo hay una creación en todo el universo que es capaz de entrar en los recuerdos de alguien y hacerlos suyos.

—Athan —Bennet sintió un frío recorrer todo su cuerpo. Si esto resultaba ser cierto, la guerra por la cual él había entrenado toda su vida, ya estaba pasando.

—Es solo un pensamiento que ha estado recurriendo en mi mente —agregó Mordo—, pero la infección que se está llevando la vida de nuestra gente, está hecha con una magia que no conocemos. Y la única magia con la que no hemos interactuado nunca es con la magia azul, la magia de Athan.

—Eso explicaría por qué aún no encontramos una cura.

—Y es que tal vez no lo haya —volvió a hablar Mordo—, han visto cómo actúa, y es la misma forma en la que actúa la dimensión espejo. Te mantiene vivo, pero te mantiene controlado por una sola persona.

El Regreso A ÒsirysWhere stories live. Discover now