11

68 9 66
                                    

Cansada

Después de mucho tiempo, Cora se sentía fatigada.

Viviendo como humana, nunca se había enfermado ni cansado, tampoco se había sentido tan miserable como ahora.

Aún así, se rehusaba a estar en una camilla. Había decidido ir con sus amigos, pero en ese momento no tenía la valentía de verlos a la cara, así que fue a la única incapaz de verla en estos momentos: Catherine.

Mordo le había avisado que su hermano de toda la vida había vuelto a hacer uso de su poder elemental y que justo ahora él estaba enfermando junto con Òsirys, pero incluso con esa información, no pudo ir con él.

Aunque ver a Catherine ahí, dormida, no le traía la tranquilidad que buscaba, Cora pensaba que había sido su mejor opción.

Giró para ver al otro joven que fingía dormir, y esta vez se permitió reír.

—Arak, el genio, vencido por alguien que no controla su poder. Increíble pero real.

—Te salvé la vida. No hagas bromas.

—Llegaste tarde, puedo hacer todas las malditas bromas que quiera, Harum.

Arak se acomodó, supuso que llevaba mucho tiempo dormido, pues sentía que su cuerpo estaba totalmente recuperado. No podía decir lo mismo sobre su magia, pero algo es algo.

—Lo lamento, Cora.

Ella giró su silla totalmente para estar de frente a su amigo y se quedó observándolo por algunos segundos.

—No lo hagas tan serio, Arak. Seguimos vivos.

—Por poco.

—¿Qué pasó realmente? Sé que Cat será mucho más poderosa que todo Òsirys, pero justo ahora no es capaz ni de vencerme a mí.

La risa de Arak resonó por toda la habitación, habían pasado años desde la última vez que Cora lo había escuchado reír.

—Qué humilde, Halford. Estar entre los humanos te ha pegado sus buenas costumbres, por lo que veo.

—Uhum. —se cruzó de brazos, sabía que Arak intentaba cambiar la conversación.

—Runas.

—¿Cuántas?.

—Tres, creo.

—¿Usaste una prohibida, cierto?.

—Si lo preguntas es porque ya lo sabes.

Cora negó dándole una sonrisa forzada. El doctor le había dicho que Arak había acortado su tiempo de vida al usar la runa del tiempo, como mínimo unos diez años, pero decidió no decirlo, Arak no era idiota, sabía bien las consecuencias de sus actos.

Así que cambió abruptamente la conversación.

—Tu escuadrón luchó contra infectados en la barrera de Zíhet ayer, y protegieron muy bien a los iliams —informó.

—¿Bennet los cuida ahora? Pensé que Mordo y los alumnos los cuidaban. ¿Por qué aho...

Cora tenía una expresión divertida en su rostro que lo hizo sospechar que había entendido todo mal.

—¿Qué escuadrón, Cora?

—Tu mini escuadrón.

—Yo los mato —dijo tan pronto Cora le aclaró la situación.

—Sus padres ya se encargaron de eso, están castigados dentro de la mansión G.

—¿Juntos?.

—Sí, ¿Por qué?.

El Regreso A ÒsirysWhere stories live. Discover now