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Sebastian estaba encantado de estar con las mujeres más importantes no solo de Wakanda sino del mundo.

Pero extrañaba su vida en México y a su mamá.

—Mi mamá!!- gritó asustado al recordar que no le había dicho a nadie dónde estaba.

—Te pasa algo?—Nakia le preguntó cuando dejó de comer y habló.

—Mi mamá debe de estar muy preocupada por mi.

—Pero no podemos arriesgarnos.

—Puedo al menos mandarle un correo?

—Está bien. La red es segura aquí.

—Gracias.—Sebastian se levantó y tomó una de las laptop que Nakia usaba con los niños y no creyó lo que veían sus ojos.—Itzé me envió un correo!!

Nakia y Shuri corrieron a él.

—Es imposible que sea de ella!

—No cuesta nada ir a averiguar o si.

—Está a dos horas de aquí.

—Nakia y yo iremos.—Shuri tomó su collar.

—Pero...

—No nos podemos arriesgar.

—Está bien.
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La pequeña clínica detuvo el sangrado y coció el muñón. Pero Namor aún no despertaba. Itzé temía que lo que sea que Attuma le había inyectado ya hubiera cumplido su tarea.

Después escuchó un gran escándalo y como todos salían a ver.

—Que sucede?

—La Pantera Negra está aquí.—Dijo una señora que había pasado corriendo.

—Es aquí.—escuchó que la enfermera le indicó a alguien el lugar donde ella se encontraba.

—Tu debes ser Itzé?—le habló la Pantera Negra al entrar.—Que le hicieron?—Shuri retrajo su casco.

—Traición.

—Debemos llevarlo a mi laboratorio ahí podremos curarlo. Le diré a los médicos que lo lleven a mi nave.

—Oye! Como sabes de mi?

—Tu amigo Sebastian no ha dejado de buscarte.

ITZÉ Where stories live. Discover now