XXVII

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            Cinco días sin Hunter y yo estoy de los nervios, necesito hablar con él, verlo, abrazarlo, besarlo, que hagamos el amor

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            Cinco días sin Hunter y yo estoy de los nervios, necesito hablar con él, verlo, abrazarlo, besarlo, que hagamos el amor. Pero aún no parece haber señales de que vaya a venir pronto. Estoy frustrada porque tampoco hemos podido hablar mucho, más que por mensaje de texto y la única llamada que me realizó cuando llegó al club de los Kings of Hell.

-Cómo se nota que el moterito no está, tienes una cara de amargada, la falta de sexo se te nota, intenta disimularla.

-Vete a la mierda Samuel – le gruño y él ríe a carcajadas, ambos escuchamos el sonido de la puerta del despacho de Samuel siendo tocada y ambos quedamos en silencio.

-Pase – da la orden y en nuestro campo de visión aparece Lowell, desde aquel encuentro que tuvimos en la cocina de la casa de mis padres él se alejó, ya no almuerza con nosotros y nos hablamos lo justo y necesario. Eso me duele, porque Lowell fue el que más se dedicó a que yo me integre en el grupito de primos, y fue el primero en ganarse mi corazón. No tenía con Lowell la misma amistad que con Samuel, Lowell siempre fue mucho más protector conmigo, más cariñoso, se comportaba más como un hermano. Samuel siempre fue mi mejor amigo, siempre cuida de mi pero a la distancia, dejando que yo sola me dé contra la pared, pero siempre estando sus brazos para hacerme un poco menos dolorosa la caída.

-Hola chicos – nos saluda, quedándose parado cerca de la puerta.

-¡Al fin los tres en una misma habitación! ¿Ya se terminó la guerra entre ustedes dos? ¿Podemos ir a almorzar los 3 juntos? Detesto tener que dividirme entre uno y otro – nos dice Samuel, y se forma un silencio incómodo. Samuel no estaba al tanto de lo que pasó en casa de mis padres, yo no quise contarle y supongo que Lowell tampoco quiso hacerlo.

-Yo no tengo problema en que almorcemos los tres juntos – ya era hora de hablar con Lowell, había pasado bastante tiempo, y somos familia. Lowell me mira con sorpresa, mientras Samuel me mira con una gigante sonrisa, para después mirar de forma impaciente a nuestro acompañante.

-Supongo que podemos almorzar los tres juntos – murmura.

-¡Genial! Siéntate tengo que terminar esto antes de ir, puedes dedicarte a mirar la cara de mal follada de Olivia o puedes mirar esta preciosa cara de mañanero.

-¡Imbécil! – digo tirándole una lapicera, que él logra esquivar mientras se carcajea. Lowell solo nos mira a ambos, sin ninguna expresión en su cara.

-Tal vez podamos esperarte abajo con Olivia, necesito hablar con ella – dice Lowell interrumpiendo las carcajadas de Samuel y mis ganas de matarlo, yo miro hacia Lowell que me observa serio con sus manos en su bolsillo, pero noto súplica en sus ojos, por eso con un leve suspiro me levanto de mi asiento, sin dudas era hora de limar asperezas.

-Vamos a estar en mi despacho – digo sabiendo que no es un buen escenario para nuestra charla el lobby del edificio – Cuando termines mándanos un mensaje que bajamos – le pido y Samuel asiente.

-Me alegra que se hayan decidido a hablar, ya es hora de que termine la guerra fría – nos dice y nos hace una seña para que nos vayamos. Lowell abre la puerta y espera a que yo salga para salir detrás de mí, subimos al ascensor en completo silencio y vamos hasta mi piso. Caminamos aún en silencio hasta mi despacho y yo me siento en un sillón de un cuerpo en el mini living que tengo allí, él se sienta en el sillón de dos cuerpos. Pasa una mano por su pelo perfectamente peinado y suspira.

-Perdón, nunca quise lastimarte, no sé qué me pasó ese día. Estaba tan enojado – se queda en silencio por unos segundo y después continúa hablando – No me gustan esos moteros, tengo miedo que te lastime, y al final, terminé lastimándote yo – noto su expresión atormentada y sus palabras cargadas de culpa, sé que él nunca me lastimaría de forma consiente, sé que algo tuvo que pasarle ese día, conozco a mi Lowell, y es éste que tengo frente a mí, atormentado por haber lastimado a alguien que quiere.

-Sé que nunca me lastimarías a propósito – asiento con mi cabeza – Y te perdono por ello – le aseguro – Pero, debes aceptar a los chicos, son ahora mis amigos, y con Hunter estoy en una relación, tienes que aceptar que ellos forman parte de mi vida, por más que no te gusten. De la misma forma que con Samuel aceptamos a Samantha, por más que no nos cae bien.

-No es lo mismo Oli – se queja.

-Es exactamente lo mismo, porque nosotros creemos que Samantha te puede lastimar, nosotros te dijimos en su momento lo que pensamos y tú decidiste seguir con ella, entonces a nosotros solo nos quedó aceptar tu decisión, porque eres tú el que decides sobre tu vida. Y si un día, Samantha nos demuestra que teníamos razón, vamos a estar para vos, para intentar que duela menos. Lo mismo espero yo, no tienes porqué ser amigo de Hunter, pero tienes que dejarme ser – le pido y él suspira mientras asiente con su cabeza.

-Odiaría que sufras por amor Oli, ya bastante sufriste de niña – me dice y yo le sonrío.

-La vida se trata de arriesgar. Tal vez, tú tienes razón y mañana Hunter rompe mi corazón, o tal vez yo tengo razón y nos casamos y tenemos hijos. No sé qué va a pasar, pero me gustaría mucho que tú estés a mi lado – le digo y estiro mi mano para que él me dé la suya, él suspira y envuelve mi pequeña mano con la suya enorme.

-Siempre voy a estar Oli – me dice y yo le sonrío, para después separar mi mano de la suya y pararme.

-Ven – lo invito también a pararse, él me mira extrañado, pero me obedece, y cuando lo tengo parado frente a mí, lo abrazo con fuerzas, porque había extrañado horrores a mi primo Lowell. Él se demora unos segundos, pero al final termina apretándome con fuerzas contra su cuerpo – Te extrañé – le susurro y él suspira.

-Yo también Oli, te extrañé muchísimo – me dice y sé que fue así, seguramente él pasó peor que yo, con toda esa culpa que tenía dentro - ¿Me perdonas de verdad?

-Por supuesto – le digo y él deja un beso en mi cabeza - ¿Vamos? Seguro Samu ya terminó – le digo y él asiente con su cabeza, para desprender sus brazos de mi cuerpo e invitarme a caminar delante de él. Yo pongo mis ojos en blanco por su caballerosidad y juntos caminamos hasta el ascensor, en el camino reviso mi celular viendo que tengo un mensaje de Samuel avisándome que nos espera abajo. Entro a mi conversación con Hunter y suspiro al ver que mi mensaje aún no ha sido leído, necesito saber de él, necesito escuchar su voz.

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Holis, acá vengo, como Lowell con la cola entre las patas. Ayer me olvidé de subir capítulo, lo siento muchísimo, pero tuve un día bastante complicado.

Nos leemos el viernes sin falta!!

P/D: gracias @Basummers2020  por la recomendación

(Re)encontrándonosWhere stories live. Discover now