Apostando Todo 3: Todo o Nada (Furry Yaoi) [Terminada].

Quiero verte.

[Blake]
Ahora que todo está bien con mi padre estoy más tranquilo, sigo sintiendo culpa, pero tal vez sea normal.

Estoy dirigiéndome hacia los entrenamientos, desde que se fue Lisandro ha estado con nosotros nuestra entrenadora Lizeth, una puma alfa, debo de admitir que es mejor de lo que era Lisandro.

Al llegar al campo un compañero de equipo se dirige a mí.

— Hola Blake, me alegra verte, ¿te encuentras bien? No llegaste al último entrenamiento, me preocupó no verte.

Bruce, un tigre alfa, es muy atento con todos, no me sorprende que se haya preocupado por mí, o en general, cualquiera que ha llegado a faltar:
— Estoy bien, gracias, solo tuve algunos problemas, pero nada que no se pueda resolver.

Me abraza:
— Me da gusto saberlo, me gusta esa actitud tan positiva, ¿listo para entrenar?

Correspondo el abrazo, siento que necesitaba esto:
— Claro que sí.

Después de casi una hora de entrenar terminamos exhaustos, otro compañero se acerca a mí:
— Tu novio se sentía angustiado por ti.

Me hace sonrojar:
— Yo no tengo novio, deja en paz a Bruce, sabes cómo es él.

Se ríe un poco:
— Más bien tú no sabes cómo es él.

Hace que tenga duda:
— ¿A qué te refieres? Bruce siempre es atento con todos, es buen hombre.

Da unas palmadas en mi hombro:
— Puede ser, pero a nadie lo trata como a ti, solo que no te habías dado cuenta, me retiro, tengo cosas que hacer así que nos vemos en el próximo entrenamiento.

Se va sin decir más, ¿será cierto lo que dice, o solo quiere molestarme?

Empiezo a acomodar mis cosas sintiendo la mano de Bruce en mi espalda:
— Hola campeón, ¿ha-harás algo esta tarde?

Me giro tomando mis cosas para verlo de frente:
— Nada en particular, estoy libre.

Se mira algo nervioso:
— Bu-bueno, ya que estamos cerca de tener un juego me preguntaba si... ¿Te gustaría salir conmigo? Tengo planeado ir a una pista de patinaje sobre hielo, tal vez nos ayude a estar relajados.

Suena bien:
— Me gustaría, solo que no sé patinar.

Me sonríe:
— No te preocupes, yo podría ayudarte. No soy el mejor, pero puedo enseñarte lo que sé.

Tal vez si necesito distraerme un momento:
— De acuerdo, ¿a qué hora quieres que vayamos?

Mira la hora de su celular:
— Bueno, viendo la hora, ¿te parece si vamos a comer y luego vamos para allá?

Parece que quiere que sea ahora mismo, antes tendría que hablar con papá... Pensando un momento le respondo:
— Perdona, me había gustado la idea que había olvidado que estoy castigado, no puedo salir.