Amenaza latente.

88 16 10
                                    

[Mauro]
Un nuevo día de trabajo, solo que en esta ocasión no será lo mismo, hay alguien nuevo en el hogar pareciendo que ha venido para quedarse.

Para ser honesto es algo que me molesta, no por el hecho de que tenga que limpiar más, solo que antes de que apareciera creí que empezaba a crear vínculos fuertes con Enzo, solo que de pronto alguien había llegado a su vida que lo hizo cambiar.

Hubo unos días en que note lo triste que estaba, pensé que sería la señal de la separación de ellos dos, ahora veo que están más juntos que nunca.

Entro a la casa, tengo las llaves para hacerlo cuando quiera, me he ganado esa confianza por parte del lobo, sabe que no soy capaz de robarme algo de él.

Al estar ahí buscando un par de cosas para empezar Enzo baja de la mano con ese hombre hiena por las escaleras, se aferra a su brazo pareciendo cabizbajo:
— ¿Quieres que vayamos a ver a tus hijos? Tal vez eso te haga sentir mejor.

Niega con la cabeza:
— No, si no dejo de verlos al menos un día nunca podré separarme de ellos. Tengo que darles tiempo para que todos nos podamos acostumbrar a nuestra nueva vida, pero, ¿podemos ir mañana?

Me da rabia ver como lo abraza con tanto cariño:
— Por supuesto que sí Harper... Oh, buenos días Mauro, ¿cuánto tiempo llevas aquí?

Respondo tranquilo:
— Acabo de llegar, estoy buscando las cosas para limpiar.

El otro hombre se pone frente a Enzo a lo cual él se confunde de lo que hace:
— ¿Por qué estás tapándome?

Lo abraza:
— Estás solo en bóxer, deberías de subir a ponerte algo, hay alguien más presente.

Enzo se ríe leve:
— No te preocupes, suelo estar así por las mañanas, ya no es raro que Mauro me vea así.

Asiento levemente con la cabeza:
— Así es, incluso he visto más que eso.

Parece que eso lo hace molestar a lo que sube algo apresurado en dirección a la habitación, me mira algo serio:
— Mauro, no debiste decir eso, sí, tal vez me llegaste a ver desnudo por un descuido mío, pero al parecer le incomoda. No te había mencionado, él es Harper, mi novio, bueno... Mi futuro esposo.

Eso me parte el corazón, pero trato de evitar que sea evidente:
— Lo felicito, y una disculpa, le aseguro que no volverá a suceder.

Sube de nuevo las escaleras para alcanzar a ese tal Harper. Así que ahora ese es mi gran problema, se quiere casar con ese pequeño, debe de saber que yo llegué antes.

No voy a permitir que alguien llegue a quitarme lo que con esfuerzo estaba logrando.

[Harper]
De verdad no me gusta que Enzo se muestre de esa manera, quizá se normal para él, pero para mí no lo es así, me hizo sentir un poco menos especial saber que puede llegar a estar sin ropa frente a ese otro hombre como si nada.

De pronto siento los brazos de Enzo a lo cual me separo algo molesto:
— Harper, déjame explicarte, no quiero que pienses mal, ¿de acuerdo?

Me giro para verlo:
— Muy bien, pero antes ponte ropa.

Empieza a buscar lo que se quitó en la noche, es lo primero que tiene a la mano, se la pone para sentarse a mi lado:
— No pienses que hay algo entre él y yo, sucede que es un trabajador de confianza. Le di una llave para que entrara a limpiar la casa por las mañanas, aunque de normal si ando en ropa interior, hubo una ocasión en la que sentía mucho calor, para mí fue buena idea dormir sin nada, como no es costumbre mía se me había olvidado, también olvidé el hecho de que desde muy temprano viene Mauro. Cuando quise levantarme para tomar agua el me vio de esa forma, pero no sucedió nada más.

Lo abrazo sintiéndome mal:
— Perdón, soy un tonto... Me pongo celoso fácilmente...

Besa mi frente:
— No te preocupes por ello, sé que ahora debes de estar muy sensible por lo de tus hijos. Creo que debo de ser más reservado para ti, quiero darte tu lugar, que sepas que nadie más es como tú.

Es lindo que Enzo haga todo para verme feliz:
— Gracias, pero si alguna vez te sientes incomodo por algo que haga o que te pongo muchos límites dime, tampoco quiero que te sientas mal de tenerme cerca, no te quiero hacer daño.

Me sienta en sus piernas, al parecer le gusta hacer eso:
— Lo haré, siempre lo mejor de los dos para apoyarnos en nuestra relación, aunque hay algo podemos hacer después, tengo ganas de intentar algo nuevo, pero será en alguna noche, tenemos que estar totalmente solos.

Eso me hace sonrojar y sonreír a la vez:
— Eres un lobo travieso, te amo así como eres.

Me besa el cuello:
— Vamos a comer, tal vez Mauro pueda prepararnos algo.

Beso su pecho:
— Descuida, él debe de tener mucho trabajo, esta es una casa grande. Mejor voy a hacer yo el desayuno.

Ambos bajamos para dirigirnos a la cocina.

[Mauro]
Bajan de nuevo, me dirijo a la cocina:
— En seguida le preparo algo, ¿tiene ganas de algo en especial?

El hombre hiena me detiene:
— No se preocupe por ello, yo le hago de desayunar, también lavo los platos sucios para que no tenga pendiente de ello.

Enzo sonríe:
— Tal vez te dará más tiempo libre ahora que Harper esté aquí, ¿qué harás de comer?

Estamos los tres en la cocina y revisa:
— Voy a improvisar, algo debí de aprender estando en los negocios de tu padre que en paz descanse.

Se sienta muy tranquilo, yo solo me pongo a limpiar no muy lejos para observarlos, puedo escuchar la curiosidad del lobo:
— ¿Conociste a papá de manera personal?

Mientras él prepara todo le responde:
— En realidad sí, tuve que verlo algunas veces por el hecho de que quería ver mi progreso en mis estudios mientras estaba ahí para empezar a ascenderme de puesto. Nunca fue una relación personal, solo procesos del trabajo, no puedo decir que lo conocí bien porque como tal nunca hablamos algo que no fuera sobre eso.

Enzo suena algo decaído:
— Al menos tuviste algo de tiempo con él.

El hombre hiena se acerca a darle un beso para después seguir con lo suyo:
— No te sientas mal, puede que haya hablado con él, pero jamás tuvo un gusto especial en verme, si alguien más hubiera hecho lo de él te aseguro que nunca me hubiera notado. Además, ahora yo seré quien te preste atención en todo mi lobo feroz.

Se levanta de la silla para tomarlo de la cintura:
— Con que tu lobo feroz, ¿eh?

Lo besa por detrás en el cuello haciendo que ría:
— No deberíamos de hacer esto cerca del fuego, además, se puede quemar algo por distraído, mejor ve a sentarte, ya casi está listo.

Le sirve la comida a lo cual lo prueba:
— Mmh, esto sabe muy bien, me encanta.

Me quedo quieto al sentir los celos de que le guste su comida, yo podría hacerlo mejor.

No voy a dejar que un simple hombrecillo me arrebate a Enzo, él me gusta desde hace un tiempo, sobre todo por aquel día... No lo voy a olvidar.

Apostando Todo 3: Todo o Nada (Furry Yaoi) [Terminada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora