-El Kadomatsu-

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Disclamer: Ni los personajes, ni los lugares, ni parte de la trama de esta historia me pertenecen, son propiedad de Rumiko Takahashi. Yo solo escribo para divertirme y entretener a quien quiera leerme, una navidad más.

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Nota de la Autora: Este fic de temática navideña contará con 12 capítulos y participa en la #Dinámica_Navideña organizada por las páginas de Facebook "Inuyasha Fanfics" y "Mundo Fanfics Inuyasha y Ranma". Se trata de la dinámica #12_eventos_decembrinos. Gracias por invitarme a participar una vez más. ¡Espero que os guste!

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—Sol Invernal—

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El Kadomatsu

Miércoles, 14 de diciembre

Nunca supo qué fue lo que dio la alarma en su cerebro.

Más tarde o puede que incluso un día distinto, se le ocurriría que quizás había soñado algo que la había asustado. Algo que no podía recordar pero cuyo eco seguía en su mente cuando abrió los ojos aquella mañana tan gris y desoladora, y lo inició todo.

¿Un mal sueño?

Podría ser.

Akane no dormía muy bien aquellos días. Incluso después de que Ranma hubiese vuelto, sus sueños seguían siendo desagradables.

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Seguía media dormida, moviendo las piernas bajo las capas de mantas, notando la necesidad de estirarse, cuando su corazón dio un vuelco y empezó a latir muy rápido. Akane hizo una mueca, confusa, y se revolcó sobre el colchón sin atinar a comprender qué ocurría en realidad.

¿Era hambre? Podía serlo, en los últimos días había vuelto a notarla a las horas de las comidas. Pero no, no era eso.

Era muy temprano aún pues su habitación estaba casi a oscuras y ese día no tenía clase con sus niños. No le hacía falta madrugar y estaba muy a gusto sepultada bajo el calor del edredón, deseó darse la vuelta e ignorar su corazón agitado para seguir durmiendo pero este, cada vez más disparado, empezó a ser demasiado molesto.

Akane gruñó y se incorporó, en cuanto las sabanas se deslizaron por su cuerpo empezó a tiritar por la diferencia de temperatura. Se frotó los ojos haciendo una mueca y después se palpó el pecho.

¿Qué pasa? Se preguntó.

No era la primera vez que se despertaba así, de modo que no se asustó. Se bajó de la cama, malhumorada y desde el suelo lanzó una mirada furibunda a través de la ventana, aunque el cristal estaba demasiado sucio como para ver nada.

Sol InvernalWhere stories live. Discover now