-Campanitas-

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Disclamer: Ni los personajes, ni los lugares, ni parte de la trama de esta historia me pertenecen, son propiedad de Rumiko Takahashi. Yo solo escribo para divertirme y entretener a quien quiera leerme, una navidad más ^^

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Nota de la Autora: Este fic de temática navideña contará con 12 capítulos y participa en la #Dinámica_Navideña organizada por las páginas de Facebook "Inuyasha Fanfics" y "Mundo Fanfics Inuyasha y Ranma". Se trata de la dinámica #12_eventos_decembrinos. Gracias por invitarme a participar una vez más. ¡Espero que os guste!

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—Sol Invernal—

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Campanitas

Lunes, 19 de diciembre

Akane abrió las puertas que daban al jardín y se paró sobre la madera para observar la quietud y el silencio que el frío había traído consigo la noche anterior.

Silencio.

Todo estaba tan gris que, en cierto modo, resultaba un poco desolador. El cielo seguía cubierto por una capa irrompible de nubosidad blanquecina de la que nadie sabía qué esperar. ¿Más tormentas? La lluvia había estado cayendo sobre Nerima de manera casi ininterrumpida durante cuatro días y, por fin, se había parado el día anterior, poco antes del anochecer. A cambio, se había producido una bajada vertiginosa de las temperaturas. Incluso desde el interior de la casa, notaba una brisa cortante que se clavaba en sus mejillas y en la punta de los dedos de sus pies.

No obstante, su semblante era tranquilo. Sus ojos castaños resplandecían ante la pureza del paisaje y sus labios mostraban una pacífica sonrisa.

—¡Akane! Voy a salir a comprar unas cosas.

Su cuerpo tembló, no por el frío, sino porque Ranma había tomado la costumbre de avisarla cada vez que abandonaba la casa y eso le parecía un gesto tan dulce por su parte que no podía evitar ruborizarse cada vez que lo recordaba.

Enseguida escuchó sus pasos acercándose y sonrió un poco más.

—¡¿Qué haces?! —El chico se plantó ante ella—. ¡¿Cómo estás aquí parada con el frío que hace?! —La miró de arriba abajo y dio un respingo al llegar a sus pies—. ¡¡Y descalza!!

>>. ¿Es que quieres ponerte peor?

La obligó a retroceder y después, cerró las puertas. Akane se revolvió, aburrida, cuando además intentó empujarla hacia el Kotatsu.

—¡Estoy bien!

—Ayer aún tenías fiebre —le recordó él.

—Pero hoy ya no —Y le dio un manotazo cuando trató de tocarle la frente—. Deja de ser tan pesado.

Sol InvernalWhere stories live. Discover now