-El Farol-

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Disclamer: Ni los personajes, ni los lugares, ni parte de la trama de esta historia me pertenecen, son propiedad de Rumiko Takahashi. Yo solo escribo para divertirme y entretener a quien quiera leerme, una navidad más ^^

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Nota de la Autora: Este fic de temática navideña contará con 12 capítulos y participa en la #Dinámica_Navideña organizada por las páginas de Facebook "Inuyasha Fanfics" y "Mundo Fanfics Inuyasha y Ranma". Se trata de la dinámica #12_eventos_decembrinos. Gracias por invitarme a participar una vez más. ¡Espero que os guste!

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Sol Invernal

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—El Farol—

Jueves, 29 de diciembre

Cuando vio aquella luz, a pesar de la lejanía, supo hacía dónde debía dirigirse. Una descarga bamboleó su cuerpo, avisándole, como si recibiera un empujón en la dirección correcta.

Bastaron unos pocos metros para que reconociera la calle. ¡Menudo alivio experimentó! Incluso con el frío de la madrugada, la euforia le calentó y fue más sencillo mover las piernas, darse impulso y seguir caminando. Con todo, tuvo dificultades para saltar el muro, sobre todo por ese viento que soplaba en su contra, por él estuvo a punto de resbalar un par de veces.

Luego tocó trepar, claro. No era algo desconocido para él. A menudo esa había sido la única forma de entrar a la casa en el pasado, y la verdad, nunca sintió pudor por colarse así en la propiedad.

¿Acaso tenía opción?

De haberla tenido, se habría comportado de otro modo.

Le costó un poco más de lo que había pensado, pues la corteza del árbol estaba congelada. Fue una misión hercúlea hallar, entre la oscuridad y los tiritones, las protuberancias donde sujetarse para seguir subiendo, pero se esforzó y lo soportó todo gracias a lo cual descubrió lo fuerte que era ahora, en los últimos años había adquirido una resistencia excepcional.

Ese maldito viaje a China no ha sido una pérdida total de tiempo se dijo a sí mismo.

Ranma ya habría vuelto, por supuesto, quién sabía hacía cuanto tiempo.

¡Bah! No iba a pensar en él. Estaba a punto de alcanzar la ventana, de conquistar esa luz que alumbraba su escalada y su camino.

Un poco más se animó.

Cuando estuvo sobre la rama indicada, y él sabía bien cuál era, pegó un saltito para estar más cerca. Lo demás era sencillo; solo tenía que hacer un ruido que llamara su atención y ella le dejaría entrar, como siempre.

¡Deseaba con todas sus fuerzas volver a verla!

Akane...

Llevaba meses soñando con ese momento que había reproducido mil veces en su mente, esperándolo, avanzando contra las adversidades para recuperar su lugar, el que siempre le había pertenecido.

Sol InvernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora