Dinero

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Ha llegado el momento de definir a este maldito papel.
Al verdadero dueño del mundo,
el dueño de la oscuridad y de la ambición,
que se encarnó en nosotros
y vilmente garantiza la transformación del monstruo
humano hecha de millones de mierdas y verdades inciertas.

¡Alguno de ustedes puede decirme
quién es el vencedor y quién es el vencido!

Yo solo sé que este vil metal nos cambia.
Es como un virus que nos genera vicios
y profana los valores y principios de bien.

Para los amantes del vil dinero
la existencia es un cálculo, no duermen, no aman porque tienen el corazón metalizado en un ego tan inmenso como su gula.

Por este maldito papel viven al acecho,
te deja de hablar la familia, abunda la astucia, pierdes amigos, te traicionan,
te humillan eligiendo el momento oportuno y con palabras adecuadas,
incluso puedes perder tu vida...

Por este maldito papel se abren grandes puertas de la nada aparentando ser lo más importante.

Derrotadas están las necesidades vivas,
mientras son superadas las resignaciones
sometidas a este maldito papel.

Resignado ante el poder del ambicioso
solo soy una muerte vergonzosa,
un triste y solitario poeta que le gusta
escribir que el cielo es inmenso y azul
y abajo en la tierra,
está mi poesía como un reclamo
al entendimiento promedio
y acepta las cosas como son.

Sin embargo me reservo mi opinión
ante tanta fatuidad que se inventa privilegios y libertinaje.
Ahora sé que soy un rebelde que nunca te apreciará ni respetará.

Mi humilde poesía silenciosa me recuerda que aunque todo gire alrededor de este maldito papel,
nosotros somos unos animales condenados a caminar sumisos
ante su poder bajo la luz del sol y de la luna.

Con los ojos bien abiertos y sorprendidos.
Con mi amor acorazado y metalizado.
Con los consentimientos y adulación.

Me declaro un renegado del abuso y del poder del dinero.
Te necesito pero te aborrezco.

Emputamiento (El límite de tus preguntas...) Where stories live. Discover now