Capítulo 6

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-¿Por qué no?

-Porque decir esas palabras es algo importante y no quiero que alguien me lo diga solo porque estoy gestando a su hijo o hija- tal vez era demasiado anticuada pero de verdad quería que cuando alguien me dijera por primera vez que me amaba fuera porque de verdad lo sintiera no por estar en una situación como esta.

-De acuerdo, no lo diré- Chris dio un suspiro largo mientras miraba a otro lugar dentro de la habitación.

El ambiente se había tornado un poco incómodo que hasta el hambre que tenía desapareció.

-Por cierto...creo que se lo debemos decir a mis padres y claro, a tu familia también- lo miré asentir repetidamente.

-Solo te quiero pedir una cosa

-Dime

-Múdate conmigo

Mis ojos se abrieron como platos, juraría que pudieron haber saltado de mi cara, pues no me esperaba esa propuesta.

-Yo...no... ¿a qué viene esto?- lo veía con una mezcla de confusión y nerviosismo.

-Es pura precaución, mi casa está más cerca del hospital que tu departamento, además es más amplia, hay mucho espacio para el bebé, el tiempo avanza y no sé, puedes sentirte mal en medio de la noche, tendría que conducir hasta tu casa y después al hospital y sería mucho más tardado que si vivieras conmigo- se había inclinado un poco hacia donde estaba sentada poniendo sus manos encima del escritorio sin despegar sus ojos de los míos.

Vivir con alguien.

Nunca lo había hecho, bueno, solo una vez, pero fue una semana en la que Miranda buscaba un nuevo departamento porque iban a vender el edificio donde vivía, pero eso no cuenta.
Pero vivir con el que es el padre de mi bebé, ¿sería muy loco aceptar? Claro que lo sería, digo, a penas si lo conozco, no nos vimos por tres meses y en el último mes solo nos hemos acercado un poco. Le dije que no quería que nuestra relación cambiara por el bebé, él estaría por su lado y yo por el mío y al parecer aceptó, eso y que no le dejé otra opción. 

-No es necesario que me cuides tanto, si me siento mal puedo tomar un taxi e ir al hospital yo sola- su mirada se intensificó en mí, haciendo que me pusiera nerviosa.

-Prácticamente hemos estado viviendo juntos durante el último mes- en eso tenía razón, sí, Chris pasaba por mi en las mañanas y también cuando salía de trabajar, me llevaba a casa, cenábamos juntos y se quedaba conmigo hasta las 10 de la noche cuando tenía que regresar a su departamento -Nada cambiaría en nuestra relación, si es a lo que le tienes miedo- una sonrisa divertida adornó su rostro a la vez que se recargaba de nuevo en la silla.

-¡Ja! eres muy divertido, pero no, no tengo miedo

-Entonces múdate conmigo

¿Debería hacerlo? Nada cambiaría, él mismo lo dijo, no estaría mal darle una oportunidad a esto, ¿Cómo dice mi mamá? ah si, "Abre tu mente"

-Dos semanas

-Mes y medio

-Cuatro semanas

-Lo queda del embarazo y después decides si te quieres quedar o te vas

-De acuerdo- estrechamos nuestras manos para cerrar nuestro acuerdo y solo un par de minutos después Chris regresó a su trabajo.

Era miércoles, por lo que acordamos que ambos tomaríamos libre el viernes para llevar mis cosas a su casa y para que el fin de semana visitáramos a mis papás y darles la noticia. 

Chris abrió la puerta y entramos a su casa. Era más amplia de lo que había imaginado, tenía buena iluminación, ventanas amplias y decoración con colores neutros, era muy bonita.

-Hice espacio para ti en la gaveta del baño y en el armario, espero que sea suficiente- me dio una de sus bonitas sonrisas y subió las escaleras para llevar mi maletas a la habitación. Debo admitir que la vista de él subiendo las escaleras me dejó sin aire, podría estar detrás de él todo el tiempo que fuera necesario. 

-Ponte cómoda- lo seguí hasta entrar a su habitación. No quiero exagerar, pero en su habitación podría caber mi sala de estar junto con una parte de la cocina.

-Perdona, pero... ¿dónde voy a dormir?- su risa inundó la habitación, podría escucharla una y otra vez y jamás me cansaría -¿Qué?¿Qué dije?- yo solo sonreía sin entender mucho.

-Aquí, cuando veníamos subiendo te dije que esperaba que no te incomodara dormir conmigo, bueno, no es que no lo hubiéramos hecho antes- lo vi recargarse en el marco de la puerta mientras se cruzaba de brazos y se relamía los labios viéndome. ¡Joder! ¡Que vista era la que tenía frente a mi!

Me volvía loca la manera en que sus venas saltaban ligeramente de sus brazos, ¡maldición, Al, deja de pensar así! me reprendía mentalmente, en mi defensa, mis hormonas eran las que provocaban todas esas sensaciones en mi, supongo que me distraje viendo su perfecto trasero mientras él me hablaba.

-¿No hay otra habitación? Tu casa es muy amplia, supongo que hay otra habitación que pueda ocupar

-Sí, es amplia, pero todas las habitaciones están ocupadas, tengo una oficina y otra habitación está acondicionada como un gimnasio, me temo que es tu única opción- una sonrisa ladeada apareció en su cara dejándome claro que no habría otro lugar donde dormir.

A regañadientes y con nerviosismo le di una sonrisa forzada para después empezar a acomodar mis cosas en el armario y en el baño.

Sin darme cuenta, la tarde se fue entre acomodar mi ropa y hacer espacio en la casa de Chris para mi, no es que fuera muy necesario, pues solo eran un par de cosas que tenía conmigo, pero él insistió en querer darme mi espacio. Ordenamos comida china para la cena y después de un rato de estar conversando ambos subimos de nuevo a la habitación.

Me puse el pijama y con cuidado me metí a la cama junto a Chris. Estaba un poco nerviosa, se que ya habíamos estado juntos, pero esto era diferente, era diferente a haber tenido sexo con él, era más...íntimo. Creo que él notó mi nerviosismo, me dio una rápida mirada para después acomodarse boca arriba sobre la cama.

-¿Estás bien? Si quieres puedo dormir en el sofá, no quiero incomodarte ni que te sientas presionada- giró su cabeza levemente para verme.

-No, todo está bien- giré mi cabeza para poder verlo y sonreí levemente.

-Buenas noches, Al

-Buenas noches, Chris

Ambos sonreímos para después girar levemente sobre mi derecha y darle la espalda, lo escuché suspirar y miré por última vez sobre mi hombro para encontrarlo en la misma posición que yo, solo que él estaba recostado sobre su lado izquierdo.

Por la mañana me desperté con más calor de lo normal, lo primero que vi al abrir los ojos fue el fuerte pecho de Chris frente a mí, bajé la mirada y vi que tenía uno de sus brazos alrededor de mi cintura. 

Siempre creí que dormir abrazada a una persona sería demasiado incómodo, pero resultó ser todo lo contrario. Los fuertes brazos de Chris eran más cómodos de lo que se veían, eran cálidos y me di cuenta que por primera vez en mucho tiempo había podido dormir sin problemas, estar entre sus brazos era mucho más cómodo y relajante que estar en mi propia cama.

Subí lentamente mi mirada para encontrarlo con los ojos cerrados, me alejé un poco de él solo para verlo con más detenimiento. Sus labios se veían aún más suaves que de costumbre, tenía ganas de besarlo, sus pestañas eran un sueño, eran largas y tupidas, su respiración era lenta y tranquila, sus mejillas estaban ligeramente sonrosadas, era como ver dormir a un ángel.

-¿Te gusta lo que ves?- una sonrisita traviesa se asomó en su rostro a la par que abría lentamente sus ojos. Su voz ronca hizo estragos en mí, sentí la necesitad de apretar las piernas, pero de inmediato me alejé de él para sentarme en la cama.

No me digas que me amasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora