Capítulo 15

4.1K 224 6
                                    

La cena terminó pero lejos de que regresáramos a la casa de Chris, nos quedamos conversando con otros socios que había en el lugar, mejor dicho, él conversaba con los demás, yo estaba bastante callada y solo contestaba de manera cortés a las preguntas que hacían.

Chris me presentaba a todos como su novia, cosa que empezaba a irritarme.
No desaprovechaba la ocasión para presumirme con cada persona con la que hablaba, les contaba el maravilloso e impecable trabajo que hacía, lo bien que me iba como decoradora de interiores y que seguramente muy pronto lograría tener mi propia empresa, idea que no me disgustaba.

-Al, te quiero presentar a dos de nuestros primeros clientes, confiaron en nosotros, mejor dicho, en mí cuando aún no éramos alguien.

Sonreí y tomé las manos de una pareja de señores de unos 60, tal vez 65 años de edad. La señora me sonrió de manera cálida y amable, mientras que el señor solo me dedicó una sonrisa de lado.

-Chris, querido, me da gusto que hayas salido al mundo y hayas encontrado una linda latina- me sonrió de manera amigable que de verdad agradecí-  y muchas felicidades por el bebé. ¿Ya saben si es niño o niña?

-Aún no, la última vez que fuimos a consulta el bebé no se dejó ver muy bien- sonreí acariciando levemente mi vientre.

-Mientras se parezca a ti muchacho

-¿Disculpe?

-Si, bueno, uno nunca sabe, podría resultar que ese niño no sea tuyo, hay muchas interesadas hoy en día que solo buscan el dinero- los ojos del señor se posaron en mí con un leve atisbo de repulsión.

-Me ofende señor, le aseguro que no soy lo que usted insinúa...- el anciano ignoró por completo mi comentario y siguió escupiendo insultos hacía mi persona.

-Christopher, si querías una chica podrías haber buscado a alguien más cercana a tu edad, como nuestra hija, por ejemplo.

-Harold, es suficiente- su esposa lo reprimió y enseguida Chris comenzó a hablar.

-Agradeceré que no vuelva a hablar así de Allison- Chris hablaba tranquilo pero firme. El señor quería seguir hablando, pero Chris al ver sus intenciones, comenzó a enojarse. La mirada que tenía se volvió dura y seria, apretó su mano en un puño, hasta se podía ver como saltaba ligeramente la vena de su cuello- Usted no es digno de pronunciar su nombre y le juro que si alguna vez me entero que ha insultado a MÍ pareja, la madre de MÍ hijo, haré que todo lo que le ayudé a ganar lo pierda en cuestión de segundos.

-No sabes con quién te estás metiendo muchacho

-No, creo que tú no sabes con quién te estás metiendo- los ojos azules de Chris se habían oscurecido debido al enojo del momento. Parecía que saldrían dagas de ellos en cualquier momento que dejarían al tal Harold bien muerto -Nos vamos- tomó suavemente mi mano y me guio hacia la salida dónde ya esperaba el auto.

Apenas entramos a la casa, empezó a disculparse por lo ocurrido.

-No tenía idea de que Harold fuera tan...imbécil

Me senté en el sofá mientras él se quitaba el saco y aflojaba su corbata.

-En verdad lamento lo que dijo, no tienes que darle importancia a toda la mierda que soltó, no eres nada de eso

-Lo sé, sé muy bien lo que soy y lo que no- eso había sonado más golpeado de lo que pensé, pero solo asintió levemente mientras tomaba asiento en el sofá que estaba junto a mi -Pero...no fue solo él...- tomé una respiración profunda antes de continuar -Mientras estuve en el sanitario, unas mujeres entraron y...bueno, también comenzaron a criticarme, dijeron que era una  interesada y que...tu no eras precisamente un santo.

No me digas que me amasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora