Capítulo 13

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Sus manos recorrían cada centímetro de mi cuerpo mientras su cara estaba escondida entre mi cuello y hombro provocándome pequeñas cosquillas al sentir su barba rozando aquella parte de mi cuerpo.

Nuestros gemidos inundaban la habitación junto con el leve golpeteo del cabecero de la cama pegando contra la pared.

Sentía su dureza entrando y saliendo de mí enviando oleadas de placer por todo mi cuerpo. 

Chris... Chris...

En un movimiento rápido tomó mis muñecas entre su mano y las puso arriba de mi cabeza mientras continuaba embistiéndome variando la velocidad haciéndome gemir su nombre incontables veces.

Gemía libremente sintiendo mi femineidad palpitar alrededor de su miembro, hasta que ya no aguanté más y me liberé gimiendo su nombre.

Oh...dios...

Chris

Estaba profundamente dormido cuando un par de ruidos me despertaron. Conforme recobraba los sentidos y dejaba el sueño de lado aquellos "ruidos" se iban aclarando. No eran simples ruidos, eran jadeos, gemidos y se escuchaban bastante cerca como para que pudieran ser los vecinos a mitad de la madrugada. 

Abrí los ojos y la imagen que tenía frente a mi me dejó sin palabras.

Ally estaba demasiado cerca de mi, tan cerca que mi pierna se encontraba entre las suyas. Se estaba rozando contra mi pierna mientras pequeños gemidos se escapaban de sus labios.

No sabía que hacer, no sabía si quedarme quieto o si debía despertarla. Mientras mi cerebro decidía qué hacer, escuché a Ally soltar un último y fuerte gemido que hizo estragos en mi entrepierna.

Ella seguía frotándose contra mi rodilla al mismo tiempo que dejaba escapar pequeños suspiros provocando que mi erección aumentara, seguramente necesitaría una ducha bien fría después de esto.

-Ally...Al...- la tomé suavemente del hombro mientras intentaba despertarla.
En tan solo un par de segundos abrió de golpe sus hermosos ojos -¿Está...todo bien?

Me miró con sorpresa para después levantar un poco su cabeza para ver bien el lugar dónde se encontraba mientras se alejaba de mí como si mi cuerpo le quemara.

-Si...si...todo bien- sonrió de manera nerviosa pero no dijo ni una palabra de lo acababa de pasar. Se tumbó de nuevo sobre la cama con la mirada perdida en el techo, yo hice lo mismo imitando su acción.

Veía como me miraba disimuladamente por el rabillo del ojo como si estuviera analizando la situación. Sacudió ligeramente la cabeza y volvió a cerrar los ojos. Estaba por hacer lo mismo pero una pequeña idea cruzó por mi mente.

-Dime... ¿estuve bien?

Abrió los ojos de golpe y me miró incrédula.  Solté una pequeña risa al escuchar como balbuceaba sin poder articular ni una sola palabra.

-Yo...yo....no...no es lo que crees, es que yo....

-Descuida, no tiene nada de malo, solo quería saber si quedaste satisfecha- sonreí al ver qué la había dejado sin palabras, al menos ahora sabía que sí había soñado conmigo.

Ally no había dejado de verme, esto solo podría de dos formas; muy bien o muy mal. Entrecerró ligeramente sus ojos al mismo tiempo que una sonrisita traviesa empezaba a aparecer en su rostro.

-¿Te gustaría averiguarlo?- su voz sonó demasiado sexy provocando que mi erección, que ya estaba cediendo, volviera a aparecer.

Me tomó por sorpresa el que se acomodara a horcajadas de mi para empezar a besarme. Sus labios eran tan suaves y adictivos que podría pasar horas y horas besándola. Metí mi mano por entre su cabello sujetándola de la nuca para evitar que se alejara.
Puse mis manos sobre sus caderas presionando mi erección contra ella haciéndola jadear ligeramente.

No me digas que me amasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora