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Ya había pasado un mes con varias semanas después de la plática que tuvimos Paul y yo sobre Roger y nuestra relación.

Todos los días Paul y yo nos veíamos, a veces con John, o otras veces sin el.

Pero lo malo es que aún no había hablado con Roger.

Y eso me hacía sentir mal.

Ahora mismo me encontraba con Paul.

— ¿Ya le dijiste?— Negué.— Avy, tienes que hacerlo. Es por tu bien y el de el.— Siguió.—

— Lo sé, Paul. Pero no he tenido el valor de hablar con el.—  Colocó una mano en mi hombro haciendo que mire a sus bellos ojos hazel.—

— Tu puedes, bonita.— Sonreí sin notarlo.—

— Llamaré a Roger.— Dije decidida.—

— Me voy. No pienso en molestarte.— Lo miré confundida.—

— Paul no molestas. Además, quiero presentarte a mi madre si no te molesta.— Sonrió demasiado y se acercó a abrazarme.—

— ¡Por supuesto, Avery!— Al abrazarlo sentí su corazón latir.—

No dudo que el mío esté latiendo aún más rápido.

— Lamentó hacer eso.— Se separó Paul.— No lo pensé. Además me emociona el hecho de conocer a tu madre.— Continuó.—

— No te preocupes, Paul.— Sonreí.— Llamaré a Roger.— Me dirigí hacia el teléfono demasiado nerviosa.— Debe de estar ocupado, no lo molestaré.— Me aleje nerviosa del teléfono.—

— Avery, hazlo.— Paul me obligó.—

— Está bien, papá.— Me volví a acercar al teléfono.—

Paul rió.

Coloqué el número de su casa y llamé.

— ¿Hola?— Contestó Roger.—

— Hola, Roger.— Paul se acercó al teléfono para escuchar mejor.—

— Avery, qué sorpresa.— Siguió.—

— ¿Podemos hablar?— Me encuentro muy nerviosa.—

Paul tomó mi mano y me sonrió.

— Voy para tu casa.— Dijo.—

— Bien. Adiós.— Colgué.—

— ¿Lo ves? Fue muy fácil.— Dijo Paul intentando consolarme.—

— ¿Qué le digo?— Le pregunté al castaño.—

— No lo sé.— Comentó.— ¡Ya se tengo una idea!— Volvió a hablar Paul.—

— ¿Cuál es?— Pregunté.—

Paul iba a hablar pero escuché un claxon.

— Mierda.— Exclamé.—

— No hay tiempo, ve con el. Estaré aquí.— Me alentó.—

Salí y ahí estaba Roger.

— Preciosa, ¿cómo estás?— Se acercó a mi para poder escucharlo mejor.—

— Bien. ¿Qué hay de ti?— Crucé mis brazos.—

— Estoy mejor ahora.— Sonrió.— ¿De que querías hablar?— Preguntó curiosamente.—

— No he tenido el valor de decírtelo, Roger. Pero quiero que terminemos.— Mi voz sonaba temblorosa.—

Mon amour, he notado muchas cosas diferentes en ti en estos días.— Una lágrima recorrió mi rostro.— He notado que esos lindos ojos que tienes no me miran como la primera vez que lo hicieron.— Mi mirada se fue hacia el piso, ¿que carajos estoy haciendo?—

Ma Michelle; Paul McCartneyTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang