MERRY CHRISTMAS

341 10 4
                                    

- ¡Grayson!

La pequeña pelirroja de cinco años de edad, entró rápidamente al dormitorio de su hermano pequeño y gateó por su cama hasta llegar a su hermano. Se arrodilló a su lado y comenzó a agitarlo para despertarlo.

- ¡Grayson! ¡Levanta!

Su hermano pequeño, de tres años y medio de edad, abrió los ojos, quejumbroso.

- ¿K-Kate..?
- ¡Levántate! ¡Ha venido Santa Claus! ¡He ido al salón, y hay muchiiiiiisisimos regalos!

Entonces, Grayson se incorporó de golpe y los hermanos se miraron, con una amplia sonrisa en el rostro.

- Vamos. Tenemos que despertar a mamá, a papá y a Julia para abrir los regalos.

Kate tomó de la mano a su hermano y ambos salieron corriendo de la habitación de este para ir al dormitorio de sus padres, que seguían profundamente dormidos. Los pequeños se abalanzaron sobre ellos, despertándolos.

- ¡Mamá, papá! ¡Despertad!
- ¡Ha venido Santa Claus!

La pareja abrió los ojos, y se miraron, con una amplia sonrisa dibujada en sus rostros. Sobre ellos, sus pequeños también sonreían con un gesto de gran emoción propia de cualquier niño en la mañana de Navidad.

- Oh... ¡Santa Claus! - exclamó la mujer, incorporándose y abrazando a sus hijos.
- ¡Sí, sí, he bajado al salón y hay muchísimos regalos para todos! - explicó su hija, emocionada - ¡Vamos, vamos, tenemos que abrirlos! ¡Levanta, papá! - añadió, abalanzándose sobre su padre, que seguía adormilado.
- Eso, Lucas, vamos... - añadió su mujer, sonriendo, feliz de ver la emoción de sus hijos.
- Ya voy, ya voy, pequeña... - respondió este, abrazándola, haciéndola reír a carcajadas, mientras sentada sobre la cama, su mujer acunaba a su hijo.
- ¡Quiero ir a por los regalos de Santa Claus, papá! - exclamó el pequeño.
- ¡Vamos! - exclamó él, saliendo de la cama de un bote, con su hija de la mano, y extendiendo los brazos para sostener a su hijo - Max, ¿vas tú a por Julia?
- ¡Sí!
- ¡Vale, nosotros mientras vamos adelantándonos para ver los regalos!

Con su hija agarrándole una mano, y sosteniendo a su hijo con el otro brazo, el hombre anduvo a toda prisa dirigiéndose hacia el salón.

Max se levantó también, y caminó hasta el dormitorio de su hija pequeña, la cual, al escuchar a su familia, había comenzado a llorar.

- Buenos días, mi amor... - dijo, encendiendo la luz del dormitorio y dirigiéndose a la cuna de su bebé de siete meses - ¡Feliz Navidad...! ¡Ha venido Santa Claus! - exclamó, sosteniéndola entre sus brazos - Papá, Katie y Gray están abajo, ¿nos vamos con ellos a abrir los regalos?

La pequeña sonrió, dando pequeños aplausos, como si hubiera entendido lo que su madre le había dicho. Ella sonrió, acariciando el rostro de su amada hija pequeña, la cual había heredado sus ojos, al igual que su hija mayor.

- ¡Mira papi! ¡Se ha comido la leche y las galletas que hicimos para él ayer! ¿Le habrán gustado, verdad? - dijo Kate, emocionada, observando el plato de leche y galletas que le habían dejado a Santa Claus la noche anterior.
- ¡Claro que le gustaron! ¡Se las ha comido todas! - respondió su padre, sonriente.
- ¡Regalos! - exclamó Grayson, desde los brazos de su padre.
- Hay que esperar a mamá y a Julia para abrirlos con ellas, Gray - el pequeño se encogió de hombros, mirando los regalos con ojos brillantes.
- Mirad, ya vienen - señaló Lucas, sonriendo.

Max, con Julia en sus brazos, bajó por las escaleras y llegó hasta donde estaban ellos.

- ¡Buenos días, enana! - exclamó Lucas, tomando a su hija en sus brazos para darle besos por toda la cara, haciéndola reír a carcajadas.
- ¿Podemos abrirlos ya? - preguntó Grayson, que comenzaba a perder la paciencia por ver tanta cantidad de regalos debajo del árbol y no poder abrirlos.
- ¡Sí, venga, empezad! - respondió su madre, sentándose en una silla para observar a sus hijos abrir los regalos.

ONE SHOTS: LUMAXWhere stories live. Discover now