MUESTRA PIEDAD.

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Mi hermano es de hacer muchas tonterías. Pero esto que le trato de hacer a Dominic a excedido los malditos límites. Actúo verdaderamente cómo un animal.

—¿Dónde está Alessio? —le pregunto a Stefano quién se encuentra al pié de las escaleras.

—¿Qué te pasa Beatrice? ¿Por qué estás molesta?

—Stefano ¿Dónde está mi maldito hermano?

—En su estudio. Pero será mejor que no vayas. Tú hermano en estos momentos está demasiado ebrio. No te recomiendo ir a verlo, lo que tengas que arreglar con él será mucho mejor dejarlo hasta mañana, créeme.

—No. No puedo dejarlo hasta mañana.

Camino hacia el pasillo y voy directamente hacia la puerta del estudio. Tomo la manija, abro la puerta y entro en el estudio.

Mi hermano está sentado detrás de su escritorio observando fijamente la fotografía de nuestra madre. En el escritorio se encuentra una botella de vino casi vacía.

—¿Has perdido completamente la razón? —me acercó.

Deja de mirar la foto y la coloca sobre el escritorio para después mirarme.

—¿Ahora que es lo que te pasa?

—¿Qué es lo qué me pasa? Pasa que eres un animal. ¿Cómo diablos se te ocurrió hacerle eso a Dominic? Demonios hermano ¡Casi lo violas! ¡¿Qué demonios estaba pasando por tú puta cabeza?!

—Baja la voz —toma la botella, bebe directamente de ella y después la deja de nueva cuenta sobre el escritorio —. Beatrice hoy fue un día demasiado largo. No estoy ahora para tus tonterías. Ve a tú habitación.

—No. Alessio esto ya sobrepasado absolutamente todo. Dominic está demasiado asustado por lo que le hiciste. Está temblando del maldito miedo que le causaste.

—Dominic ahora es mi esposo. Lo que yo haga o deje de hacer con el no es de tú incumbencia hermana. Él es mío.

—No. No es tuyo. Dominic no es un maldito objeto con el cuál puedas hacer tú voluntad. Dominic es un ser humano, Alessio. Tiene sentimientos.

—Beatrice...

—¡Nada de Beatrice!

Estoy realmente molesta en estos momentos. Quiero decirle todo lo que se merece.

—Lo asustaste. Lo hiciste llorar ¿Acaso de verdad ya no te importa para nada los sentimientos de los demás? ¿Has olvidado lo qué mamá siempre decía?

—No metas a mamá.

—Ella decía que los sentimientos de una persona es lo más valioso de todo. Que nunca lastimarnos los sentimientos de las demás personas por que si lo hacíamos nos haríamos unos verdaderos monstruos. No te importaron sus palabras ni siquiera un poco. Actuaste cómo un auténtico animal y monstruo —le digo —. Mamá en estos momentos se sentiría muy avergonzada de tenerte cómo hijo. En estos momentos debe de estar retorciéndose en su tumba por tú comportamiento.

Alessio se levanta, rodea su escritorio y se coloca a mi izquierda. Estamos ahora frente a frente pero está vez no me va a intimidar.

—Te dije que no metieras a mamá en esto.

—No te tengo miedo Alessio. Ya no más. Es el momento de que yo también saque mis garras. ¿Sabes? Creía que la razón del por que trajiste a Dominic aquí era por que te habías enamorado de él. Tenía las esperanzas de que por fin el gran asesino se fuera de nuestras vidas para siempre. Tenía tanta esperanza puesta en que Dominic te cambiará completamente. Pero ahora veo que me equivoqué demasiado al pensar eso. Tú lo trajiste para hacerlo sufrir.

—¡Efectivamente te has equivocado! Lo traje para hacer que desee la muerte. Para hacer de Dominic la persona más infeliz del mundo. Quiero que derrame lágrimas, quiero que...

Le doy una bofetada en la mejilla derecha.

—Ya cállate —lo veo sonar su mejilla —.¡Tú no eres mi hermano! Definitivamente tú eres el Alessio que cuido de mi hace tantos años cuándo nos perdimos en el bosque. Lo mataste. Asesinaste a mi hermano. Eres un asesino desalmado.

—¿Cómo te atreves a levantarme la mano?, Beatrice —me dice con demasiada seriedad.

—Debí de haberlo hecho hace tiempo, hermanito. Ya no me voy a callar. Ya no más. Terminaste con mi paciencia Alessio. No puedo creer que hayas llegado a intentar violar a un pobre joven que no tiene culpa de absolutamente nada más que de estar el lugar equivocado en el momento equivocado. Me llegaste a mostrar tú lado oscuro. Ahora es mi turno. Si vuelves a intentar hacerle algo cómo lo que trataste de hacer a Dominic, te juro Alessio que no me importará la sangre. Te daré una paliza que jamás vas a olvidar.

—No me importa lo que digas. Dominic es mío. Haré lo que me plaza con él sin importarme sus malditos sentimientos de mierda.

—Me tienes cansada.

Lo tomo del cabello con demasiada fuerza.

—Ese maldito corazón de piedra me tiene cansada verdaderamente.

Lo hago caminar hacia la entrada, salimos del jodido estudio, caminamos por todo el pasillo hasta llegar a la sala en dónde se está Stefano.

El rubio en cuánto nos ve cambia radicalmente su rostro. Estaba en shock.

Alessio trata de soltarse pero el alcohol y por supuesto yo no se la podemos tan fácil.

Subimos las escaleras, llegamos a la puerta de Dominic, la abro con cuidado y entramos en la recámara. El oji-azul se encontraba profundamente dormido.

Con fuerza hago que mi hermano se arrodille aún lado de la cama.

—Mira —jalo su cabello con fuerza —. Míralo cómo está por ti. No se podía controlar así que le tuve que dar una pastilla para dormir. Lo asustaste demasiado que tuve que darle medicamento para que pudiera dormir. Maldito loco de mierda.

Stefano entra en la habitación.

—¿Qué demonios están haciendo? Pueden despertarlo.

—No lo hará. Así que estemos tranquilos —respondo sin soltar a mi hermano —. Espero que cambies tú comportamiento, hermano. Realmente espero que lo hagas. Esa mirada... no merece todo esto. Dominic sufrió demasiado. Perdió a sus padres. Deberías de comprenderlo mejor que nadie. No merece toda está mierda que le haces pasar. Él merece ser la persona más feliz del mundo entero. Debería de tener una felicidad inmensa. No miedo y odio.

—Beatrice déjame...

—No. No lo voy a hacer —lo jalo con más fuerza —. No sigas haciendo que ese chico llore. Mamá también decía que el destino hacia cosas muy inesperadas para traerle la felicidad a una pobre alma desdichada. Quiero pensar que el destino se encargo de cruzar sus caminos por que ambos se complementan. ¿Sabes por qué quiero seguir pensando en tú salvación? Por que eso haría mamá. Ella seguiría buscando tú felicidad y tú maldita salvación. Quiero hacerlo por ella. Quiero creer que el destino te trajo a Dominic para cambiarte. Así que más te vale comportarte cómo un hombre de verdad.

Lo levantó del suelo lo llevo hacia la salida y lo arrojo al pasillo.

Stefano se acerca a él y lo ayuda a levantarse.

—No me hagas cumplir mi amenaza. Muestra piedad.

Cierro la puerta en su cara.

De LucaWhere stories live. Discover now