TÚ CUPIDO.

1.7K 153 0
                                    

—¿Y Alessio? —pregunto al encontrarme a Beatrice en la cocina de mi casa.

—No está, salió con el niño.

—¿Con Alec? ¿Y a dónde?

—A la ciudad. No hay nada para desayunar y Alessio fue a comprar algo.

—¡Oh es verdad! Lo había olvidado por completo —le digo.

—¿Me vas a decir que es lo que te tiene tan pensativo últimamente? —me pregunta ella.

—¿De qué hablas?

—Dominic te conozco perfectamente. Sé cuándo algo te preocupa mucho, ¿Qué es?

—Nada, te lo juro. Nada me tiene preocupado, todo está bien.

—Dominic no te creo absolutamente nada. Anda dímelo ya, te prometo que no voy a decirle nada a Alessio.

—¿Me prometes en serio qué no le dirás nada?

—Lo prometo, ahora dímelo por favor.

—Me encontré con tú padre.

—¿Con mi papá? ¿Cuándo?

—Hace unos días, fue antes de Navidad cuándo fui a desayunar con Damián y Alice.

—¿Y qué pasó? ¿Se atrevió a hacerte algo?

—No, no lo hizo —respondo —.Solo hablamos, me amenazó con abrir las puertas del infierno para mi si yo no dejo a Alessio.

—¿De verdad hizo eso?, no puedo creer su conducta —dice la chica con enojo —.Actúa cómo un niño malcriado. Él no tiene derecho a pedirte que te alejes de la vida de mi hermano, tú eres su marido y tienen un hijo juntos. Por favor Dominic... dime que no lo estás considerando.

—Por supuesto que no ¿Cómo puedes pensar eso Beatrice? No me quiero alejar de Alessio, lo amo demasiado. Además... Alec ya es su hijo yo no podría alejarlo de él —digo caminando hacia el mueble en dónde están los vasos, abro la puerta, saco uno y voy hacia la jarra con agua que está sobre la mesa —.Pero... me preocupo un poco. Él ya sabe sobre Alec y no lo acepta cómo un De Luca. Tengo miedo de que el loco de tú padre intenté hacerle algo a mi hijo cómo una estúpida venganza hacia mi —tomo la jarra, me sirvo un poco de agua y la bebo hasta dejar el vaso vacío —No quiero que Alec salga lastimado por mi.

—Domi te prometo que eso no va a pasar, todos te vamos a ayudar para proteger a Alec pero... si quieres que te sea muy sincera contigo, pienso que deberías de decirle a Alessio sobre tú encuentro con papá.

—No, no me digas eso. Si le digo a Alessio lo que me dijo tú padre, él sería capaz de matarlo —me giro para ver a la chica.

—¿Y por que no le dices a Alexis? Es un Salvatore y todos lo respetan entre ellos Angelo.

—¿Y inciar una guerra entre clanes? No gracias Beatrice.

—¿Entonces qué es lo qué quieres hacer Dominic? Mi padre es un loco que puede cumplir sus tontas amenazas sin importarle absolutamente nada. No deberías de quedarte callado. Mi hermano tiene que saberlo y sabes bien que no me estoy equivocado.

—No quiero iniciar problemas.

—Pero problemas va a ver de todas maneras Dominic, por favor házme caso.

—Yo... necesito pensarlo —suspiro —.Necesito aclarar mi mente y entonces veré que desición voy a tomar. Mientras eso pasa tú tienes que guardar esté secreto.

—Domi...

—Por favor, házlo Beatrice. Me lo has prometido.

—Está bien... lo voy a hacer pero espero que tomes la desición correcta.

—Ya no quiero seguir hablando sobre esté tema tan desagradable para todos. Mejor hablemos sobre otra cosa más importante.

—¿Y qué podría ser más importante?

—Tú y mi hermano Damián.

—¿Y-y qué pasa con nosotros dos?

—Por favor Beatrice, tengo ojos. Durante toda la cena mi hermano se te quedó viendo cómo si fuera un retrasado mental. Y tú también lo estabas viendo a él.

—¡Dominic! Pero... ¿Qué cosas dices? —las mejillas de la chica se ponen rojas cómo un tomate —.¿Por qué yo me le quedaría viendo a tú hermano?

—Tal vez por que te gusta.

—¿G-gustarme?

—Si, vamos sé honesta conmigo. Mi hermano es guapo, elegante, misterioso y educado. Es el combo perfecto para cualquier persona. Además... se nota que tú le gustas a él.

—¿Yo gustarle a Damián? —sonríe —.Q-quiero decir...—rapidamente hace desaparecer la sonrisa —¿Cómo podría yo gustarle? Eso es completamente imposible.

—No, no lo es Beatrice —camino hasta llegar a ella y tomar sus manos —.Tú eres una chica muy pero muy hermosa. Eres el premio a ganar para cualquier hombre, Damián sería un tonto si dejará pasar la oportunidad de conocerte y tú también lo serías si lo dejas ir.

—Dominic yo...

—Ya no me digas mentiras por favor Beatrice —interrumpo —.Te gusta Damián.

La pelinegra suspira y asiente con la cabeza.

—Si, tienes la razón. Me gusta Damián.

—Entonces ve por él.

—¿No te molesta?

—En lo absoluto ¿Por qué me molestaría? Sería todo lo contrario Beatrice, me daría mucho gusto que se diera algo entre ustedes. Lo digo de todo corazón, has que Damián caiga completamente rendido ante ti cómo la reina que eres.

—Gracias —sonríe felizmente —.Eres mi mejor amigo —me abraza.

—Y tú eres mi mejor amiga y la mejor cuñada de todo el mundo —comento.

—Te quiero Dominic.

—Yo te quiero más —la dejo de abrazar y la miro a los ojos —.Ve por él. No lo dejes ir.

—Lo haré, te lo juro —me dice.

—Es más... te ayudaré un poco con mi hermano. Desdé que llego Damián a Florencia él suele desayunar en la cafetería Leonel.

—¿La que está cerca del centro?

—La misma. Va allí todos los días, podrías apsrecerte ahí por casualidad del destino. Confirmaré mañana con Alice para ver si va a estar desayunando ahí.

—¿Y crees qué a Alice la agrade la idea?

—Eres su amiga, le caes bien. Presiento que ella también querrá formar parte de esto, no te preocupes por absolutamente nada Beatrice. Yo me hago cargo de todo y te prometo que en menos de lo que canta un gallo te convertirás en Beatrice Salvatore.

—Ay...—suspira nuevamente —.Beatrice Salvatore... es perfecto. Suena lindo.

—Lo es, es demasiado perfecto. Seré tú Cupido Beatrice.

De LucaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora