De Luca

QUIERO PROTEGERTE.

—¿Me vas a decir qué es lo qué te pasa? —Alessio me abraza por la espalda —.Has estado demasiado pensativo desdé que llegaste a casa ¿Qué pasa cachorro?

—Damián dijo algo que me puso a pensar demasiado —respondo, me giro y lo veo a lo ojos.

—¿Qué dijo?

—Dijo algo sobre proteger a la familia. Alessio tú siempre me proteges de todo, siempre que pasa algo que pone mi vida en riesgo tú das la cara por mi arriesgando tú vida.

—Es mi responsabilidad.

—También es la mía, también es mi responsabilidad el cuidar de ti y creo que... no lo he hecho. No he cumplido con mi papel de la forma correcta.

—Ey...—toma mis mejillas entre sus manos —.No lo tienes que hacer.

—Si tengo. Tú eres mi marido, mí familia. Tú, Beatrice y la abuela Verona son todo lo que tengo en esté mundo. Ustedes siempre velan por mí y yo no he podido corresponderles de la misma manera. Ya no quiero ser al que siempre tengan que cuidar y proteger.

—¿A dónde quieres llegar?

—He tomado una desición.

—¿Desición? —me mira confundido —.¿Y cuál es? —cuestiona.

—Alessio quiero protegerte. Quiero dar la cara por ti cuándo pase algo malo.

—Dominic no creo que...

—Déjame terminar por favor —no dejo que hable —.Alessio quiero que tú... me enseñes a usar un arma. Quiero aprender.

—¿Quieres aprender a disparar?

—Si. Es tiempo.

—Domi tú no tienes que hacerlo. No quiero que toques un arma.

—Alessio quiero hacerlo. Ya es una desición tomada. Quiero protegerte, quiero proteger a mi familia de todo aquel que quiera hacerles daño. Yo también puedo defenderlos y quiero hacerlo —le digo —.Es tiempo de que esté chiquillo tonto saque las garras para cuidar de lo que más sma en la vida, tú.

—¿Estás seguro?

—Si, estoy completamente seguro. Por favor, enséñame a usar un arma.

—Bien... si es lo que deseas entonces te ayudaré. Te voy a enseñar a disparar.

—Gracias —sonrío y lo abrazo.

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Tres días después

Alessio ha colocado unas latas vacías a una distancia considerable de mi. En estos últimos días ha cumplido con su palabra de enseñarme a usar un arma. No voy a negar que al principio de todo esto sentí un miedo intenso ya que en mi vida había tenido un arma en mis manos.

Pero ese miedo lentamente lo fui dejando atrás. Quiero protegerte de todos los que mi importan. Tengo que hacerlo, tengo que aprender a usar esto si quiero que nada malo les pase a mis seres queridos en esté mundo.

—Si quieren mí humilde opinión creo que aún es muy pronto para que Dominic le acerté a algo —comenta Stefano.

—He aprendió muy bien —le digo.

—Es suerte de principiante. Todos nosotros tardamos un tiempo en aprender y no creo que...

Apunto a las latas con el arma, jalo el gatillo y le disparo a una de ellas. La lata cae al suelo con un oyó en medio.