XIV

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La noche de año nuevo entiendo que, Felix bajo su faceta fría pintada de amarillo, en realidad es una persona bastante sensible. Y no, no me refiero a que llora con películas románticas o se pone mal solo recordando sus buenas épocas en la secundaria. Felix sabe sentir y lo hace solo cuando quién lo escucha le brinda comodidad.

Bajo sus miradas entornadas, sus comentarios tajantes y sarcásticos, incluso bajo sus burlas e inseguridades a simple vista, Felix tiene un mundo de emociones que no soporta que el resto de seres humanos llegue a verlas. «Son la debilidad del ser humano» me dijo esa noche. «Sin el cuerpo solo nos queda lo intangible. Bajo la piel somos debilidad».

Y tiene razón, no soy nadie para refutar su teoría, pero me duele pensar que su creencia se mantiene firme a esconder lo que siente para que su cerebro también lo ignore.

—Conmigo no hagas eso —le dije cuando el fuego de la fogata hecha por Minho apenas soltaba una llama leve.

—¿Qué cosa?

—Esconder lo que llevas bajo la piel. Quiero ver lo que ni tú mismo eres capaz de ver, y entonces, cuando te lo cuente con mis ojos de testigo, solo te quedará creerme. —Me levanto de la arena y le extiendo mi mano. Felix la toma con confianza—. Y será el inicio.

—¿El inicio? —Su pregunta suena suave, casi esperando que solo sirviera para que yo pudiera seguir hablando.

—El inicio del único amor que mereces en tu vida, Limón. —Levanto mi dedo índice y lo apoyo en su pecho. Felix no aparta su mirada de la mía—. El tuyo.

Y cuando nos tumbamos en las mantas sobre la arena que Jeongin se robó de algún armario, me aseguro de brindarle una fuente de confianza para abrirse ante el mundo. Rodeo su cintura y lo siento tensarse cuando mis dedos acarician su piel. Se gira lentamente sobre su hombro y cuando me ve hundido en mi brazo, esperando su siguiente movimiento, él se da la vuelta por completo y no duda en acurrucarse en mi pecho.

No puedo esperar que Felix sea un cristal de emociones si yo me mantengo opaco a ellos. Quiero que sepa que un mes es suficiente para hacerme desear un poco más. Quiero que sepa que un verano se siente corto a su lado y que no estoy buscando llegar a su vida, desordenarla y abandonarlo.

No quiero ser pasajero. Quiero cumplirle el deseo de entrar en una palabra tan amplia como «eternos» incluso si asusta su extensión infinita y aclarando que ningún sentimiento crece en la piel. Que no somos físico. No somos tacto. Y así como deseamos el «siempre», seguimos siendo instantáneos y esa es la magia; porque sin el miedo a lo temporal, no llegaríamos jamás a arriesgarnos por alcanzar la posibilidad antes de que se nos acabe el tiempo.

El domingo inició en la playa con Hyunjin en plena resaca durmiendo abrazado al brazo de Minho y un grito de desagrado que claramente fue más fingido que mis risas en cenas familiares

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El domingo inició en la playa con Hyunjin en plena resaca durmiendo abrazado al brazo de Minho y un grito de desagrado que claramente fue más fingido que mis risas en cenas familiares. Estaba más que cómodo atrapando el brazo de Minho, pero tiene una reputación que mantener, la cuál se olvida con alcohol en sangre.

Un verano amarillo - [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora